Situación en la cual pueden satisfacerse plenamente las necesidades humanas de bienes y servicios.

La abundancia, como opuesta a la escasez, requiere de una oferta ilimitada de las mercancías que son deseadas por los consumidores pero, como los deseos de estos son de hecho también ilimitados, no puede producirse en condiciones de la vida real; sólo existe verdadera abundancia, en la práctica, de aquellos bienes que son llamados libres, o no económicos, como el aire u otros semejantes.

Como se ve, el sentido económico del término es diferente conceptualmente al sentido vulgar: en este último caso se habla de abundancia cuando existe una gran disponibilidad de bienes, es decir, cuando existe una oferta considerable que supera a la demanda. En tal caso los bienes tienden a bajar de precio pero, sólo en el límite, podrían llegar a considerarse realmente abundantes.

Importante distinguir el concepto abundancia de prosperidad.