El interrogador puede ser el más sutil de los dramas de control. Incluso entrenado profesionalmente se puede considerar como el maestro para conseguir lo que una persona necesita a la hora de conversar.

El interrogador es menos amenazador desde el punto de vista físico, pero socavan el ánimo, y la voluntad cuestionando cualquier actividad y motivación. Montan el Drama de hacer preguntas y sondean el mundo del otro, con el propósito específico de encontrar algo equivocado, apenas lo hacen, critican ese aspecto de la vida del otro. Si esta estrategia tiene éxito, la persona criticada es incorporada al drama.

De repente empieza a sentirse tímida respecto del interrogador y presta atención a lo que este hace y piensa para no cometer algún error susceptible de ser notado por el interrogador. Esta deferencia psíquica le da al interrogador la energía que requiere. Cuando una persona queda atrapada en el drama del interrogador, normalmente tiende a actuar de manera tal que esa persona no lo critique y así, el interrogador lo saca de su camino y lo despoja de su energía, porque la victima se juzga a si mismo por lo que el interrogador pueda pensar.

El interrogador siempre encuentra algo equivocado en las respuestas de los otros. Son críticos y hostiles, buscan formas de hacer sentir mal a los demás. Él duda de todos los hechos y trata de echarnos la culpa de todo. Cuando hacemos esfuerzos para probar su valía y responderles, cuando tratamos de reaccionar ante él, más le enviamos energía.

Ante El Interrogador, es probable que todo lo que le digamos o contestemos, sea usado en nuestra contra en alguna oportunidad. Criticará todo lo que digamos o hagamos. A su proximidad sentimos como si nos observaran continuamente, como si estuviésemos constantemente vigilados. Su comportamiento puede ir de ser cínicos, escépticos, sarcásticos, fastidiosos, perfeccionistas, santurrones, a ser viciosamente manipuladores. Inicialmente atraen a los demás con su ingenio, su lógica infalible, sus hechos y su intelecto.

El comportamiento del Interrogador como padre, origina el comportamiento del Distante o Pobre de Mí, o ambos, en sus hijos. Ambos tipos quieren escapar del sondeo del Interrogador. Los distantes no quieren tener que responder (ni ver su energía absorbida) al escrutinio constante y fastidioso del Interrogador.