¿Qué ocurre cuando miles de personas enferman o mueren durante una epidemia? ¿A todos les corresponde aprender la misma lección? Las epidemias han afectado siempre a un gran número de personas. Desde el punto de vista metafísico podemos deducir que la extensión de la epidemia es proporcional a la creencia popular que la mantiene.

Todos los afectados por la epidemia necesitan darse cuenta del mal que se hacen dejándose invadir por la forma de pensar de los demás.

Esta explicación se aplica sobre todo al tipo de epidemia que afecta a miles de personas en un tiempo relativamente corto, incluso en el lapso de pocas semanas o meses.

Desde mi punto de vista, existen muchas enfermedades que se han vuelto epidémicas: el cáncer, el sida, la diabetes, la distrofia muscular, las enfermedades del corazón, el asma, etc., porque afectan a millones de personas cada año y el número sigue aumentando sin cesar a pesar de las grandes investigaciones y descubrimientos de los científicos y de las compañías farmacéuticas.

Podemos concluir que, seguramente, existe algo más que el ser humano debe hacer. Ese algo más no es otra cosa que el amor a sí mismo y el perdón verdadero. Vea las etapas del perdón. Una epidemia es la propagación de una enfermedad contagiosa.

Lo más frecuentemente, se refiere a una enfermedad infecciosa. Puede ser fácil para mí pensar que si contraigo la enfermedad al mismo tiempo que varias otras personas, no es a causa de las emociones que vivo sino porque “la epidemia no se olvida de nadie”.

De hecho, la diferencia entre el hecho que contraigo la enfermedad, sólo o con otros, es sencillamente porque somos varios viviendo situaciones similares. Del mismo modo, puedo vivir inseguridad personal y colectiva referente a la política, la economía, el entorno, igual como puedo vivir una ira personal igual como otras personas.

La naturaleza de la enfermedad me indicará el aspecto de mi vida del cual he de tomar consciencia. Así vuelvo a dar el amor a la parte mía que lo reclama para encontrar más paz y armonía en mi vida.