El término energía (del griego ἐνέργεια enérgeia, «actividad», «operación»; de ἐνεργóς energós, «fuerza de acción» o «fuerza de trabajo») tiene diversas acepciones y definiciones, relacionadas con la idea de una capacidad para obrar, surgir, transformar o poner en movimiento.

En física, energía se define como la capacidad para realizar un trabajo.​ En tecnología y economía, «energía» se refiere a un recurso natural (incluyendo a su tecnología asociada) para poder extraerla, transformarla y darle un uso industrial o económico.

Mecánica Clásica

En física clásica antigua, la ley universal de conservación de la energía —que es el fundamento del primer principio de la termodinámica—, indica que la energía ligada a un sistema aislado permanece constante en el tiempo.​ Eso significa que para multitud de sistemas físicos clásicos la suma de la energía mecánica, la energía calorífica, la energía electromagnética, y otros tipos de energía potencial es un número constante. Por ejemplo, la energía cinética se cuantifica en función del movimiento de la materia, la energía potencial según propiedades como el estado de deformación o a la posición de la materia en relación con las fuerzas que actúan sobre ella, la energía térmica según su capacidad calorífica, y la energía química según la composición química

En la teoría de la relatividad el principio de conservación de la energía se cumple, aunque debe redefinirse la medida de la energía para incorporar la energía asociada a la masa, ya que en mecánica relativista, si se considerara la energía definida al modo de la mecánica clásica entonces resultaría una cantidad que no se conserva constante. Así pues, la teoría de la relatividad especial establece una equivalencia entre masa y energía por la cual todos los cuerpos, por el hecho de estar formados de materia, poseen una energía adicional equivalente a E = √((mc2)2+(pc)2), y si se considera el principio de conservación de la energía esta energía debe ser tomada en cuenta para obtener una ley de conservación (naturalmente en contrapartida la masa no se conserva en relatividad, sino que la única posibilidad para una ley de conservación es contabilizar juntas la energía asociada a la masa y el resto de formas de energía).

En mecánica cuántica el resultado de la medida de una magnitud en el caso general no da un resultado determinista, por lo que solo puede hablarse del valor de la energía de una medida, no de la energía del sistema. El valor de la energía en general es una variable aleatoria, aunque su distribución sí puede ser calculada, si bien no el resultado particular de una medida. En mecánica cuántica el valor esperado de la energía de un estado estacionario se mantiene constante. Sin embargo, existen estados que no son propios del hamiltoniano para los cuales la energía esperada del estado fluctúa, por lo que no es constante. La varianza de la energía medida además puede depender del intervalo de tiempo, de acuerdo con el principio de indeterminación de Heisenberg.

La energía es una propiedad de los sistemas físicos, no es un estado físico real, ni una «sustancia intangible». No obstante, hay quienes, como Wilhelm Ostwald, han considerado a la energía como lo auténticamente real, ya que, según la ecuación de la equivalencia la masa que es la medida de la cantidad de materia, puede transformarse en energía y viceversa. Por tanto, no es una abstracción, sino una realidad invariable a diferencia de la materia. En mecánica clásica se representa como una magnitud escalar. La energía es una abstracción matemática de una propiedad de los sistemas físicos. Por ejemplo, se puede decir que un sistema con energía cinética nula está en reposo. En problemas relativistas la energía de una partícula no puede ser representada por un escalar invariante, sino por la componente temporal de un cuadrivector energía-momento (cuadrimomento), ya que diferentes observadores no miden la misma energía si no se mueven a la misma velocidad con respecto a la partícula. Si se consideran distribuciones de materia continuas, la descripción resulta todavía más complicada y la correcta descripción de la cantidad de movimiento y la energía requiere el uso del tensor de energía-impulso.

Matemáticamente, la conservación de la energía para un sistema es una consecuencia directa de que las ecuaciones de evolución de ese sistema sean independientes del instante de tiempo considerado, de acuerdo con el teorema de Noether. La energía también es una magnitud física que se presenta bajo diversas formas, está involucrada en todos los procesos de cambio de estado físico, se transforma y se transmite, depende del sistema de referencia y fijado este se conserva. Por lo tanto, todo cuerpo es capaz de poseer energía en función de su movimientoposicióntemperaturamasa, composición química, y otras propiedades. En las diversas disciplinas de la física y la ciencia, se dan varias definiciones de energía, todas coherentes y complementarias entre sí, y todas ellas siempre relacionadas con el concepto de trabajo.

En la mecánica se encuentran:

Energía mecánica, que es la combinación o suma de los siguientes tipos:

Energía cinética: relativa al movimiento.

Energía potencial: la asociada a la posición dentro de un campo de fuerzas conservativo. Por ejemplo, está la energía potencial gravitatoria y la energía potencial elástica (o energía de deformación, llamada así debido a las deformaciones elásticas). Una onda también es capaz de transmitir energía al desplazarse por un medio elástico.

En electromagnetismo se tiene a la Energía electromagnética, que se compone de:

Energía radiante: la energía que poseen las ondas electromagnéticas.

Energía calórica: la cantidad de energía que la unidad de masa de materia puede desprender al producirse una reacción química de oxidación.

Energía potencial eléctrica (véase potencial eléctrico).

Energía eléctrica: resultado de la existencia de una diferencia de potencial entre dos puntos.

En la termodinámica están:

Energía interna, que es la suma de la energía mecánica de las partículas constituyentes de un sistema.

Energía térmica, que es la energía liberada en forma de calor.

Potencial termodinámico, la energía relacionada con las variables de estado.

 

La Energía Mental: ¿Cómo la concibe la psicología?

Es común a toda la escuela psicoanalítica la creencia en la existencia de la energía mental. Esta energía es una transformación de la energía física y es el motor de la vida psíquica. Todas las actividades psíquicas, desde las puramente instintivas hasta las intelectuales, son posibles merced a dicha energía; actividades tan importantes en la vida emocional como las catexias y las contracatexias son igualmente manifestación de dicha energía.

La noción de energía psíquica tiene importancia también porque en ella se encuentra la explicación del trastorno psíquico: los contenidos reprimidos que actúan patológicamente en el sujeto no son meramente representativos -por ejemplo en la forma de recuerdo inconsciente-, sino que el contenido representativo está asociado a una energía que pugna por hacerse presente al sujeto manifestándose en los sueños, la conducta trastornada o la somatización. La cura sobreviene cuando el sujeto permite la manifestación consciente y propia de dicha energía.

“Energía Mental” combustible de equilibrio y felicidad

Un articulo del Blog: Pensamientos Poderosos.

Todo es energía  todo vibra; los seres humanos somos energía, por ende, nosotros influimos en nuestro ambiente y nuestro ambiente influye en nosotros” –Siria Grandet.

“Como recargarnos, sentir la energía positiva y evitar su fuga”
Conocemos desde la etapa escolar que la energía puede ser transferida de un cuerpo a otro, o trasladarse  a otro estado.  No aparece de la nada, ni desaparece nunca.

«Caminamos en el mundo intercambiando  energías»

Las personas vivimos intercambiando energías, ya sean estas positivas o negativas, lo sentimos claramente por ejemplo, cuando nos saludan con una amplia sonrisa y un abrazo sincero, las tensiones acumuladas se liberan en ese momento, sentimos una especial armonía, lo que nos invita a devolver una resonancia de sonrisas.

Pero si nos encontramos con una persona, que ni bien nos saluda  inicia un discurso de críticas, lamentando que todo le sale mal , que las personas tienen que ver con todo lo malo que le sucede. Notamos que a medida que pasa el tiempo nos vamos contrayendo, el oxígeno comienza a disminuir, la atmósfera se torna densa, nos preguntamos ¿Fue constructiva para ambas partes la conversación?, algo sucedió, ya no nos sentimos tan bien, algo se fue, se escapó.

Fue nuestra energía que la dejamos ir  y permitimos el ingreso de una  carga inútil de energía negativa.

Sobre el mismo suceso, podemos revertir tal situación haciendo fluir un campo energético positivo, trasmitido a través de nuestras palabras, pensamientos y acciones, recirculando la energía para que ésta se cuele y se convierta en útil y constructiva para todos.  ¿De qué manera? Reorientando la conversación hacia la búsqueda de luces, de soluciones, siendo concretos, empáticos y eficaces en dicha transmisión.

La vida cotidiana es una constante de interacciones con otros en el mundo, ocurre una transferencia de energía mental, lo hacemos a través de nuestras emociones, acciones, necesidades, sentimientos, así como tensiones, estrés y emociones negativas.

¿De qué manera perdemos energía mental?

Cuando nos preocupamos por sucesos que escapan a nuestro control, sobreviene el estrés.

Dispersando nuestra atención a puntos irrelevantes y descuidamos prioridades.

Cuando no tenemos la suficiente destreza en una tarea, generamos tensión o no nos motiva lo suficiente. (En este caso la tensión es un proceso natural, una vez desarrollada la destreza o aparición de un nuevo reto, el organismo da paso a la autorregulación.

Cuando vivimos en estado pasado y futuro constante y no “en presente

A través de nuestro diálogo interno negativo (autorreproche, autodesaprobación,  desvaloración, miedos).

Diálogo con los demás (juicios, críticas, ocuparse de asuntos irrelevantes sin ninguna utilidad para si mismo ni para los demás)

Ausencia de visión personal.

¿De dónde se toma y cómo llegar a ser más energético?

Ejercicio físico de nuestra preferencia.

Dormir bien

Tener relaciones familiares, de pareja o amicales equilibradas.

Meditar (descarga diaria de energía negativa acumulada, reseteo o limpieza diaria)

Servicio, compartir con otros parte de uno.

Adecuada alimentación

Realizar la actividad o trabajo que  nos guste

Conectarse con la naturaleza

Seguir una visión

Por último, para mantenernos energéticos es recomendable encontrar fortalezas para hacer lo que nos gusta, deshacernos de lo que nos hace ruido y nos perturba, y si no podemos cambiar algunas cosas, buscar gratificarnos por lo que vamos logrando, valorando lo que tenemos. Podemos convertirnos en una fábrica energética productora de optimismo, sonrisas, voluntad, comprensión y servicio con amor a donde vayamos.

Ver definición completa en Wikipedia.