Es a través de la Conciencia del Amor y del Servicio donde la vida se transforma en una permanente actitud de comprensión y agradecimiento, disfrutando de la oportunidad de estar vivos, experimentando y compartiendo la Magia del Amor y la Amistad en su más alta expresión, descubriendo su mayor legado de Paz: la Felicidad Humana.

Cuando esta actividad conciente se expresa desinteresadamente, desarrollamos la capacidad de generar una actitud de empatía permanente que nos conecta de forma directa con los demás y la propia Inteligencia de la Naturaledza, permitiéndonos reconocer la belleza de la Unidad en la Diversidad e integrándonos conscientemente con un orden superior, es aquí donde despierta la Conciencia del Amor.

El Amor es el eterno principio que unifica, amalgamando cohesivamente todo lo que existe en la Creación.

El Perdón, la Compasión y la Belleza son sus primeros rasgos característicos en su expresión. La Misericordia y la Bienaventuranza son el gran destello de iluminación posterior, que nos indica, finalmente, el verdadero y definitivo Despertar de la Conciencia del Amor en nosotros mismos.

Cuando la Conciencia del Amor se exprese en la vida cotidiana de la sociedad toda, la humanidad enfrentará con naturalidad esta realidad y recién entonces será capaz de hacer precipitar ese futuro tan esperado de Unidad en Diversidad. Como resultado de ello, la Naturaleza entera se verá renovada y así la Tierra se acercará paulatinamente cada día más al paraíso.

Al Maestro no le interesa la fuerza de oposición mundana del trabajador, ni la cantidad de personas que se reúnan alrededor de su personalidad, sino los móviles que impulsan su actividad y el efecto que su influencia ejerce sobre sus semejantes.

El verdadero servicio es la emanación espontánea de un corazón amoroso y de una mente inteligente, el resultado de hallarse en el lugar correspondiente y permanecer en él; el producto de la inevitable afluencia de la fuerza espiritual y no de la intensa actividad en el plano físico; es el efecto del hombre cuando expresa lo que en realidad es, un divino Hijo de Dios, y no el efecto estudiado de sus palabras o actos.

Un verdadero servidor reúne alrededor de él, a quienes es su deber servirlos y ayudarlos por medio de la fuerza de su vida y su personalidad espiritualizada, y no por sus pretensiones o aseveraciones orales. Sirve olvidándose de sí mismo, sigue su camino abnegadamente, no piensa en la magnitud o el fracaso de sus realizaciones, ni tiene ideas preconcebidas de su propio valor o utilidad. Vive, sirve, trabaja y ejerce influencia, sin pedir nada para el yo separado. (Alice Bailey).

Del Proyecto: «Educadores de la Conciencia» de Fundación PEA consta en dictar seminarios para público en general, en base a las siguientes premisas, reflexionadas y sintetizadas por nuestro Director General Prof. Marcelo G. Martorelli.