En el campo de las ciencias, aún existen dudas sobre la naturaleza de la conciencia y como se relaciona ella con la inteligencia artificial; y no se sabe con seguridad si la conciencia como fenómeno cognitivo es sólo el resultado de la complejidad digital (o neuronal en los seres vivos), y/o es un fenómeno emergente de la interacción de la materia.

Roger Penrose se ha ocupado del problema de la realidad física de la inteligencia y ha analizado diversas pretensiones teóricas por parte de la inteligencia artificial de simular o construir artefactos que posean algún tipo de conciencia.

Penrose clasifica las posturas actuales ante la cuestión de si la conciencia es o no interpretable algorítmicamente:
A. Todo pensamiento es un proceso de computación, es decir, en particular la percepción de uno mismo y la autoconciencia son procesos emergentes que son resultado directo de la computación o algoritmo adecuados.

B. La conciencia es una consecuencia del tipo de acción física que ocurre en el cerebro, y aunque cualquier acción física puede simularse apropiada a través de medios computacionales, el hecho de que se lleve a cabo un proceso de simulación computacional del cerebro no comportaría, por sí mismo, la aparición auténtica de la autoconciencia.

C. La actividad física en el cerebro es lo que lleva a la aparición de la autoconciencia en el ser humano; sin embargo, aunque puede ser reproducida artificialmente, dicha acción no puede simularse algorítmicamente.

D. La conciencia de tipo humano no puede entenderse propiamente en términos físicos, computacionales o científicos de otro tipo.

El punto de vista niega la posibilidad de comprensión científica de la conciencia. Muchos investigadores del campo de la inteligencia artificial, en particular los más optimistas sobre sus logros, se adhieren a la postura A. John Searle sería más bien un partidario de la postura B, y el propio Penrose ha argumentado fuertemente en su trabajo por la postura C, relacionándola con varios otros problemas abiertos de la física como la teoría cuántica de la gravedad.

Profundizar en estas investigaciones, aceptando la posibilidad de una conciencia artificial, (muy necesaria para concebir grados de IA más sutiles que los que hoy conocemos) representó para mi vida una transformación permanente.

Consciente & Inconsciente

Esta imagen corresponde a estudios actuales que son precursores del concepto de la creación de una conciencia basada en una inteligtencia artificial.

Todo mi interés sobre el mundo de la comunicación y la publicidad se comenzó a reenfocar en la ciencia, la educación, las religiones y la filosofía. En ese proceso tuve que revisar mis concepciones que no estaban  preparadas para concebir los nuevos parámetros. El tiempo y el espacio (como variables concretas) comenzaron a perder el rol fundamental que le había otorgado, dado lo limitante que estaban resultando para la expansión de mi conciencia.

El Arte y la Ciencia Ficción como Emisarios del Futuro:
La ciencia ficción coqueteó conmigo desde los 13 años, cuando mi aficción por el cine, se convirtió luego en mi decisión por la carrera de comunicación. Y lo siguó haciendo permanentemente con productos como estos:

Hasta que hace dos años, en un encuentro internacional me crucé con un investigador que movió nuevamente mis barreras de lo que hasta ese momento era para mi terreno de la ciencia ficción. Se trataba de un colaborador de la “Iniciativa Social 2045” que lidera el magnate ruso Dmitry Itskov.

2045

Este equipo declara que con el desarrollo y la investigación suficiente, un ser humano pasaría de su cuerpo de carne y hueso a avatares holográficos con transferencia completa de conciencia en apenas treinta años.

En primera instancia me dió a pensar, estos tipos estarían aprovechando el estreno del Film Trascendence, para venderle un bluf a la comunidad ignorante. Pero meses después y hasta el día de hoy sigo viendo como más y más investigadores se integran a la comunidad de desarrolladores. La pregunta que ronda en mi cabeza es: “¿Cuántos seres humanos se negarían a vivir para siempre si tuvieran la oportunidad real de trascender una parte de su Ser desde el plano de la Conciencia?”

La muerte es algo común para todos los organismos, y aunque se especula que algunas especies pueden alcanzar la inmortalidad biológica, algunos se están preguntando si la respuesta está en dejar de ser un organismo. Allí es en donde obviamente entra la tecnología. El avance es grande, pero lo mismo se aplica a las barreras que deberían ser superadas. Pensar en inmortalidad creará tantas opiniones como personas hay en el mundo, y probablemente haya algunos desacuerdos muy importantes en el futuro (en su momento los hubo con la clonación y hoy es una práctica corriente). Pero más allá de esas diferencias, y de la propuesta de Dmitry Itskov, en particular, hay una pregunta que en mi no ha perdido fuerza: ¿Es un proyecto posible a la velocidad de los avances de investigación de la inteligencia artificial?

Para que saques tus propias conclusiones acerca de alguno de estos aspectos te dejo con este video. Aclaro que no tiene relación directa con la propuesta anterior pero que poponen el mismo tema desde un discurso que lo deja más vulnerable…

Ahora te pido que observes la cantidad de «Me Gusta» que ha recibido este video desde 2012 y te plantées desde que nivel de conciencia crees que se está votando.

¿Alguien de la comunidad científica, tiene alguna referencia ética de la figura de Dmitry Itskov?

Nos vemos en la próxima. Este tema recién comienza.
Extracto del Paper de la Carrera de Coaching & Mentoring del Dr Fabián Sorrentino. Copyright 1995-2023