Desde las corrientes de pensamiento floreciente se ha planteado al ser humano como un ser en continua transformación, sin embargo, si nos remontamos a cientos de años antes del nacimiento de la ontología del lenguaje, a oriente, veremos que ya se hablaba de este ser en movimiento.

Paralelamente hay otras disciplinas que lo plantean, a continuación van dos videos sobre ellas.

Desde esta cultura podemos definirnos como seres totalmente mutables, que buscamos un centrado para tener disponibles tanto nuestra parte yin como nuestra parte yang. Este es el caso de los Guerreros Samuráis: eran también artistas, médicos, filósofos. Se entrenaban en el arte duro así como también en el blando.

En los tiempos actuales, nos es imprescindible a los profesionales, entrenarnos para lograr maestría en las relaciones. Hoy no nos alcanza con ser grandes ingenieros, médicos o abogados para ser exitosos en el plano profesional, requerimos entrenar competencias comunicacionales para crear y sostener relaciones, y valores y principios universales que se han ido perdiendo culturalmente, para marcar la diferencia en un mundo revolucionado y en constante cambio.

¿A un guerrero no le bastaría con leer poesía en lugar de aprender a escribirla? ¿Qué fin práctico podía tener esta actividad en sus vidas? Puede haber muchas respuestas filosóficamente correctas a estos interrogantes, pero lo que nos ocupa en este momento es el cuerpo.

Nuestra respuesta es que el aprendizaje se incorpora, se mete en nuestro cuerpo. Así como no podemos aprender defensa personal viendo un video, no podemos aprender a ser héroes por ver una película de superhéroes y no podemos aprender a ser empresarios leyendo, no podemos tampoco aprender las disposiciones corporales sin practicarlas. Te sugerimos que a medida que avances en la lectura puedas corporizar las disposiciones. La memoria puede fallar, el cuerpo nunca. El cuerpo no olvida lo aprendido. Ver Nota!

De observar conscientemente nuestro cuerpo: cómo estamos respirando en determinadas situaciones, cuáles son nuestras alertas físicas en una reunión, nuestra corporalidad al hacer un pedido, una oferta, una promesa, al cerrar un negocio; podremos distinguir cómo utilizamos cotidianamente las disposiciones corporales básicas. Al tenerlas presentes y rediseñarlas surgen diferentes posibilidades de acción en diferentes contextos, dando nacimiento a un ejercicio pleno de nuestro liderazgo.

A las disposiciones básicas, en el Modelo MET, el Dr Fabián Sorrentino las identifica de la siguiente manera:
Nivel 0 – Predisposición
Nivel 1 – Alineamiento
Nivel 2 – Apertura
Nivel 3 – Flexibilidad
Nivel 4 – Resolución
Nivel 5 – Estabilidad
Nivel 6 – Centramiento
Nivel 7 – Conexión

Ahora bien, si observamos los elementos fundamentales de la naturaleza, la acción que ejecutan y sus características, podemos encontrar interrelaciones entre ellos y las disposiciones corporales, pero esto es algo que llevaramos a cabo en otro artículo.

Esta nota forma parte de una serie de artículos ofrecidos en la Carrera de Coaching & Mentoring de Ser.Red. Y que forman parte del Manual del Mentor del Dr Fabián Sorrentino.
Este artículo fue creado en colaboración con Ángela Machado.