También llamados leucocitos (del griego λευκός [leukós] ‘blanco’, y κýτος [kytos] ‘bolsa’ son un conjunto heterogéneo de células sanguíneas que son ejecutoras de la respuesta inmunitaria, interviniendo así en la defensa del organismo contra sustancias extrañas o agentes infecciosos (antígenos). Se originan en la médula ósea y en el tejido linfático. Los leucocitos son producidos y derivados de unas células multipotenciales en la médula ósea, conocidas como células madre hematopoyéticas. Los glóbulos blancos se encuentran en todo el organismo, incluyendo la sangre y el tejido linfoide.

Existen cinco diferentes y diversos tipos de leucocitos (ver clasificación), y varios de ellos (incluyendo monocitos y neutrófilos) son fagocíticos. Estos tipos se distinguen por sus características morfológicas y funcionales en función de asegurar la defensa del organismo. Los glóbulos rojos tienen la función de conservar la hemoglobina en estado activo. Ésta, conducida por la corriente sanguínea, transporta el oxígeno de los pulmones a los tejidos.

La existencia de algún problema con los glóbulos blancos es una indicación de que la persona que lo presenta tiene dificultades para defenderse. No se atreve a afirmarse. Tener demasiados glóbulos indica que quiere golpear a algo o a alguien. Se siente atacada con facilidad. No tener suficientes indica lo contrario, es decir que la persona abandona la partida. Una falta de glóbulos rojos suele provocar anemia. Véase esta enfermedad.

Si te faltan glóbulos blancos, ha llegado el momento de que recuperes la confianza en ti mismo, en tus capacidades y en tus talentos. Sólo tú puedes hacerlo. Lo que crees que no es necesariamente la realidad. Si no logras creer en ti, te sugiero que hables con quienes te conocen para que ellos te digan lo que ven en ti. De otro modo te arriesgas a desanimarte cada vez más y a ver la vida como una carga. Con este problema, tu corazón grita: «Auxilio, quiero alegría en mi vida».

Tus recursos están ahí esperando que creas en ellos y que los utilices. Si tienes demasiados glóbulos blancos, no es necesario que sigas creyendo que debes golpearte para que los demás sepan quién eres, y sobre todo, que te quieran como eres. Combatir constantemente es muy cansado. Recibes el importante mensaje de revisar la opinión que tienes de ti mismo y de creer en tu valor, antes de que el desánimo haga presa en ti y tu problema físico se agrave.