Serie de dibujos que constituyen un relato, con o sin texto, así como al medio de comunicación en su conjunto.

Partiendo de la concepción de Will Eisner de esta narrativa gráfica como un arte secuencial, Scott McCloud llega a la siguiente definición: ‘Ilustraciones yuxtapuestas y otras imágenes en secuencia deliberada con el propósito de transmitir información u obtener una respuesta estética del lector’.

Sin embargo, no todos los teóricos están de acuerdo con esta definición, la más popular en la actualidad, dado que permite la inclusión de la fotonovela y, en cambio, ignora el denominado humor gráfico.

El interés por la historieta «puede tener muy variadas motivaciones, desde el interés estético al sociológico, de la nostalgia al oportunismo».

Durante buena parte de su historia fue considerado incluso un subproducto cultural, apenas digno de otro análisis que no fuera el sociológico, hasta que en la década de 1960 se asiste a su reivindicación artística, de tal forma que Morris y luego Francis Lacassin han propuesto considerarlo como el noveno arte, aunque en realidad sea anterior a aquellas disciplinas a las que habitualmente se les atribuyen las condiciones de octavo (fotografía, de 1825) y séptimo (cine, de 1886).

Seguramente, sean este último medio y la literatura los que más la hayan influido, pero no hay que olvidar tampoco que «su particular estética ha salido de las viñetas para alcanzar a la publicidad, el diseño, la moda y, no digamos, el cine».

Las historietas suelen realizarse sobre papel, o en forma digital fija o animada (e-comic, webcómics y similares), pudiendo constituir una simple tira en la prensa, una página completa, una revista o un libro (álbum, novela gráfica o tankōbon). Han sido cultivadas en casi todos los países y abordan multitud de géneros. Al profesional o aficionado que las guioniza, dibuja, rotula o colorea se le conoce como historietista.

En los países hispanoparlantes se usan varios términos autóctonos, como monos y sus variantes monitos o monicongos (antes muy usado en México), y, sobre todo, historieta, que procede de Hispanoamérica y es el más extendido.

Algunos países hispanohablantes mantienen, además, sus propias denominaciones locales: muñequitos en Cuba, y tebeo en España.

En Venezuela también se les llama comiquitas por extensión. En el Peru se le denomina chiste. Hacia la década de 1970 comenzó a imponerse en el mundo hispanoparlante el término de origen anglosajón cómic (procedente a su vez del griego Κωμικός, kōmikos, ‘de o perteneciente a la comedia’), que se debe a la supuesta comicidad de las primeras historietas.

En inglés, se usaban además los términos funnies (es decir, divertidos)19 y cartoon (por el tipo de papel basto o cartón en donde se hacían), pero con el tiempo los «animated cartoons» o dibujos animados tendieron a reservarse la palabra «cartoon». Posteriormente aparece desde el movimiento contracultural el término comix, primero en inglés y luego en otras lenguas, que suele reservarse para publicaciones de este estilo.

Obviamente, las historietas no tienen por qué ser cómicas y por ello los franceses usan desde los años 1960 el término bande dessinée (‘tiras dibujadas’), abreviado BD, que en realidad es una adaptación de comic strip.

El portugués tradujo del francés para crear banda desenhada, mientras que en Brasil se la denomina história em quadrinhos (historia en cuadritos), haciendo así referencia al procedimiento sintáctico de la historieta, como también sucede con el término chino liánhuánhuà (‘imágenes encadenadas’).

En relación a nombres asiáticos, el término manga (漫画, ‘dibujo informal’) se ha impuesto en japonés a partir de Osamu Tezuka quien lo tomó a su vez de Hokusai, mientras que se reserva el término komikkusu (コミックス) para la historieta estadounidense. Los filipinos usan el similar komiks, pero lo aplican en general, mientras que en Corea y China usan términos derivados de manga como manhwa y manhua, respectivamente.

Finalmente, en Italia la historieta se denominó fumetti (nubecillas, en castellano) en referencia al globo de diálogo.