Nombre completo:  Quino nunca lo mencionó, aunque en una de las tiras donde su maestra le corrige un dibujo, asoma una letra M o N.

Aparición:  29 de septiembre de 1964 – 6 años al comienzo de la tira y 8 en el último libro. Su padre, aumentó 4 años durante la tira.

Universo Psicológico:  Mafalda es una niña excepcional, ya que su curiosidad, visión del mundo y consciencia existencial son mas amplias que las de casi todos los seres humanos. Su generosidad y patriotismo también son encomiables. Precoz, algo cascarrabias, muy despierta. Nunca le faltan preguntas para sus abnegados padres. Sabe qué es lo que busca. Siempre preocupada con la humanidad, la paz y los derechos humanos. Espera tener una carrera universitaria y ser alguien en la vida. Critica duramente a su madre y a su padre, porque a veces son pasivos.

Álbum familiar:  Padre, madre y un hermano menor, Guille. Con ellos forma una típica familia de clase media, que vive en un barrio de Buenos Aires (Argentina). Se supone que en la calle Chile 371, en San Telmo. Debe tener al menos una abuela, porque después de unas vacaciones les envió una postal. Algunas veces aparece su tía Paca. Tiene una Tortuga «Burocracia» (por la lentitud que tiene para todo).


Personaje principal de la historieta:
Sus comentarios y ocurrencias son el espejo de las inquietudes sociales y políticas de los años 60. Se preocupa por la situación mundial, por lo que está siempre está con la radio. Mafalda representa el inconformismo de la humanidad, pero con fe en su generación. Mundialmente conocida, se transformó en una insignia de las costumbres y la personalidad Argentina.

Odios:  la injusticia, la guerra, las armas nucleares, el racismo, las absurdas convenciones de los adultos y la sopa.

Gustos:  Entre sus pasiones figuran Los Beatles, la paz, los derechos humanos y la democracia. Le gustan los dibujos de «El Pájaro Loco». Su postre preferido son los panqueques. Suele jugar en el parque, a los vaqueros, con sus amigos.

Descubriendo a Mafalda

¿Quién es Mafalda? Una nena terrible, simpática y atrevida, que vive en la Argentina de mediados de los 60 y principios de los 70. Nacida de una típica familia de la Buenos Aires (porteña) de clase media. Esta niña, como todas, tiene una familia y unos amigos que forman su pandilla. Va a la escuela y, en verano, cuando le salen las cuentas a su papá, va de vacaciones.
Pero Mafalda no es una niña del montón. Sino un ser humilde y comprometido con las etnias, le preocupa el mundo y no entiende como los adultos pueden llevarlo tan mal. Es mundialmente famosa por la gracia de sus preguntas, la inocencia de su mundo y la altura de sus ideales. Luchadora social incansable, emite manifiestos políticos desde su sillita con una inocente falta de inocencia. Puede decirse que es una revolucionaria más allá del lápiz y el papel. A través de Mafalda y su entorno, su autor, Quino (Joaquín Salvador Lavado), reflexiona sobre la situación del mundo y las personas que en él vivimos.

Curiosa, inquieta y terriblemente irónica. En un cuerpo de niña despunta la rebeldía juvenil marcada por el progresismo. Mafalda es una rebelde sensata, no es una destructora anárquica del mundo. Es contestataria, con un corazón generoso y una cabeza abierta y propensa a filosofar de cualquier hecho cotidiano. Representa la aspiración idealista y utópica a hacer de éste un mundo mejor, aunque la envuelve el pesimismo y la preocupación casi todo el tiempo debido a las circunstancias que lo aquejan inevitablemente. Le gustaría estudiar idiomas y trabajar de intérprete en las Naciones Unidas para contribuir a la paz mundial. Mafalda está convencida del progreso social de la Mujer y lo preconiza a ultranza, algo adelantado a su época.

Acerca de su Cumpleaños

Según una nota aparecida en la revista Viva, el 15 de Marzo de 1962 nacía Mafalda. En la nota decía lo siguiente:  La chica del flequillo inconfundible y las ideas contestatarias, nació en esa fecha, según se lo confiesa al director de una revista, carta mediante. La historieta que consagró a «Quino» había visto la luz en 1964 en la desaparecida revista «Primera Plana», y luego pasó al diario «El Mundo». Cuando este medio cerró, Mafalda y sus amigos tuvieron vacaciones forzadas, hasta que la revista «Siete Días» decidió contratarlos. En su primera aparición, Mafalda le mandaba una especie de currículum al director de la publicación. Allí, amén de dar a conocer su fecha de nacimiento, la chica contaba muchas otras cosas.»

Tomando como referencia eso, en 2007 se festejó en muchos lados los 45 años del personaje. Sin embargo, Quino aclara, que el día de su primera publicación fue el 29 de septiembre de 1964 en la revista Primera Plana, y que por eso él considera que ése es el día del nacimiento de Mafalda como personaje de historieta. Entre otras cosas dice: «Cualquier otro cálculo de cumpleaños es incorrecto. El mal entendido se debe a que en una tira publicada el 15 de marzo de 1966 en el diario El Mundo, se dice que habría nacido en 1960, mientras que en la biografía publicada el 2 de junio de 1968 en la revista Siete Días dice que nació “en la vida real” el 15 de marzo del 62. Ni una ni otra fecha son de tener en cuenta, ya que pensar en una cronología para un personaje de historieta es difícil, Mafalda sigue siendo niña y siempre será así».

Historia de Mafalda

El 29 de Setiembre de 1964 debutó oficialmente como tira «Mafalda», en la revista «Primera Plana»; sin embargo, el personaje en sí había sido creado en 1963. Según Joaquín Salvador Lavado (Quino), autor de «Mafalda», y dueño de una genuina modestia, todo empezó por casualidad y sin que él se propusiera ninguna grandeza: «En realidad Mafalda iba a ser una historieta para promocionar una nueva línea de electrodomésticos llamada Mansfield. La agencia Agnes Publicidad le encargó el trabajo a Miguel Brascó, pero como él tenía otros compromisos, me lo pasó a mí. Esto fue en 1963. Pero la campaña nunca se hizo y las ocho tiras que dibujé quedaron guardadas en un cajón. Hasta que al año siguiente Julián Delgado secretario de redacción de «Primera Plana», me pidió una historieta. Entonces rescaté esas tiras y bueno, ahí empezó todo.» Esta anécdota de Quino, tiene algunos detalles poco conocidos. Por ejemplo, el nombre del empleado de la agencia que le encargó la tira: el actor Norman Briski.

Brascó, hoy día, recuerda: «En aquel momento ese nombre me quedó grabado, porque era una mezcla de mi apellido con el del dibujante Oski. Cuando me llamó, esta coincidencia me resultó graciosa y fui a la agencia a ver de qué se trataba. Querían una familia con padre, madre y dos hijos: un típico contexto para que aparecieran los productos. Lo que necesitaban no tenía nada que ver con lo que yo normalmente hacía, así que le derivé el trabajo a Quino, que en ese momento trabajaba conmigo». Brascó, justamente, era el director del suplemento de humor «Gregorio», de la revista «Leoplán», donde, cuando aún no estaba del todo definido el personaje, fueron publicadas 3 tiras sueltas de la familia. Quino no sospechaba, cuando comenzó con el personaje, que las reflexiones puestas en boca de este personaje serían traducidas a 26 idiomas.

En el caso de Mafalda, la partera no dijo macho: el flamante personaje que con los años se transformaría en un estandarte de lucha por la igualdad social (en tiempos en que la liberación femenina aún estaba en pañales), llevaba sus polleras bien puestas. Quino, el creador de Mafalda, dice hoy día: «-¿Por qué mujer? No lo sé. Al principio uno no se detiene a pensar en esas cosas.-«. El dibujante tampoco se había puesto a pensar, tres décadas atrás, que las ideas de esta niña tan ingeniosa como irreverente, tan reflexiva como contestataria, iban a recorrer el mundo. Mucho menos que aunque la URSS haya desaparecido, lo mismo que Los Beatles y la guerra de Vietnam, el mensaje de Mafalda seguiría manteniendo la misma dosis de genialidad y, sobre todo, de actualidad. Y menos aún sospecharía lo que el escritor Julio Cortázar llegaría a decir de Mafalda.

Luego de publicarse en la revista «Primera Plana», pasó al diario «El Mundo» (de Buenos Aires) desde el 15 de Marzo de 1965.

Cuando este diario cerró (el 22 de Diciembre de 1967), Mafalda y sus amigos debieron tomarse vacaciones durante un tiempo, con la mamá de Mafalda estando embarazada. Mientras tanto, fueron republicados en diversos diarios del interior del país.
Durante unos seis meses no hubo tiras nuevas. Por ese entonces Quino realizaba una página de humor en el semanario «Siete Días Ilustrados» y la publicación decide reemplazarla incorporando a Mafalda, que aparece el 2 de junio de 1968.

Cuando la tira se reanuda en «Siete Días Ilustrados“ había nacido Guille. Se publicaban 4 tiras por semana con un dibujo a modo de encabezado, colocando a los personajes en distintas situaciones. Desde su publicación, Mafalda se ganó la fama de ser un registro minucioso de la clase media argentina de los años ’60 en el escenario mundial del momento. Justamente, ilustrado como un globo terráqueo, al cual Mafalda cuidaba como un enfermo, lo abrigaba y hasta intentó mejorarlo con las cremas de belleza de su madre.

Mafalda retrató y opinó sobre eventos tales como la guerra de Vietnam, la carrera espacial, el movimiento tercermundista, el asesinato de Kennedy, los derechos humanos, el sexo, la represión, el psicoanálisis, el feminismo y la religión, entre otros muchos. Según opinan los expertos, con Mafalda, el género de la historieta pasó de lo social a lo psicológico. Con una exacta dosis de simpleza y profundidad, Mafalda se convirtió en el personaje de historieta que más significa hoy para los argentinos.

En cuanto al exótico nombre de «Mafalda», surgió de la versión cinematográfica de la novela «Dar la cara», de David Viñas; en una escena de esa película aparece una beba dentro de un moisés que se llama así, y Quino adoptó el nombre, ya que le pareció alegre. El autor jamás imaginó que ese ser diminuto y genial, con una inteligencia y sagacidad inmune a los razonamientos adultos y apenas rodeada de un apropiado universo infantil, elevaría la historieta a la categoría de «cuentos morales». Sus historietas fueron guiños hacia los estereotipos de Argentina y del mundo en el momento, retratando diferentes aspectos del género humano.

Quino ha declarado en múltiples ocasiones que estaba sorprendido por la repercusión que han tenido sus dibujos en países tan diferentes al natal como Japón o Estados Unidos. Dijo, en declaraciones al diario El Mundo, de España, que «Las tiras de Mafalda están sembradas de tópicos argentinos, y siempre me he preguntado cómo pueden entenderlas en otras culturas» . Lo cierto es que con el paso del tiempo, esta historieta protagonizada por una niña rebelde y tierna, junto a su singular grupo de amigos, se ha convertido en objeto de culto, no sólo en su país natal sino en muchos países alrededor del planeta. Algo así como ha pasado con Los Simpsons.

Mafalda, en más de cincuenta años de existencia, traspasó no sólo fronteras sino también los estrechos márgenes de las tiras para convertirse en un personaje más de la realidad. Debido al gran éxito de este personaje se han hecho a lo largo de los años innumerables cantidades de artículos sobre ella como ser muñecas, remeras, accesorios, vasos, etc.