Julio Florencio Cortázar (Bruselas, Bélgica, 26 de agosto de 1914-París, Francia, 12 de febrero de 1984) fue un escritor, traductor e intelectual argentino. Optó por la nacionalidad francesa en 1981, en protesta contra el régimen militar argentino.

Se le considera uno de los autores más innovadores y originales de su tiempo, maestro del relato corto, la prosa poética y la narración breve en general, y creador de importantes novelas que inauguraron una nueva forma de hacer literatura en el mundo hispano, rompiendo los moldes clásicos mediante narraciones que escapan de la linealidad temporal. Debido a que los contenidos de su obra transitan en la frontera entre lo real y lo fantástico, suele ser puesto en relación con el realismo mágico e incluso con el surrealismo.

Infancia
Vivió tanto la infancia, como la adolescencia e incipiente madurez en Argentina y desde la década del 50 en Europa. Residió en Italia, España, Suiza y Francia, país donde se estableció en 1951 y en la que ambientó algunas de sus obras.

Además de su obra como escritor, fue también un reconocido traductor, oficio que desempeñó, entre otros, para la Unesco.

Julio Cortázar nació en Ixelles, un suburbio situado en el sur de la ciudad de Bruselas, capital de Bélgica, país que fue invadido por los alemanes precisamente en esos días de su nacimiento.

El pequeño «Cocó», como lo llamaba su familia, fue hijo de Julio José Cortázar y María Herminia Descotte ambos argentinos. Su padre era funcionario de la embajada de Argentina en Bélgica, donde se desempeñó como agregado comercial. Más adelante en su vida declararía: «Mi nacimiento fue un producto del turismo y la diplomacia».

Hacia fines de la Primera Guerra Mundial, los Cortázar lograron pasar a Suiza gracias a la condición alemana de la abuela materna de Julio, y de allí, poco tiempo más tarde, a Barcelona, donde vivieron un año y medio. A los cuatro años volvieron a Argentina y pasó el resto de su infancia en Banfield, en el sur del Gran Buenos Aires, junto a su madre, una tía y Ofelia, su única hermana (un año menor que él). Vivió en una casa con fondo (Los venenos y Deshoras, están basados en sus recuerdos infantiles), pero no fue totalmente feliz. «Mucha servidumbre, excesiva sensibilidad, una tristeza frecuente» (carta a Graciela M. de Sola, París, 4 de noviembre de 1963).

Según el propio escritor, su infancia fue brumosa y con un sentido del tiempo y del espacio diferente al de los demás. Cuando el futuro escritor contaba seis años de edad, su padre abandonó a la familia, y esta ya no volvió a tener contacto con él.9 Julio fue un niño enfermizo y pasó mucho tiempo en cama, por lo que la lectura fue su gran compañera. A los nueve años ya había leído a Julio Verne, Victor Hugo y Edgar Allan Poe, padeciendo por ello frecuentes pesadillas durante un tiempo. Solía además pasar horas leyendo un diccionario Pequeño Larousse. Leía tanto que su madre primero acudió al director de su colegio y luego a un médico para preguntarles si era normal, y estos le recomendaron que su hijo dejara de leer o leyera menos durante cinco o seis meses, para que en cambio saliera a tomar el sol.

También fue un escritor precoz, a los nueve o diez años ya había escrito una pequeña novela —afortunadamente perdida, según el propio autor— e incluso antes algunos cuentos y sonetos. Dada la calidad de sus escritos, su familia, incluida su madre, dudó de la veracidad de su autoría, lo que generó una gran pesadumbre en Cortázar, quien compartió ese recuerdo en entrevistas posteriores.

Muchos de sus cuentos son autobiográficos y relatan hechos de su infancia, como Bestiario, Final del juego, Los venenos y La señorita Cora, entre otros.

Juventud
Tras realizar los estudios primarios en la Escuela Nº10 de Banfield, se formó como maestro normal en 1932 y profesor en Letras en 1935 en la Escuela Normal de Profesores Mariano Acosta.

De aquellos años surgió «La escuela de noche» (Deshoras). Fue en aquella época que comenzó a frecuentar los estadios a ver boxeo, donde ideó una especie de filosofía de este deporte «eliminando el aspecto sangriento y cruel que provoca tanto rechazo y cólera» (La fascinación de las palabras). Admiraba al hombre que siempre iba para adelante y a pura fuerza y coraje conseguía ganar (Torito, Final del juego).

A los diecinueve años recién cumplidos, leyó en Buenos Aires Opio: diario de una desintoxicación de Jean Cocteau, traducido por Julio Gómez de la Serna y con un prólogo de su hermano Ramón. Este lo deslumbró y se convirtió en uno de sus libros de cabecera, acompañándolo por el resto de su vida.

Comenzó sus estudios de Filosofía en la Universidad de Buenos Aires. Aprobó el primer año, pero comprendió que debía utilizar el título que ya tenía para trabajar y ayudar a su madre. Dictó clases en Bolívar, Saladillo (ciudad que figura en su Libreta Cívica como oficina de enrolamiento); y luego en Chivilcoy. Vivió en cuartos solitarios de pensiones aprovechando todo el tiempo libre para leer y escribir (Distante espejo). Entre 1939 y 1944 Cortázar vivió en Chivilcoy, en cuya Escuela Normal daba clases como profesor de literatura y era asiduo concurrente a las reuniones de amigos que se hacían en el local de fotografía de Ignacio Tankel. A propuesta de este, realizó su primera y única participación en un texto cinematográfico, donde colaboró en el guion de la película La sombra del pasado, que se filmó en esa ciudad entre agosto y diciembre de 1946. Ese episodio fue tratado en el filme documental Buscando la sombra del pasado, dirigido por Gerardo Panero, que se estrenó en 2004.

En 1944 se mudó a la ciudad de Mendoza, en cuya Universidad Nacional de Cuyo impartió cursos de literatura francesa.

Su primer cuento, «Bruja», fue publicado en la revista Correo Literario. Participó en manifestaciones de oposición al peronismo. En 1946, cuando Juan Domingo Perón ganó las elecciones presidenciales, presentó su renuncia. «Preferí renunciar a mis cátedras antes de verme obligado a sacarme el saco, como les pasó a tantos colegas que optaron por seguir en sus puestos». Reunió un primer volumen de cuentos, La otra orilla. Regresó a Buenos Aires, donde comenzó a trabajar en la Cámara Argentina del Libro y ese mismo año publicó el cuento «Casa tomada» en la revista Los Anales de Buenos Aires, dirigida por Jorge Luis Borges, así como también un trabajo sobre el poeta inglés John Keats, «La urna griega en la poesía de John Keats» en la Revista de Estudios Clásicos de la Universidad de Cuyo.

En 1947 colaboró en varias revistas, entre ellas, Realidad. Publicó un importante trabajo teórico, Teoría del túnel, y en Los Anales de Buenos Aires, donde aparece su cuento «Bestiario».

Al año siguiente obtuvo el título de traductor público de inglés y francés, tras cursar en apenas nueve meses estudios que normalmente llevan tres años. El esfuerzo le provocó síntomas neuróticos,n. 1 uno de los cuales (la búsqueda de cucarachas en la comida) desaparece con la escritura del cuento Circe, que junto con los dos anteriores citados aparecidos en la revista Los anales de Buenos Aires, serían incluidos más adelante en el libro Bestiario.

En 1949 publicó el poema dramático «Los reyes», primera obra firmada con su nombre real e ignorado por la crítica. Durante el verano escribió una primera novela, Divertimento, que de alguna manera prefigura Rayuela, que escribiría en 1963.

Además de colaborar en la citada revista Realidad, escribió para otras revistas culturales de Buenos Aires, como Cabalgata y Sur (8 textos, principalmente de crítica literaria y cine). En la revista literaria Oeste de Chivilcoy publicó el poema «Semilla» y colaboraciones en otros tres números.

En 1950 escribió su segunda novela, El examen, rechazada por el asesor literario de la Editorial Losada, Guillermo de Torre. Cortázar la presentó a un concurso convocado por la misma editorial, nuevamente sin éxito, y, como la primera novela, vio la luz apenas en 1986.

En 1951 publicó Bestiario, una colección de ocho relatos que le valieron cierto reconocimiento en el ambiente local. Poco después, disconforme con el gobierno de Perón, decidió trasladarse a París, ciudad donde, salvo esporádicos viajes por Europa y América Latina, residió el resto de su vida.

Parejas
En 1953 se casó con Aurora Bernárdez, una traductora argentina, con quien vivió en París con cierta estrechez económica hasta que aceptó la oferta de traducir la obra completa, en prosa, de Edgar Allan Poe para la Universidad de Puerto Rico. Dicho trabajo sería considerado luego por los críticos como la mejor traducción de la obra del escritor estadounidense. Con su esposa vivió en Italia durante el año que duró el trabajo, luego viajaron a Buenos Aires en barco y Cortázar pasó la mayor parte del trayecto escribiendo en su máquina portátil una nueva novela.

En 1967 rompió su vínculo con Bernárdez y se unió a la lituana Ugné Karvelis, con quien nunca contrajo oficialmente matrimonio, pero quien le inculcó un gran interés por la política.

Con su tercera pareja y segunda esposa, la escritora estadounidense Carol Dunlop, realizó numerosos viajes, entre otros a Polonia, donde participó en un congreso de solidaridad con Chile. Otro de los viajes que hizo junto a Carol Dunlop fue plasmado en el libro Los autonautas de la cosmopista, que narra el trayecto de la pareja por la autopista París-Marsella. Tras la muerte de Carol Dunlop, Aurora Bernárdez lo acompañó nuevamente, esta vez durante su enfermedad, antes de convertirse en la única heredera de su obra publicada y de sus textos.

Cortázar social
«La Revolución cubana… me mostró de una manera cruel y que me dolió mucho el gran vacío político que había en mí, mi inutilidad política… los temas políticos se fueron metiendo en mi literatura» (La fascinación de las palabras).

En 1963 visitó Cuba invitado por Casa de las Américas para ser jurado en un concurso. A partir de entonces, ya nunca dejó de interesarse por la política latinoamericana. Durante esa visita también conoció personalmente a José Lezama Lima, con quien se escribía desde 1957, y cuya amistad se mantuvo hasta la muerte de éste.

En ese mismo año aparece lo que sería su mayor éxito editorial y le valdría el reconocimiento de ser parte del boom latinoamericano: Rayuela, que se convirtió en un clásico de la literatura en español.

Según declaró en una carta a Manuel Antín en agosto de 1964, ese no iba a ser el nombre de su novela sino Mandala: «De golpe comprendí que no hay derecho a exigirle a los lectores que conozcan el esoterismo búdico o tibetano; pero no estaba arrepentido por el cambio».

Los derechos de autor de varias de sus obras fueron donados para ayudar a los presos políticos de varios países, entre ellos Argentina. En una carta a su amigo Francisco Porrúa de febrero de 1967, confesó: «El amor de Cuba por el Che me hizo sentir extrañamente argentino el 2 de enero, cuando el saludo de Fidel en la plaza de la Revolución al comandante Guevara, allí donde esté, desató en 300 000 hombres una ovación que duró diez minutos».

En noviembre de 1970 viajó a Chile, donde se solidarizó con el gobierno de Salvador Allende y pasó unos días a Argentina para visitar a su madre y amigos, y ahí, el delirio fue una especie de pesadilla diurna que contó en una carta a Gregory Rabassa.

Al año siguiente, junto a otros escritores cercanos —Mario Vargas Llosa, Simone de Beauvoir, Jean-Paul Sartre—, se opuso a la persecución y arresto del autor Heberto Padilla, desilusionado con la actitud del proceso cubano. En mayo de 1971 reflejó su sentir ambivalente hacia Cuba en «Policrítica en la hora de los chacales», poema publicado en Cuadernos de Marcha y reproducido después incluso por Casa de las Américas.

A pesar de ello, sigue de cerca la situación política de Latinoamérica. En noviembre de 1974 fue galardonado con el Médicis étranger por Libro de Manuel y entregó el dinero del premio al Frente Unificado de la resistencia chilena.15 Ese año fue miembro del Tribunal Russell II reunido en Roma para examinar la situación política en América Latina, en particular las violaciones de los Derechos Humanos. Fruto de esa participación fue el cómic editado posteriormente en México Fantomas contra los vampiros multinacionales, que Gente Sur editó en 1976.  También en 1974, junto a otros escritores tales como Borges, Bioy Casares y Octavio Paz, pidieron la liberación de Juan Carlos Onetti, apresado por deliberar como jurado en favor del cuento El guardaespaldas de Nelson Marra, y cuyo encarcelamiento le significó secuelas traumáticas.

Su obra poética
Aunque Cortázar es reconocido principalmente por su narrativa, escribió gran cantidad de poemas en prosa (en libros mixtos como Historias de cronopios y de famas, Un tal Lucas, Último round); e incluso poemas en verso (Presencia, Pameos y meopas, Salvo el crepúsculo, El futuro, Bolero).

Colaboró en muchas publicaciones en distintos países, grabó sus poemas y cuentos, escribió letras de tangos (por ejemplo con el Tata Cedrón) y le puso textos a libros de fotografías e historietas. Grabó en Alemania con el bandoneonista Juan José Mosalini el poema Buenas noches, che bandoneón y, con otros autores latinoamericanos, Poesía trunca, discos de Casa de las Américas en homenaje a vates revolucionarios (1978).

Nicaragua
En 1976, viaja a Costa Rica donde se encuentra con Sergio Ramírez y Ernesto Cardenal y emprende un viaje clandestino y plagado de peripecias hacia la localidad de Solentiname en Nicaragua. Este viaje lo marcará para siempre y será el comienzo de una serie de visitas a ese país.

Luego del triunfo de la revolución sandinista visita reiteradas veces Nicaragua y sigue de cerca el proceso y la realidad tanto nicaragüense como latinoamericana. Estas experiencias darán como resultado una serie de textos que serán recopilados en el libro Nicaragua, tan violentamente dulce.

En 1978, a pedido del grupo musical chileno Quilapayún, remodeló parte del texto de la Cantata Santa María de Iquique, lo que causó el disgusto de su autor, el compositor Luis Advis, que no había sido consultado. La versión con las correcciones de Cortázar fue grabada en dos oportunidades, pero después Quilapayún volvió a interpretar la obra de acuerdo al original de Advis.

Últimos años
Según una investigación durante la dictadura militar, el 29 de agosto de 1975, la DIPPBA creó el legajo n.º 3178 con una ficha que contenía seis datos: apellido (Cortázar), nombre (Julio Florencio, el segundo escrito a mano alzada), nación (Arg. Francia), localidad, profesión (escritor) y antecedentes sociales o entidad: «Habeas». La ficha del escritor fue hallada entre otras 217 000 fichas personales del archivo perteneciente a la Dirección de Inteligencia de la Policía de la Provincia de Buenos Aires.

En agosto de 1981 sufrió una hemorragia gástrica y salvó su vida de milagro. Nunca dejó de escribir, fue su pasión aun en los momentos más difíciles.

En 1983, vuelta la democracia en Argentina, Cortázar hace un último viaje a su patria, donde es recibido cálidamente por sus admiradores, que lo paran en la calle y le piden autógrafos, en contraste con la indiferencia de las autoridades nacionales (el presidente Raúl Alfonsín ―rodeado por intelectuales como el ensayista Ernesto Sábato, la periodista Magdalena Ruiz Guiñazú, el cirujano René Favaloro y el actor Luis Brandoni (a quien el escritor Osvaldo Soriano le atribuye la autoría del veto)― se niega a recibirlo). Después de visitar a varios amigos, regresa a París. Poco después François Mitterrand le otorga la nacionalidad francesa.

En París vivió sus últimos años en dos casas, una en la rue Martel y otra en la rue de L’Eperon. La primera correspondía a un pequeño apartamento de tercer piso sin ascensor, cómodo, luminoso y lleno de libros y discos de música, donde solía recibir amablemente continuas visitas de otros escritores que pasaban por la ciudad, en compañía de su gata Flanelle.

Carol Dunlop había fallecido el 2 de noviembre de 1982, sumiendo a Cortázar en una profunda depresión. Julio murió el 12 de febrero de 1984 a causa de una leucemia. Sin embargo, en 2001 la escritora uruguaya Cristina Peri Rossi afirmó en su libro sobre el escritor que creía que la leucemia había sido provocada por el sida, que Cortázar habría contraído durante una transfusión de sangre en el sur de Francia. Dos días después, fue enterrado en el cementerio de Montparnasse, en la misma tumba donde yacía Carol. La lápida y la escultura que adornan la tumba fueron hechas por sus amigos, los artistas Julio Silva y Luis Tomasello.28 A su funeral asistieron muchos de sus amigos, así como sus ex parejas Ugné Karvelis y Aurora Bernárdez. Esta última lo atendió durante sus últimos meses de vida, luego del fallecimiento de Dunlop. Es costumbre dejar sobre su lápida distintos recuerdos, tales como guijarros, notas, flores secas, lápices, cartas, monedas, billetes de metro con una rayuela dibujada, un libro abierto o paquetes de cerezas.

En abril de 1993, Aurora Bernárdez donó a la Fundación Juan March de Madrid la biblioteca personal del autor, de la calle Martel, correspondiente a más de cuatro mil libros, de los cuales más de quinientos están dedicados al escritor por sus respectivos autores, y la mayoría de ellos poseen numerosas anotaciones del propio Cortázar, acerca de las cuales habla la obra Cortázar y los libros (2011), de Jesús Marchamalo.

Reconocimientos
En Buenos Aires lleva su nombre la plaza Cortázar ―antes conocida como plaza Serrano―, situada en la intersección de las calles Serrano y Honduras (en el barrio Palermo Viejo).
El puente Julio Cortázar, situado sobre la avenida San Martín, en el barrio de Agronomía (en la ciudad de Buenos Aires), debe su nombre a que el escritor vivió en el cercano Barrio Rawson algunos años antes de marcharse a París.
Varias instituciones educativas llevan su nombre:
La Escuela Secundaria Básica N.º 13 «Julio Cortázar» (en Buenos Aires).
El Colegio Secundario N.º 1 «Julio Cortázar» (en el barrio de Flores).
La escuela N.º 10 «Julio Cortázar», donde Cortázar estudió (Banfield, Bs. As.).
La Escuela de Educación Media n.º 8 «Julio Cortázar», de la ciudad de Florencio Varela, en la zona sur del Gran Buenos Aires.
La escuela Julio Cortázar del partido de Ituzaingó (en la zona oeste del Gran Buenos Aires).
En 1984 la Fundación Konex le otorgó posmórtem el Premio Konex de Honor por su gran aporte a la historia de la literatura argentina.
La Universidad de Guadalajara (México), inauguró, el 12 de octubre de 1994, la Cátedra Latinoamericana Julio Cortázar, en honor al escritor. Dicha inauguración contó con la presencia del escritor mexicano Carlos Fuentes, del colombiano Gabriel García Márquez y de la viuda de Cortázar, Aurora Bernárdez. Esta cátedra rinde homenaje a la memoria, la persona, la obra y las preocupaciones intelectuales que rigieron la vida del argentino.
Durante 2014, con motivo de los cien años desde su nacimiento, como homenaje se publicaron diversos libros y realizaron diversas exposiciones sobre el autor en diversos países. En la Plaza Libertador de la Biblioteca Nacional de Buenos Aires se inauguró un monumento en su honor.

Amistades
Cortázar fue amigo de numerosos escritores, lo que queda plasmado en los más de quinientos libros calurosamente dedicados de su biblioteca personal al momento de su muerte. Mantuvo correspondencia entre 1965 hasta 1973 con la escritora argentina Graciela Maturo. También tuvo varios amigos pintores, como Sergio de Castro, Luis Seoane, Julio Silva, Luis Tomasello, Eduardo Jonquières o Chumy Chúmez, extendiéndose su interés artístico hacia las artes plásticas.

Dentro de sus grandes amigos literarios se encuentran, además de muchos otros, Lezama Lima (de cuya obra fue un importante difusor), Octavio Paz, Pablo Neruda y Carlos Fuentes. Cortázar también cultivó junto a su esposa Aurora Bernárdez una estrecha y calurosa relación con la poeta Alejandra Pizarnik, adoptando hacia ella una actitud de hermanos mayores.

Estilo e influencias
Cortázar sentía un gran interés por los antiguos escritores clásicos. En este interés fue fundamental la presencia del profesor argentino Arturo Marasso, quien lo incitó a leerlos prestándole frecuentemente libros de su propiedad. Un punto de inflexión juvenil en su manera de escribir se debió al libro Opio: diario de una desintoxicación de Jean Cocteau, que fue uno de sus libros fijos de cabecera. Cortázar sostuvo así desde su juventud una gran admiración por la obra de este autor, así como por la de John Keats, que continuó siendo con los años uno de sus poetas favoritos.

Asimismo, siempre sintió una gran admiración por la obra del argentino Jorge Luis Borges, una admiración que fue mutua pese a sus insalvables diferencias ideológicas, pues mientras Cortázar era un activista de izquierdas, Borges fomentaba el individualismo y rechazaba los regímenes totalitarios en general, pese a haber aceptado recibir condecoraciones de países en dictadura.36 Sus gustos literarios eran muy amplios, y sentía una especial atracción por los libros de vampiros y fantasmas, lo que debido a su alergia al ajo, era motivo de bromas por parte de sus amistades.

El mismo Cortázar afirmaba haber leído más novelas francesas y anglosajonas que españolas, lo que compensaba leyendo mucha poesía española, incluyendo a Salinas y Cernuda, a quienes dedicó comentarios entusiastas.

Obras
Sus obras han sido traducidas a varios idiomas. Rayuela cuenta con traducciones en 30 idiomas diferentes. En China aparecieron versiones en mandarín de la pluma del académico Fan Yan.

Yo creo que desde muy pequeño mi desdicha y mi dicha, al mismo tiempo, fue el no aceptar las cosas como me eran dadas. A mí no me bastaba con que me dijeran que eso era una mesa, o que la palabra madre era la palabra madre y ahí se acaba todo. Al contrario, en el objeto mesa y en la palabra madre empezaba para mí un itinerario misterioso que a veces llegaba a franquear y en el que a veces me estrellaba. En suma, desde pequeño, mi relación con las palabras, con la escritura, no se diferencia de mi relación con el mundo en general. Yo parezco haber nacido para no aceptar las cosas tal como me son dadas.
Julio Cortázar.
Rayuela es probablemente su obra más reconocida, escrita en 1963. La historia del protagonista, Horacio Oliveira, y su relación con «La Maga», es narrada de un modo tal que juega con la subjetividad del lector. A esta obra suele llamársela «antinovela», aunque el mismo Cortázar prefería denominarla «contranovela». La obra ofrece diferentes lecturas, de modo que es «un libro que es muchos libros», pero sobre todo dos. El primero se lee desde el principio y termina en el capítulo 56. El segundo se comienza a leer en el capítulo 73 y al final de cada capítulo se indica dónde continuar la lectura.

Si bien el estilo que se mantiene a lo largo de la obra es muy variado, se la considera una de las primeras obras surrealistas de la literatura argentina. «De alguna manera es la experiencia de toda una vida y la tentativa de llevarla a la escritura», dijo Cortázar de Rayuela cuando se le preguntó qué significaba para él. En Rayuela Cortázar crea incluso un nuevo lenguaje, el glíglico, un lenguaje musical que se interpreta como un juego exclusivo, compartido por los enamorados, que los aísla del resto del mundo. El capítulo 68 está completamente escrito en glíglico.

Alguien anda por ahí, selección de cuentos publicada en 1977. Su publicación fue censurada en Argentina por el régimen militar (1976 – 1983). En estos relatos, Cortázar abarca diversos géneros, morfologías literarias y temáticas. El primer cuento Cambio de luces, es una narración típica de su escritura donde hilvana una historia de una Buenos Aires melancólica con un final inesperado. Cierra el libro con una historia de violencia policial La noche de Mantequilla, que recuerda al espíritu de la novela Libro de Manuel.

Novelas
1960: Los premios
1963: Rayuela
1968: 62 Modelo para armar
1973: Libro de Manuel
1986: Divertimento (escrita en 1949).
1986: El examen (escrita en 1950).
1986: Diario de Andrés Fava (capítulo desprendido de El examen).
Prosas brevesn. 2
1962: Historias de cronopios y de famas
1979: Un tal Lucas

Cuentos
1951: Bestiario
1956: Final del juego
1959: Las armas secretas
1966: Todos los fuegos el fuego
1974: Octaedro
1977: Alguien que anda por ahí
1980: Queremos tanto a Glenda
1982: Deshoras
1994: La otra orilla n. 3

Misceláneas
1967: La vuelta al día en ochenta mundos
1969: Último round
1978: Territorios
1982: Los autonautas de la cosmopista (con Carol Dunlop)
2009: Papeles inesperados (1940-1984; recopilación de Aurora Bernárdez y Carles Álvarez Garriga)
2014: El último combate (recopilación de algunos trabajos realizados con Julio Silva y de cartas de Cortázar a Silva)

Teatro
1949: Los reyes (con el seudónimo de Julio Denis).
1995: Adiós Robinson y otras piezas breves (obra póstuma).

Poesía
Presencia, 1938 (sonetos, con el seudónimo de Julio Denis).
Pameos y meopas, 1971
Salvo el crepúsculo,1984

Crítica
Obra crítica, 1994 (en tres volúmenes publicados por Alfaguara y luego por Punto de Lectura. Edición coordinada por tres especialistas en Cortázar: Saúl Yurkievich, Jaime Alazraki y Saúl Sosnowski).
Obra crítica, 2006 (en un volumen publicado por Galaxia Gutenberg-Círculo de Lectores. Edición de Saúl Yurkiévich. Se amplía la edición de Alfaguara y se eliminan algunos textos que se destinan a otros tomos de las obras completas de Cortázar).
Imagen de John Keats (obra póstuma, escrita entre 1951 y 1952. Publicado por Galaxia Gutenberg-Círculo de lectores en el volumen Poesía y poética, que forma parte de las obras completas de Cortázar, y por Punto de Lectura como libro individual).
Clases de literatura. Berkeley, 1980 (publicación póstuma en 2013. Transcripción de las cintas que recogen las clases dictadas por Julio).

Epistolario
Correspondencia Cortázar-Dunlop-Monrós, 2009
Cartas a los Jonquières, 2010
Cartas 1. 1937 – 1954, 2012
Cartas 2. 1955 – 1964, 2012
Cartas 3. 1965 – 1968, 2012
Cartas 4. 1969 – 1976, 2012
Cartas 5. 1977 – 1984, 2012

Otros libros
Buenos Aires, Buenos Aires, 1967 (fotos de Sara Facio y textos de Cortázar)
Viaje alrededor de una mesa, 1970 (incluido en Obra crítica, 2006)
Literatura en la revolución y revolución en la literatura, 1970 (polémica de Cortázar y Vargas Llosa con Óscar Collazos; el texto de Cortázar, que da título al libro, está incluido también en Obra crítica, 2006)
Prosa del observatorio, 1972
Fantomas contra los vampiros multinacionales, cómic, 1975
Humanario, 1976 (fotos de Sara Facio y texto de Cortázar, «Estrictamente no profesional», que fue incluido después en Territorios, 1978)
Nicaragua tan violentamente dulce, 1983 (incluido en Obra crítica, 2006).
Silvalandia, 1984 (imágenes de Julio Silva y textos de Cortázar; incluido en El último combate, 2014)
Alto el Perú (fotos de Manja Offerhaus y textos de Cortázar), 1984
Corrección de pruebas en Alta Provenza, 2012 (incluido en Obra crítica, 2006)
Traducciones[editar]
La obra completa de Edgar Allan Poe (del inglés).
Memorias de Adriano, de Marguerite Yourcenar (del francés).
Robinson Crusoe, de Daniel Defoe (del inglés, para Corregidor)40
Vidas y cartas de John Keats, de Lord Houghton (del inglés)7
La vida de los otros,de Ladislas Dormandi.(del francés)

Audiolibros
Cortázar lee a Cortázar, 1966
Voz de América Latina, 1968
Cortázar por él mismo, un libro sonoro, 1970
Casa de las Américas, 1978
Sobre Cortázar y su obra

Libros
Y el hombre dio su vuelta en ochenta mundos… (Homenaje a Julio Cortázar) (1914-2014), Luis Aguilar-Monsalve, (2015)
Álvarez Garriga, Carles; Bernárdez, Aurora, eds. (2014). Cortázar de la A a la Z. Alfaguara. p. 320. ISBN 978-8-420415-93-2.
Goloboff, Mario. Julio Cortázar. La biografía, 1998 (Seix Barral)
Goloboff, M.; Goldchluk, G.; Juárez, L.; Rogers, G.; Piatti, G.; Souilla, S.; Featherston, C. (2002). Julio Cortázar y el relato fantástico. Monografía N.º 41 de la Serie Estudios-Investigaciones. Argentina: Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional de La Plata. ISSN 1514-0075.
González Bermejo, Ernesto. Conversaciones con Cortázar, 1978 (entrevistas; editorial Hermes)
Gyurko, Lanin A. (2011). Twilight zone. Reality and fantasy in the short stories of Julio Cortázar. Nueva Orleans: University Press of the South. ISBN 978-1-937030-00-1.
Herráez, Miguel. Dos ciudades de Julio Cortázar, 2013 (ensayo; editorial Alrevés)
Herráez, Miguel. Julio Cortázar, una biografía revisitada, 2011 (editorial Alrevés)
Marchamalo, Jesús (2011). Cortázar y los libros (I edición). Madrid: Fórcola Ediciones. p. 112. ISBN 978-84-15174-12-7.
Prego, Omar. La fascinación de las palabras, 1996 (entrevistas; editorial Alfaguara)
Dalmau, Miguel. Julio Cortázar, 2015, editorial Edhasa
Filmografía
La cifra impar, 1962, de Manuel Antín.
Circe, 1964, de Manuel Antín.
Intimidad de los parques, 1965, de Manuel Antín.
El Perseguidor, 1965, de Osías Wilensky.
Blow-Up, 1966, de Michelangelo Antonioni, con David Hemmings, Vanessa Redgrave, Sarah Miles, Peter Bowles y Veruschka von Lehndorff. La película está basada en Las babas del diablo y Cortázar aparece como cameo en una de las fotografías mostradas en la película.
Sol nocturno, adaptación de Graffiti; 1990, dir.: Raúl García R.
Cortázar, 1994, documental dirigido por Tristán Bauer.
Diario de un cuento, adaptación de La continuidad de los parques; 1995, dir.: Raúl García R.
Diario para un cuento, 1998, de Jana Bokova.
Cortázar: apuntes para un documental, 2002; dirigido por Eduardo Montes Bradley.
Graffiti, 2005, cortometraje de Pako González, basado en el relato homónimo. Primera parte, segunda parte.
Mentiras piadosas, 2009, de Diego Sabanés; versión libre del cuento La salud de los enfermos. Tráiler.
Cronopio, 2013, cortometraje de Omar Gómez, un homenaje. Cortometraje.

Notas
Por la descripción que hizo de los síntomas —meticulosidad para comer temiendo que los alimentos tuvieran cuerpos extraños o estuvieran sucios— es probable que Cortázar hubiera padecido de una neurosis obsesivo compulsiva con visos paranoides.
Aunque Alfaguara ha incluido estos dos libros en los Cuentos completos de Cortázar, no se trata de cuentos, como bien señala el especialista Saúl Yurkiévich en su edición de los relatos del escritor en Galaxia Gutenberg: «Ninguna de las otras prosas breves cortazarianas, aunque narrativas, pueden confundirse con un cuento. Ni las Historias de cronopios y de famas y de Un tal Lucas ni los relatos de los almanaques ―La vuelta al día en ochenta mundos y Último round―, libros todos que en nuestra edición forman parte del volumen V, que agrupa la prosa varia»).
Publicado póstumamente en las dos ediciones de los cuentos completos de Cortázar y posteriormente aparecido como volumen individual en Punto de Lectura. En ambas ediciones de los cuentos completos, antecede a todos los demás cuentarios. Tiene un prólogo de 1945, por lo que podemos presumir que fue concluido ese año.

Referencias
Marchamalo, Jesús (2011), op. cit. «Drácula con reloj», pp. 19-29.
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Mientras Cortázar paseaba por Buenos Aires, el entonces presidente electo Raúl Alfonsín organizó una recepción formal con numerosos intelectuales en un acto de reafirmación de los principios democráticos. No faltaron allí esos intelectuales, los de extraño doble discurso, los que elogiaron los uniformes primero y se acomodaron rápido después, sobre la hora. Allí no estuvo Cortázar porque no fue invitado, pero él quería ir, sentía que tenía que estar. Según el escritor Miguel Briante, el organizador central del evento tenía el número telefónico de Cortázar, pero optó por no llamar.

En ese sentido, Osvaldo Soriano relató que «Julio no pidió la entrevista, pero le parecía interesante equilibrar o contrarrestar la presencia de los Sábato y de los extremadamente moderados en el gobierno, o gente que había estado durante la dictadura. La idea era que alguién que había estado afuera, en el centro de la famosa campaña antiargentina, pudiera ser recibido por el flamante Presidente como señal de que esto iba a ser una cosa abierta. De ahí el fuerte significado político de ese episodio». La historia confirmaría que la cosa no iba camino a ser muy abierta como se decía, y por eso la ausencia de Cortázar fue un síntoma elocuente del futuro próximo.

Su amigo Hipólito Solari Irigoyen fue el encargado de confirmarle, avergonzado, que no había conseguido la audiencia. «No es nada hombre, visita más visita menos, lo que quisiera es que le fuera bien, que maneje bien el Gobierno…», cuentan que fue la respuesta de Julio, pocas horas antes de su partida definitiva. Quién sabe, después de todo Cortázar zafó de tener que darle la mano al hombre que tiempo después firmaría los decretos de Punto Final y Obediencia Debida; y ese frustrado encuentro actúa hoy como violento contraste entre el nombre de un escritor que perduraría en el tiempo por su coherencia ideológica, por su compromiso político y por su inasible talento; y el nombre de un político radical que, en cambio, apenas perdura (como si hubiera algún mérito en ello).

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Argentina homenajea a Julio Cortázar
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Bibliografía
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Y el hombre dio su vuelta en ochenta mundos… (Homenaje a Julio Cortázar) (1914-2014), Luis Aguilar-Monsalve, (2015)

Compilado por: Ana Gonzalez 03/05/2016  08:31pm
Fuente: Wikipedia