Según Piaget, los niños menores de cinco años no tienen la capacidad desarrollada de imaginarse la perspectiva de otro porque a esa edad, para cada niño, el mundo es el mundo que él observa. A los ocho años esto cambia y es posible empezar a imaginar que el otro está viviendo desde otra perspectiva. Esta toma de conciencia representa un salto cuántico que permite interpretar y experimentar el mundo desde el punto de vista del otro. Quizá sea oportuno preguntarnos a esta altura ¿en qué momentos y bajo qué circunstancias actuamos como niños de cinco años?

Pongamos a prueba ahora nuestro propio observador:

vieja-joven¿Qué observas en el cuadro?

Una distinción clave en el coaching ontológico, que es aplicable a todo el mundo de las relaciones en el que vivimos, la hacemos entre observar y ver. Ver corresponde al sentido de la vista, una capacidad biológica que tenemos los seres humanos. Y observar implica e incluye a la interpretación que hacemos sobre aquello que vemos. Podemos decir que “vemos con los ojos y observamos con las distinciones”. En el transcurso del capítulo entenderás que al ver un mismo hecho, podemos hacer de él infinidad de interpretaciones (observaciones).

¿Qué observas en esta foto?

menjitorio

¿Y en ésta?

mascaras

¿Son paralelas las líneas horizontales?

paralelas

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¿Qué observas en la siguiente figura?

rana

Acaso, cuando viste esta foto: ¿Observaste los perfiles? ¿Cuántos?

perfiles

En plena crisis económica y social en Argentina durante los años 2001 y 2002, grandes empresas e instituciones fueron fundadas. Era el mejor momento para comprar propiedades a muy bajo precio, sin embargo y a la misma vez, muchas familias quedaban desamparadas. Los hechos eran los mismos. Los observadores, diferentes. ¿Por qué un mismo estilo o ritmo musical puede resultar para algunos desagradable y para otros hermoso? ¿Por qué algunos adultos se aburren y otros disfrutan de las películas animadas de Disney o Dreamworks? Porque viendo y oyendo lo mismo, observan y escuchan diferente. La interpretación marca la diferencia.

El Observador es el conjunto de creencias conscientes e inconscientes que determinan nuestra manera de observar el mundo, y por lo tanto nuestra manera de accionar en él. Cada ser humano es un observador diferente, ni mejor ni peor, diferente. Y esto depende en gran parte de su historia personal, del contexto cultural y social en el cual se crió y desarrolló, de las experiencias vividas y de todo lo que incorporó en su vida mediante sus cinco sentidos. A veces esto no lo consideramos, pero nos alimentamos tanto de lo que escuchamos, como de lo que vemos, lo que tocamos, lo que olemos y lo que comemos. Cada acción en si misma nos constituye en los seres humanos que somos. Estas experiencias dan forma a nuestro sistema de creencias, las cuales conforman nuestros paradigmas y cuya suma integra nuestro Modelo Mental.

Para resumir el modelo nos basamos en el siguiente gráfico:

oscar

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Muchas personas intentan hacer grandes cambios en su vida dado a que les disgustan los resultados que vienen obteniendo. Y para ello se enfocan en cambiar las acciones, siguiendo el sentido común que dice “a una acción diferente le corresponde un resultado diferente”. Pues bien, desde nuestra mirada, si no transformas tu observador (expandiéndolo) tus resultados serán más de lo mismo. Pueden ser distintos, pero seguirán siendo ordinarios. Para lograr resultados extraordinarios, te proponemos hacer foco en un aprendizaje más profundo y consciente el cual se produce en el observador. Ya no tiene que ver con qué nuevo conocimiento técnico y específico aprender, sino con descubrirte a vos mismo, qué te limita, qué te potencia y cómo relacionarte con ello. Para este fin es imprescindible crear un nuevo contexto donde el resultado que hasta ayer era imposible obtener, hoy sea posible.

Al romper creencias limitantes, expandes tu observador (observar desapegado, libre de condicionamientos como muestra el video anterior) y ahora tienes nuevas acciones disponibles que antes para ti no existían, o no eran posibles. Esto genera resultados “fuera de la caja” o extraordinarios.

Para ello, los coaches ontológicos somos profesionales en la creación de contextos para que nuevos aprendizajes ocurran y puedas generar resultados extraordinarios, y además nutrimos el observador de distinciones que te permitan mirar más allá de lo que se ve.

En palabras de Jorge Pinotti, contexto es el espacio o el medio dentro del cual algo existe. Y contenido son todas las cosas que existen dentro del espacio o medio. Por ejemplo: contenido son las palabras en una frase, pero desde donde la persona comunica la frase sería el contexto. Podemos decir las mismas palabras, de manera diferente y según como las digamos vamos a querer decir cosas distintas.

Sostenemos que el contenido es una manifestación del contexto. Nunca podremos ver florecer rosas en un desierto, ni poner dos litros de agua en un jarro con capacidad para un litro, ni ganar u$s 10000 al mes si creemos que no podemos, y además conversamos con gente que también cree que no se puede. Hay determinados resultados que nunca vas a lograr desde el contexto que estás creando.

A continuación van las siguientes preguntas para desafiar tu observador:
1 – ¿Qué te gustaría lograr este año, que hasta ahora nunca lograste?

2 – ¿Cuál es el contexto desde el que venís operando para que el resultado no aparezca?

3 – ¿En qué dinámica de tu vida esperas que florezcan rosas, pero estás creando un desierto?

Hacer consciente, traer a la luz, el observador que estamos siendo y el contexto desde el cual estamos operando nos permitirá luego transformarlo. Ese es el primer paso, hacerlos conscientes.
Otro ejemplo claro acerca del observador que podemos estar siendo, consiste en evaluar cómo nos comportamos frente a determinadas circunstancias:

4 – ¿En qué áreas te alientas y alientas a los demás?

5 – ¿En qué áreas te criticas y criticas a los demás?

6 – ¿Qué dejás pasar por alto en vos y en otros?

7 – Normalmente eres de los que “esperan que las cosas pasen”, “haces que las cosas pasen” o de los que preguntan “¿qué pasó?”

Te citaré ejemplos reconocidos mundialmente: Henry Ford dijo “tanto si crees que puedes como que no puedes, estás en lo cierto”.
Dejando de manifiesto que los grandes pioneros de la historia primero “creyeron para luego ver”. Bill Gates creyó que era posible que todo el mundo estuviera interconectado.

Thomas Edison creyó que era posible lograr una red de luz eléctrica (destacando que hizo 2000 intentos antes de lograr una sola bombilla eléctrica).

Los Beattles creyeron que serían exitosos con su música y la compañía Decca (quién les negó su primer contrato) creyó que “ese ruido no podía gustarle a nadie”. Los productores de la compañía necesitaban ver algo conocido para confiar, su observador no les permitió creer en un producto nuevo para luego verlo exitoso.

Una característica muy importante a los fines prácticos de nuestro estudio es que el observador puede ser condicionado, y de hecho siempre esta previamente condicionado por nuestro compromiso. No vas a observar lo mismo, si te predispones con un objetivo específico de observación a que si miras por mirar. La mala noticia es que en una sociedad altamente globalizada si tú no condicionas tu observador, otro lo hará por ti.

Los líderes tienen muy presente sus compromisos, por eso observan diferente (no son diferentes) al resto y están al menos un paso adelante.

En un artículo anterior nos hemos referido a la conformación del observador a través de la información adquirida mediante los cinco sentidos. Por lo tanto, resulta imprescindible reconocer a los mismos como sensores para nuestras observaciones. Aquí ampliamos entonces el concepto, ya que la facultad de observar no depende solamente de lo que vemos y luego interpretamos a nivel intelectual y consciente con nuestra mente analítica, sino también de lo que percibimos con los otros cuatro sentidos y luego interpretamos de manera inconsciente con nuestra mente reactiva.

8 – ¿Qué interpretas de éste último párrafo?

De manera que cuando nos referimos a la interpretación que hacemos, podemos hablar también de “percepción” cuando invocamos al aprendizaje obtenido a través del gusto, el tacto, la audición y el olfato.

La neurociencia ha aportado significativos avances respecto del funcionamiento de nuestro cerebro y de cómo nuestras experiencias se graban en él. Si bien no son los descubridores y pioneros al respecto, han proporcionado evidencia científica que corrobora las tesis y postulados que han planteado otros estudiosos en el pasado.

“Siempre percibimos las cosas tras verlas reflejadas en el espejo de la memoria”. Desde esta mirada, se sostiene que las experiencias influyen en lo que sabemos y que no hay un análisis completamente objetivo de nada. El análisis que hacemos de todas las cosas está relacionado con nuestras experiencias y emociones previas.
Pongamos el ejemplo de la violencia de género.

Una persona maltratada físicamente tendrá disponibles determinadas emociones y generará en el tiempo determinados caminos o conexiones neuronales, los cuales fortalecerá en la medida que reviva estas experiencias. Revivir las experiencias, va mucho más allá de que el maltrato persista.

El cerebro no distingue entre recuerdo y realidad actual, por lo tanto para él, simplemente se reactiva ese camino neuronal con el sólo recuerdo vívido del suceso. Por lo tanto comprendemos que un condicionamiento físico/emocional impacta en nuestra fisiología convirtiéndose en un condicionamiento biológico, lo cual claramente impacta en el observador que hoy estamos siendo del mundo.

9 – ¿Puede un condicionamiento físico convertirse en uno biológico? ¿Desde qué paradigma está realizada esta pregunta?

Como escuela consideramos al ser humano como un ser integral. Distinguimos dominios de observación y acción para intervenir de manera asertiva, lo cual no implica que lo veamos como la suma de diferentes partes o sistemas independientes interconectados. La propuesta que hacemos en este sentido es reconocer la polaridad en la que vivimos y trascenderla, ver la unidad de todas las cosas. Capítulos más adelante veremos como las emociones impactan en nuestro cuerpo, manifestándose en forma de “enfermedad”, lo cual da clara señal de la necesidad que tenemos como sociedad de comenzar a vernos a nosotros mismos de forma holística. Así como al saborear una comida, al dar un beso, o al enfermar, lo hacemos con alma y cuerpo, también nos condicionamos y condicionamos nuestro observador de la misma manera.

Esta nota es un desarrollo del Dr Fabián Sorrentino y forma parte de una serie de artículos ofrecidos en la Carrera de Coaching & Mentoring de Ser.Red.