La constelación familiar (Familienaufstellung, en alemán, cuya traducción es colocación de la familia) es una terapia considerada alternativa que toma elementos no reconocidos de la antropología social, la teoría sistémica, psiquiatría y el psicoanálisis.

Bert Hellinger es el creador de las Constelaciones Familiares. De su trabajo con Análisis Transaccional extrae una visión multigeneracional en el acercamiento a los problemas y eso le lleva a la Terapia Sistémica. Al profundizar descubre los sistemas de compensación que utilizan los sistemas familiares y desarrolla lo que llamó Órdenes del Amor.

En el desarrollo de una Constelación, ponemos en escena la imagen de nuestro sistema familiar eligiendo en el Grupo de Trabajo a los representantes para los verdaderos miembros de nuestra familia. Allí donde hay perturbación, el representante va a manifestar sentimientos, emociones y actitudes que van a evidenciar los vínculos ocultados, los secretos, las normas y sus incumplimientos que regulan nuestro sistema familiar.

Bert Hellinger es el creador de las Constelaciones Familiares. Filósofo, teólogo y pedagogo alemán fue durante 16 años misionero de una orden católica en Sudáfrica. Posteriormente se forma en Psicoanálisis, Dinámica de Grupo, Terapia Primaria e Hipnoterapia. Trata también con la Terapia Gestalt y la PNL. De su trabajo con Análisis Transaccional extrae una visión multigeneracional en el acercamiento a los problemas y eso le lleva a la Terapia Sistémica. Al profundizar descubre los sistemas de compensación que utilizan los sistemas familiares y desarrolla lo que llamó Órdenes del Amor.

Muchos de nuestros sentimientos, comportamientos y síntomas no están vinculados a nuestra historia personal, sino que tienen su origen en una lealtad familiar que quiere que una generación reanude los conflictos no regulados de las generaciones anteriores.

Las Constelaciones Familiares permiten dar luz sobre estos conflictos y repararlos para liberar los que los llevan.

Órdenes del amor
Bert Hellinger y las Constelaciones FamiliaresBert Hellinger denominó a las normas que regulan los sistemas humanos, Órdenes del amor. El orden está por encima del amor de la misma forma que el cauce conduce al río o el vaso contiene el agua. El amor sólo se desarrolla dentro del orden, pudiendo así crecer y prosperar.

Cuáles son estas tres grandes normas que regulan los sistemas humanos

La pertenencia.
Todos los miembros de una familia tienen el mismo derecho de pertenencia. Es un derecho que no se puede impugnar. No hay grado de pertenencia superior o inferior. El simple hecho de nuestro nacimiento (hasta debería decir concepción) nos da un lugar en la familia. Incluso nuestra muerte no puede volver a poner esta pertenencia en cuestión.
el orden.

El orden sistémico respeta el orden cronológico. Así los padres vienen antes que los hijos. El primer hijo viene antes que el segundo y así sucesivamente. Un primer cónyuge guarda su lugar de primer cónyuge, incluso si no es ya el cónyuge actual. Los «grandes» asumen las responsabilidades que les vuelven de nuevo, los niños no son más que niños, los mayores tienen derechos y deberes frente a los más jóvenes.
el equilibrio entre dar y tomar.

Las relaciones humanas se equilibran según un intercambio equitativo entre dar y tomar (o recibir). La perpetuidad de una relación es condicionada por la igualdad de este intercambio.

Entre padres e hijos, el intercambio se hace de manera diferente: los padres dan la vida al hijo, el hijo recibe la vida de sus padres. Cuando el hijo se vuelva padre dará a su vez a sus hijos, que tomarán. Así el intercambio entre padres e hijos se equilibra ya que la deuda de los hijos hacia los padres por la vida recibida es tan grande que es imposible de devolver. De esta forma el equilibrio se establece.

¿Y cuando no tenemos hijos?
Entonces lo importante es hacer algo bueno con nuestra vida que enriquezca nuestro entorno.
¿De dónde viene esta necesidad de cohesión en el tejido familiar?
Sistema familiar en Constelaciones FamiliaresLas leyes de la vida son intransigentes y velan con el mayor cuidado del mantenimiento de su plan. En casa, el niño llega en un estado de dependencia total. La necesidad de ser aceptado por su clan, su familia, es vital. Las condiciones en las cuales él se acoge importan poco, con tal de que sea acogido. El niño va pues a hacer suyo incondicionalmente el destino de su familia que comparte sin reservas, y si es necesario a costa suya. Esta forma de amor es más absoluto aún que el amor de los padres para sus niños.

Así el niño, llevado por un movimiento afectivo, puede asumir los sufrimientos y los destinos de otros miembros de la familia, por amor.

Y el sistema familiar, para restablecer un equilibrio roto y su supervivencia, puede encargar al recién llegado la misión de reparación.

Se puede acercar esto a una transmisión genética ya que es inconsciente, inevitable, impresa en cada una de nuestras células.

Se hablaría de Memoria Familiar Inconsciente.

Los vínculos en la familia son los garantes de la supervivencia de la especie y el individuo (o del grupo cualquiera que sea).

Si estos vínculos, por una razón u otra, se desequilibraron o se destruyeron en la historia de nuestra familia, queda un rastro en la memoria familiar. Esta memoria familiar se transmite y la llevamos todos en nosotros, de manera inconsciente. Y varias generaciones después de que el daño ha ocurrido, mientras no se repare, se pueden ver resurgir rastros de este desequilibrio o esta ruptura. Es una forma de fidelidad familiar inconsciente, una lealtad que impulsa las más jóvenes generaciones «a reparar».

¿Cómo se desarrolla una Constelación?
En la práctica, ponemos en escena la imagen de nuestro sistema familiar eligiendo en el Grupo de Trabajo a los representantes para los verdaderos miembros de nuestra familia. Allí donde hay perturbación, el representante va a manifestar sentimientos, emociones y actitudes que van a evidenciar los vínculos ocultados, los secretos, las normas y sus incumplimientos que regulan nuestro sistema familiar.

Ver estas Constelaciones Familiares colocarse progresivamente hasta encontrar el origen de la perturbación, es como dar luz sobre este momento de vida que permanecía en la sombra y que forma parte de nuestra vida, puesto que pertenece a nuestros antepasados.

Una vez hecha la luz, el trabajo de Constelaciones consiste también en restablecer, uno a uno, todos los vínculos rotos, en solucionar las tensiones, en volver a dar su lugar a los excluidos.

¿Y después?
Una vez restablecido el orden, éste permanece «impreso» en la Memoria Familiar que libera finalmente a los descendientes.

Las Constelaciones no tienen tiempo (el trabajo se hace sobre varias generaciones por medio de los representantes), ni espacio (llegan a los miembros de la familia allí donde se encuentren).

Es un trabajo profundo y que da fuerza. Los efectos pueden ser inmediatos, o tomar tiempo para desarrollarse plenamente.

El simple hecho de asistir a su constelación de forma atenta y sobre todo de haberse impregnado de la imagen final del orden restablecido ya hace su camino hacia el inconsciente.

Y no solo beneficia al interesado. Los representantes también reciben algo sanador para sus propias vidas.

¿Qué problemas podemos abordar?
Paternofiliales, de relación de pareja, de trabajo, desarreglos físicos, adicciones, todo un amplio abanico. En todos ellos podemos encontrar un origen sistémico.

Epílogo
Todas las personas que han participado en una Constelación Familiar coinciden en que, por muy bien que se explique sobre el papel, es una experiencia que sólo se comprende en toda su intensidad viviéndola desde el interior, es decir, realizando la constelación de su sistema familiar o participando como representante.

Compilado por: Ana Gonzalez 03/12/2016  11:23am
Fuentes: SaludTerapia. Wikipedia