Los estudios demuestran que la desmotivación de los empleados cuesta a las empresas, sólo en EEUU, 250 mil millones de dólares anuales. “Nadie acepta un trabajo con el objetivo de fracasar y ningún empleador contrata un empleado con la intención de despedir” asegura Terri Kabachnick, asesora de empresas y autora del éxito de ventas “I Quit, But Forgot to Tell You” (Renuncio, olvidé decírtelo).

Según Kabachnick, una de las razones de que un empleado pierda la motivación es un puesto de trabajo no apropiado. “Suele empezar en el momento de la contratación. Durante años, hemos perfeccionado los métodos de trabajo, pero la manera de contratar al personal apenas ha evolucionado. Los directivos, a menudo, buscan un clon de un tipo de personalidad con la que tienen afinidad y se sienten a gusto, en lugar de examinar los requisitos de la función ¿Qué convicciones, aptitudes y cualidades son necesarias? ¿Se requiere de una persona capaz de hacer un trabajo constante y repetitivo, ó alguien a quien le entusiasmen los cambios y una actividad frenética? Son 2 cosas completamente diferentes.”

La definición de un puesto de trabajo es clave a la hora de contratar personal. Quien lo defina debe ser conocedor de las cualidades, requisitos personales/profesionales, y el rol a cumplir, de lo contrario, tendremos un mal inicio y por consecuencia el desempeño de quien contratemos no será el esperado por la organización. La clave es asignar la función adecuada a la persona adecuada.

Los directivos como los empleados tienen responsabilidades para impulsar el compromiso en el lugar del trabajo.

El directivo debe comprender a sus colaboradores directos e instrumentar la forma de estimularlos, potenciarlos y darles el apoyo correspondiente, de esta forma, se lograrán: productividad y alto nivel de rendimiento. Deben comprender a los empleados: ¿Qué los estimula?, ¿Qué los motiva? No todos los seres humanos, somos iguales, queremos lo mismo y reaccionamos de la misma forma a un mismo estímulo.

El empleado necesita también asumir responsabilidades y si usted es empleado y vislumbra posibilidades de mejora que aún no le fueron transmitidas, no espere a su evaluación anual, por el contrario, comuníquele a su jefe y solicítele una valoración sincera de su desempeño. Pida ayuda para ir progresando.

Tampoco debe ser olvidado el crecimiento personal siendo una de las principales causas del empleado desmotivado. Las empresas que no contribuyen al desarrollo personal de sus empleados corren el riesgo de perderlos. La empresa invierte tiempo, esfuerzo y dinero en preparar al empleado para la función y luego olvida que la preparación debe ser instrumentada en forma continua.

Fomente un clima laboral de motivación…
• Involucre al empleado en el negocio, invítelo a resolver o aportar ideas en solucionar problemas en otra área distinta de la que él se desempeña.
• Participe al empleado en reuniones a las cuales no suele ser invitado.
• Organice desayunos de trabajo de manera que su empleado se relacione con los empleados y jefes de otros departamentos.
• Comunique al empleado, mediante reuniones regulares, del estado del negocio y como el aporte y contribución de él es necesaria.
• Felicite a su empleado por lo que hace correctamente. No se dirija a él solamente por lo que hace mal.

Porque…
• En el ámbito de la seguridad, la desmotivación es una de las amenazas latentes.
• Hoy más del 80% de los ataques se producen desde dentro de la compañía y una de las causas es el empleado descontento, el empleado que no se siente parte e identificado con el negocio.
• La desmotivación comienza cuando se detiene el aprendizaje, el desarrollo y la comunicación.

No olvide que…
“La capacidad consiste en lo que usted es capaz de hacer. La motivación determina lo que usted hace. La actitud determina que tan bien lo hace” – Lou Holtz
Por último, los invito a ver un video motivacional donde con un simple mensaje se transmite lo importante que es sentirse animado y porque cuando alguien evoluciona, también evoluciona todo a su alrededor…

Fuente: El ABC de la desmotivación. Por Claudia Diego