Densificación y un endurecimiento de la piel, ligados a frotamientos repetidos, por lo tanto a actitudes y ciertos esquemas de pensamientos rígidos que transporto actualmente. Varias regiones del cuerpo pueden estar afectadas.

La piel se vincula a la energía mental y cuando se acumula ésta o se cristaliza, en reacción de miedo con relación a una situación cualquiera, sobreviene entonces una inmovilidad o una inercia que impiden el desplazamiento de esta energía, sin flexibilidad en mis pensamientos.

Me mantengo abierto aunque tenga miedo. Este miedo me lleva a cerrarme y estrechar mi visión objetiva de la vida. Descubro la causa de mi miedo y entonces, la energía bloqueada y acumulada en la epidermis empezará a difundirse en armonía conmigo.

Mi piel se volverá blanda y joven. La región en la cual se manifiesta la callosidad puede darme informaciones suplementarias: por ejemplo, en el nivel del hombro, endurezco mis ideas y mis actitudes frente a las responsabilidades de mi vida y etc.