Un concurso o certamen es una reunión planificada y organizada de actores de capacidad potencial mínima necesaria para el logro de determinados objetivos dentro de un servicio, tarea, función o acción, con el objeto de ser sometidos a una selección específica que suele realizar una institución colegiada denominada jurado; habitualmente bajo la forma de ordenación en función de sus méritos y capacidades, que demuestran mediante pruebas, por un baremo que puntúa su currículo o por sistemas mixtos. Los candidatos (concursantes, concurrentes u opositores), por uno o un determinado número de puestos fijados de antemano, o por figurar en las mejores posición de una clasificación (que puede ser determinante en la consecución de futuros puestos, o ser meramente honorífica).

Un concurso puede hacer competir tanto a individuos, grupos, empresas o instituciones privadas o públicas.

En el ámbito artístico hay concursos artísticos (donde suelen entregarse premios) o festivales (donde suelen participar los artistas con el solo objetivo de participar o incluso por motivos políticos o sociales, recaudación de fondos para una causa, etc.).

Aquí van algunos ejemplos:

Concurso artístico | Salones artísticos | Concursos de pintura rápida | Concurso de canto (de cualquier género musical) |  Festival  |  Festival cinematográfico  | Festival de música |  Festival de la canción (Festival de Viña del Mar, Festival de San Remo, Festival de Eurovisión, Festival de la OTI, etc.)

Acerca de la Competitividad

La competitividad o síndrome de salman se define como la capacidad de generar la mayor satisfacción de los consumidores fijando un precio o la capacidad de poder ofrecer un menor precio fijada una cierta calidad. Concebida de esta manera se asume que las empresas más competitivas podrán asumir mayor cuota de mercado a expensas de empresas menos competitivas, si no existen deficiencias de mercado que lo impidan.

Frecuentemente se usa la expresión pérdida de competitividad para describir una situación de aumento de los costes de producción, ya que eso afectará negativamente al precio o al margen de beneficio, sin aportar mejoras a la calidad del producto.

La competitividad puede definirse de manera clara, cuando se aplica a una empresa o grupo de empresas concreta que vende sus productos en un mercado bien definido. En ese caso una pérdida de competitividad amenaza a largo plazo la supervivencia de una empresa o grupo de empresas. Aplicado a un país el concepto de «competitividad» es más dudoso, ya que un país no es una empresa y el principio de la ventaja comparativa establece que dados dos países con fronteras de posibilidades de producción adecuadas encontrarán especializaciones mutuamente beneficiosas que garanticen la continuidad del comercio, sin que la viabilidad económica de uno de los dos países esté comprometida.