Del latín anĭmus (que, a su vez, deriva de un vocablo griego que se traduce al español como “soplo”), ánimo es un término que puede ser aprovechado como sinónimo de las ideas de energía, esfuerzo, voluntad y valor. Por citar algunos ejemplos: “Ánimo, que ya estás cerca de terminar la carrera y recibirte”, “Tienes que juntar ánimo y decirle a Alejandra lo que sientes”, “El entrenador le dio ánimo a un equipo que sueña con revertir la serie”.

Según la teoría, ánimo también puede estar vinculado a las intenciones o deseos de un determinado individuo: “No tuve ánimo de ofender a nadie, por eso quiero pedir disculpas a quienes se sintieron atacados por mis dichos”, “No te llamé con ánimo de pelear”, “Llegó al lugar con ánimo de pelear, insultando y agraviando a los presentes”.

En el lenguaje cotidiano, el buen ánimo está identificado con la felicidad, la alegría y una predisposición que, por lo general, es positiva: “Hoy estoy con buen ánimo: me gustan los días de sol”, “Tenemos algunos problemas, pero con buen ánimo todo es más fácil”.

En sentido opuesto, el mal ánimo o el ánimo caído se vincula con la tristeza, el decaimiento y la depresión: “Vamos a la casa de Marcos, está con el ánimo caído por el fallecimiento de su abuelo”, “Me preocupa el tío: últimamente está mal de ánimo y casi no come”.

De la misma forma, tampoco podemos pasar por alto la existencia de diversas locuciones adverbiales que hacen uso de la palabra que ahora estamos analizando. Así, por ejemplo, existe la expresión estrecharse de ánimo, que se utiliza para explicar que una persona en cuestión se ha acobardado o asustado ante un hecho concreto.

Otra locución de esta tipología que emplea el concepto expuesto es la de dilatar el ánimo. En este caso con ella lo que se desea expresar es que alguien intenta consolar a una persona o a sí mismo de las tristezas o aflicciones que tiene mediante la conformidad o bien mediante el establecimiento de la esperanza de que todo se solucionará y pasará.

Desde la perspectiva del derecho, se conoce como ánimo de lucro al propósito de un individuo o de una organización para obtener ganancias a partir de una acción o emprendimiento que puede, en base a sus características, considerarse como ilegal o legal. Las empresas tienen ánimo de lucro, que evidencian en sus operaciones comerciales (como la venta de productos). Las organizaciones no gubernamentales, en cambio, carecen de este ánimo de lucro (debido a que sus acciones buscan el bien común).

En el ámbito cinematográfico hay que exponer que existen varias producciones que giran entorno a la palabra que nos ocupa. Así, un claro ejemplo sería la película titulada “Con ánimo de amar”. En el año 2000 fue cuando se estrenó la misma que está dirigida por Wong Kar-Wai y protagonizada por Tony Leung Chiu Wai y Maggie Cheung.

La historia que se narra, que toma como escenario en el Hong Kong del año 1962, es la de dos vecinos que consiguen afianzar una estrecha amistad, pero esta pasará a ser una relación pasional cuando descubran que sus respectivas parejas se han convertido en amantes.

Varios premios internacionales fueron los que obtuvo esta cinta, tales como el Premio del Jurado en el Festival de Cannes, que es la segunda parte de una trilogía que se inició con “Days of Being Wild” (1991) y que finalizó con “2046” (2004).

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