La amabilidad es el acto o el comportamiento caritativo hacia otras personas y seres.

Amabilidad se define como “calidad de amable”, y una persona amable es aquella que “por su actitud afable, complaciente y afectuosa es digna de ser amada”

Relación del concepto con la idea de amor

⃞ AFECTO.: Sentirse aceptado y amado con sus cualidades y defectos. Percibir que sus padres y educadores han escogido amarle y respetarle.

⃞ ALEGRÍA COMO HÁBITO: Mostrarse satisfecho de vivir, de amar, de compartir el tiempo con el educando, en una actitud divertida y desdramatizadora. Reír en familia con frecuencia y contagiar la alegría sin reservas.

⃞ CONFIANZA: Creer en su capacidad, en su bondad, en sus actitudes, permitirle que se equivoque y transmitirle siempre el mensaje de que puede vencer las dificultades, que seguiremos cerca para ayudarle, que con su esfuerzo e ilusión conseguirá lo que se proponga.

⃞ ACEPTACIÓN: Dejarle ser persona, valorar su singularidad, estimularle a pensar por si mismo, pero con honradez y respeto a los demás. Recordar las palabras de Kabil Gibran: “Tus hijos no vienen de ti, y aunque estén contigo no te pertenecen. Puedes darles tu amor, pero no tus pensamientos, pues ellos tienen sus propios pensamientos…”

⃞ SEGURIDAD: Manteniendo una actitud coherente que le permitan a él, educándolo, conocer nuestras reacciones y saber a qué atenerse. Pero la seguridad le viene al niño, sobre todo, del ejemplo de normalidad y naturalidad en el trato diario y de comprobar que los adultos sabemos reconocer nuestras limitaciones y defectos, aunque no por ello desistimos en el empeño de ser mejores cada día. Vernos humanos, limitados y capaces de pedir perdón, les da seguridad porque nos sienten más cerca de sí mismos, más a su alcance.

Al hablar de amabilidad, sin duda hemos de referirnos también al amor, pero es preferible tipificar a la amabilidad como valor por su carácter más concreto de actitud, de rasgo firme y definido de la persona que ama. El amor es una palabra de significado grande, universal y genérica en sus formas. Véase Amor.

El acto de amar puede ser expresado en actos de dar, respetar, considerar a los demás, aceptarles, procurar su felicidad, alegrarse con sus progresos, etcétera. Llevar a la práctica una disposición afectuosa, complaciente y afable puede convertirse en firme actitud, que predispone a pensar, sentir y comportarse Comportamientocon amabilidad. Cuando se espera que una persona cualquiera se comporte de forma afable y afectuosa, es porque la amabilidad ha adquirido la categoría de “valor”.

Desarrollo de la amabilidad

Debemos tener presente que amabilidad es la palabra dulce que anima, levanta, consuela y fortalece, así como el rocío refresca y embellece las plantas marchitas. La amabilidad es afabilidad en la conducta, naturalidad en el obrar, paz en el semblante, benevolencia en la mirada. Se comunica y trasmite de un solo corazón a los corazones de una familia o comunidad entera como la fragancia de una flor que se difunde en derredor del lugar donde florece.

El concepto de amabilidad en siglos anteriores

Karma se considera una energía trascendente (invisible e inmensurable) que se deriva de los actos de las personas. De acuerdo con las leyes del karma, cada una de las sucesivas reencarnaciones quedaría condicionada por los actos realizados en vidas anteriores. «Si actúas con bien, te pasarán cosas buenas. Si actúas con mal…»

Un cortesano francés del siglo XVII, escribió que las virtudes, a menudo, son sólo vicios disfrazados.

El altruismo puede hacernos sentir bien, pero sentir admiración por uno dista mucho de ser admirable.

La amabilidad es una cualidad en la cual se combinan el amor, la comprensión, la previsión, la empatía y la generosidad, pero para que sea una auténtica virtud debe estar libre de segundas intenciones, incluida la autoestima.

Siempre que nos entreguemos a los demás con un espíritu completamente abierto, sin egoísmos, nuestra actitud es una bendición.

Un sencillo acto de amabilidad repercute en la red de relaciones que nos unen al mundo y puede reavivar sentimientos positivos que se expanden a los cuatro vientos.

El principio oriental del Darma nos enseña que todas las palabras y acciones son semillas que germinan para dar fruto en el momento oportuno.

La primera acción no es la semilla, sino el pensamiento que la genera. Así pues, si la idea -la semilla- es moralmente sana, desinteresada y auténtica, tenemos el camino apropiado para nuestra progresión espiritual.