La palabra «enemigo» viene del latín inimicus que significa «no amigo». El enemigo no era necesariamente un rival o agresor, era simplemente alguien que no era amigo. En el tiempo de los romanos las cosas eran bien simple: Estabas con ellos o en contra. Es parecido a lo que dijo George W. Bush después de la tragedia del 11 de Septiembre, 2001. Estas con él, o con los terroristas.

Para los romanos, cualquier pueblo que no fuera amigo, era candidato de ser la próxima victima del imperio romano. Ver: adicto, ovación, subasta, y victoria.

La palabra enemigo viene efectivamente del lat. inimícus, formado con el pref. negativo in-> y amicus. Lo que ocurre es que entre los romanos inimicus se aplicaba exclusivamente a las enemistades personales y privadas, siendo la voz hostis la que designaba al país, al ejército o al pueblo enemigo. A veces se calificaba cono hostis a la persona declarada enemigo público. De la raíz hostis – que etimológicamente significa extranjero- provienen palabras como hostil, hostilizar, hostilidades, etc. – Gracias: Pedro Menoyo Bárcena

Todo es según el cristal con que se mira. Algunas personas le tienen xenofilia a los extranjeros, mientras que otros sienten xenofobia. A veces los extranjeros eran tratados como amigos, hospes también significa extranjero y es la raíz de las palabras huésped, hotel, hospital, etc.
No confundir hostis con hospes, ver: hueste

La cultura considera enemigo a una persona o grupo de personas, que se oponen a otro grupo de personas ya sea por sus ideas, pensamientos, actividades o por motivos políticos radicales tales como el invadir a otro país por la captura de sus Recursos naturales. A diferencia del adversario, el enemigo es la expresión radical de la diferencia entre personas, el antagonismo exacerbado o el desacuerdo extremo, innegociable e intolerante entre entes sociales, políticos, religiosos, etc.

El enemigo como concepto bélico

En el caso de la Declaración de guerra se considera como enemigo a las fuerzas armadas de otro país y, dependiendo de las reglas de enfrentamiento, a sus civiles como hostiles.

Cuando se captura a un enemigo del bando contrario se le podría considerar prisionero de guerra y el cual deberá ser tratado, conforme a los Convenciones de Ginebra si los bandos están suscritos.

En la Segunda Guerra Mundial, el Japón imperial no se adhirió a las convenciones de Ginebra y realizó innumerables actos de barbarie en contra de sus prisioneros de guerra, en especial a aquellos náufragos de embarcaciones hundidas por el arma de submarinos como es el caso del I-26y el I-8. Los civiles enemigos no corrieron mejor suerte como es el caso de la Batalla de la Isla Wake en que se ejecutaron a 98 civiles y militares en 1943.

Tampoco escaparon a estas prácticas contrarias a la convención de Ginebra AlemaniaEstados Unidos ni Inglaterra. En el caso de la Alemania nazi, esta recurrió a los prisioneros rusos para masacrarlos directamente en las bolsas, en experimentos con armas biológicas, experimentos en condiciones extremas o gaseamientos en campos de concentración.

Paradójicamente, se dieron casos de cooperación simbiótica entre enemigos, como es el caso del prisionero ruso que accedió a cooperar con los alemanes incluso en pasarse de bando, se les llamó Hiwi.

En las guerras civiles, los enemigos del bando perdedor o antagonista no están amparados ni por la ley ni convenciones, por lo que son más cruentos los tratos entre connacionales.

Compilado por Fabián Sorrentino. Fuentes: Etimologías de Chile. Wikipedia.