Aunque he entrenado miles de personas en los últimos 20 años, no puedo decir que he sido mentor de todas las que han pasado por los programas que he liderado, declara el Dr Fabián Sorrentino en sus entrenamientos.

Lo que podría decir, es que he utilizado el coaching, el mentoring y mis competencias específicas en el desarrollo de otras personas.

Por otra parte: que el mentoring es mi forma natural de relacionarme conmigo mismo y con las personas en las que descubro un potencial de mejora. Y que nadie puede Mentorizar fuera de las áreas en las que ha tenido un desempeño brillante.

El mentoring es para mi una manera de ser, de estar, de hacer… de legar competencias a un otro, capaz de edificar con ellas a otras personas.

No hay una disciplina científica que nos haga mentores y aunque hay muchas formaciones lo que falta son mentores que inspiren confianza desde la forma en que ellos mismos abordan su vida personal.

En los programas de entrenamiento para mentores y mentoras que lidero, formar un mentor, es una tarea ardua, que nos lleva dos años posteriores a su certificación como coaches. Tomando en cuenta que esa persona es cuidadosamente seleccionada antes del ingreso al programa.

Esto es así, debido a que ganarse la credibilidad del mentorizado requiere de una vida plena de frutos…

¿Qué tipo de mentores son los más buscados?
Personas que más allá de tener una profunda experiencia en su area de conocimiento, dan alas, donan sinergias, respiran compromisos compartidos, disfrutan de la responsabilidad recíproca, regalan confianza, esparcen credibilidad, gozan de enorme capacidad de enrolamiento, irradian pulsión, contagian disponibilidad, y vierten un arraigado sentido del liderazgo en servicio.

Algunos quizás se pregunten, ¿dónde existen personas con esas cualidades? ¿cómo voy a confiar mi desarrollo profesional en alguién que quizás no cumpla mis expectativas?

No se trata de buscar seres perfectos, simplemente hay que observar el corazón y el comportamiento de quienes nos rodean. Fijándonos en esas personas que nos resultan creíbles, nos transmiten confianza, de las que podemos aprender y con las que elegimos crecer mutuamente. Y eso, es algo que lo sabes en el momento en el que estas cerca de una de ellas.

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Un Mentor es una persona que transmite una vibración especial, que resuena en el Espíritu.

¿De cuantas personas podríamos decir que siempre están a la altura de las circunstancias, que sabemos que podemos contar con ellas, que no nos van a fallar?

Este es el tipo de personas que nos dan seguridad, en las que creemos y confiamos. Son esas personas que desde que las conocemos mantienen una línea de comportamiento ante las circunstancias, y por eso sabemos lo que podemos esperar de ellas.

Y lo sabemos porque nos lo han demostrado con sus actos una y otra vez, porque cuando dijeron que lo harían lo hicieron, porque si se comprometieron lo cumplieron, porque no buscaron excusas para no hacerlo, porque cuando cometieron un error nos lo hacieron saber, pidieron perdón y siguieron adelante. Son esas personas que cuando no pueden o no eligen plegarse a nuestras necesidades o peticiones saben decir que no.

Son esas personas de las que a veces huimos o evitamos, cuando sabemos en nuestro fuero interno que no estamos haciendo las cosas bien, que vamos por mal camino y no queremos reconocerlo, que nos estamos engañando, porque sabemos lo que nos van a decir y les damos autoridad a sus palabras. O son las primeras a las que acudimos porque sabemos que van a ayudar a clarificarnos, a conectar con nuestro propósito, que van a despertar nuestras inquietudes y no siempre ceder para dejarnos contentos.

Son esas personas que no nos dicen lo que queremos oir, sino lo que están observando con esa mirada aguda sobre nosotros, aunque eso nos disguste e incluso nos genere rechazo. Son esas personas para las que no todo está bien, no todo vale, y no todo es fantástico y maravilloso, porque son grandes soñadores con un fuerte factor de realidad. Este son el tipo de persona que visionando la perla que somos, nos ofrecen confianza para sostener el proceso hasta que los resultados aparecen.

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¿Como puede iniciarse una relación de mentoring?
– De forma espontánea, el mentor ve unas cualidades a desarrollar en ti por las que merece la pena invertir su tiempo, energía y esfuerzo de forma voluntaria e informal, decidiendo asistirte a desarrollarlas cuando estás cerca a él. Por lo tanto cabe preguntarte, ¿que clase de líderes estás atrayendo a tu vida? si no estás feliz con los líderes que rodean tu vida, ¿que consideras que ha sucedido?

– El mentorizado indentifica a una persona como su posible mentor, porque le parece una persona digna de confianza, con experiencia, honesta y con capacidad para ayudarle, y o bien la contrata como tal o se pega a ella para absorver toda la experiencia que pueda, los aprendizajes, reflexiones, competencias, etc. Por lo tanto cabe preguntarte, ¿a quién te has pegado en tu vida que reunía esas características?

– Dentro de un programa de mentoring formal en una organización, en el que previamente se eligen mentores y mentorizados, formándose parejas para el desarrollo del potencial.

En cualquiera de estos tres casos, esa relación que se inicia no tendrá futuro si el mentor no se gana la confianza del mentorizado, y si éste no cree en él, o si a lo largo de la relación el mentorizado detecta incoherencias en el comportamiento de su mentor, que lo queconversan no lo aplica a sus propios comportamientos, no da el ejemplo, etc.

Si todo fuera tan fácil como ser empáticos, comunicarse bien, tener experiencia, ser asertivo, o transmitir conocimientos, muchas personas podrían ser mentores, bastaría con estudiarse el papel, ser buen conversador, aprender a gestionar procesos, liderar personas y listo.

Dar el ejemplo implica ser coherente. Lo que digo es lo que hago, lo que creo está acorde a lo que siento, mis pensamientos y conversaciones son de posibilidad y manifiesto frutos que otras personas añoran para ellos.

El mentoring es práctica pura, la teoría sirve solo como fundamento del éxito y requiere de una dosis de realidad sin aditamentos.

Un mentor requiere de la valentía de reconocer todas las veces en que no lo ha hecho bien, en las que se ha equivocado, en las que ha tenido que confrontar sus miedos, resistencias y bloqueos. Y tiene que contarlo sin pelos en la lengua, sin adornos, sin rodeos, de forma clara y directa. Como han sido eso fracasos, esas situaciones difíciles, como las supero, que aprendió de todo ello. Y eso ni se improvisa, ni se inventa, ni se puede tener aprendido, no son unas cuantas letras escritas en un papel que nos hemos estudiado y que podemos recitar como si fuera una obra de teatro.

Las narrativas del mentor son grandes historias de vida, las de su vida, la que él y ella ha construido segundo a segundo a base del despertar de su consciencia, que implica: responsabilidad, acción y reflexión. Esa vida que llevamos impresa en la memoria, y que es fuente de intuición y sabiduría.

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Un proceso de mentoring puede llegar a ser agotador, se invierte mucha energía por parte del mentor, pues en cada sesión está vaciándose constantemente de experiencias, de vivencias propias para asistir a su mentee en lo que para él resulta significativo. Por ejemplo, mira esta imágen en este momento y preguntáte, cómo ordenarías estos aspectos en función de lo importante que resultan todos ellos para tu vida.

Más allá de las sesiones, el Mentor está continuamente pensando en la mejor forma de ayudarlo, lo tiene presente siempre y está atento a cualquier oportunidad o recurso que le pueda ser útil, a cambios en su vida que le puedan afectar en su proceso de desarrollo.

La sensación tras cada sesión de mentoring es de agotamiento, de vacío, y sin embargo te sientes vivo y renovado. El mentoring viene a ser algo así como un trasplante de corazón, que supone el vaciado de una vida para la completitud de la otra. Cuando tú transmites y compartes con el mentorizado tu experiencia sientes que te vacias, pero al ver que eso llena de su propia vida a la otra persona, que le asiste a crecer y expandirse, la sensación que tienes es de inmensa satisfacción y plenitud, y tus energías se renuevan.

Este aprendizaje a través del ejemplo y de la experiencia es intenso e intensivo. Para el mentor produce una gran satisfacción, sentido de contribución y transcendencia, y para el mentee supone lograr sus metas de una forma más óptima y más rápida.

El mentorizado realiza el tránsito, ese pequeño viaje desde donde está hacia donde elige ir, en menos tiempo y con mayores garantías de éxito, que si lo hiciera solo.

Guiar a través del ejemplo tiene un efecto transformador muy importante. Es más fácil que alguién se movilice si ve moverse a otros, el ejemplo es algo muy contagioso.

Si estamos perdidos en un bosque y alguién de nuestro grupo dice hay que bajar por esa cascada , pues al final está el camino que nos lleva al terreno seguro, aunque no veamos otra alternativa mejor, seguro que nadie se lanza a bajar la cascada. Ahora bien, si el que ha sugerido la idea es una persona en la que confiamos y nos ofrece credibilidad, y se desliza de forma decida por ella, el resto le seguiremos seguro.

Por eso, si un mentor va a ser nuestro guía, elegiremos al más experimentado, al que nos lleve por caminos que el ha recorrido ya, que cuando nos apunte que quizas la dirección que hemos escogido no sea la más acertada nos de argumentos y ejemplos.

Buscaremos verle en acción, y comprobar que lo que nos cuenta, es lo que el haría en esa circunstancia, si no va a ser difícil que confiemos nuestro desarrollo en él.

Una relación de Mentoring es algo tan personal e importante en la vida de una persona, que difícilmente puede estar construida en algo que no sea la CREDIBILIDAD, LA CONFIANZA, LA COHERENCIA, LA HONESTIDAD Y EL EJEMPLO.

Inspirado en un artículo de: María Luisa de Miguel | Alquimia Coach | Mar 15, 2016

A continuación y sin volver a leer esta nota. Describe los aspectos que son importantes para ti, encontrar en un mentor. Y solo luego de hacer esto, relaciónate con el siguiente artículo: