Beth Ludojoski – viernes, 21 de marzo de 2008, 15:19

Utilidad, provecho o beneficio de orden económico obtenido por una empresa en el curso de sus operaciones. La palabra también sirve para designar, en un sentido más concreto, la diferencia entre el precio al que se vende un producto y el costo del mismo. La ganancia es el objetivo básico de toda empresa o firma que debe hacer uso, por lo tanto, de la combinación óptima de factores productivos para reducir sus costos lo más posible, atrayendo a la vez a los demandantes de los bienes o servicios que produce para vender éstos al mayor precio obtenible.
Desde sus comienzos, la ciencia económica se ha ocupado del problema de determinar en qué consiste la ganancia, es decir, a qué debe atribuírsela y de dónde proviene. Las soluciones han sido diversas según las escuelas económicas o las aproximaciones teóricas que se hayan adoptado: se ha considerado que la ganancia es la retribución que el empresario obtiene por su trabajo, que deriva de la espera o de la abstinencia, o que es la recompensa que se obtiene cuando se asume el riesgo de invertir capital en actividades productivas. En todo caso, las concepciones modernas acerca del problema no definen a la ganancia como una categoría de renta diferente de las demás e insisten, de un modo u otro, en su relación con el riesgo y la incertidumbre de las actividades económicas.

La búsqueda de la ganancia resulta decisiva en el crecimiento de la economía: ella obliga a las empresas a buscar la mayor rentabilidad posible, incorporando incesantemente los adelantos tecnológicos disponibles y tratando de hacer uso de todas las economías de escala existentes, para situarse así en la frontera de eficiencia de la producción; ella permite, por otra parte, que nuevo capital de riesgo se incorpore al mercado, pues la demanda latente de los consumidores estimula la generación de bienes y servicios que, cuando satisfacen tal demanda, producen una ganancia al empresario. Del mismo modo, la ausencia de ganancias <196>o una disminución recurrente de las mismas<196> permite orientar la labor de las empresas hacia las áreas que tienen mayor interés para los consumidores: la empresa que no se adecua a la demanda se ve primero marginada y luego expulsada del mercado, pues la ausencia de ganancias obliga a la misma a retirarse frente a la competencia o a emprender nuevas y diferentes actividades.