La náusea es la sensación de aviso inminente de vómito. También se le conoce como GANAS DE VOMITAR o MAREO. Esta enfermedad se siente principalmente en la garganta con una sensación muy incómoda y disgusto por los alimentos.

La persona que sufre náuseas se siente amenazada en ese momento por alguna persona o algún acontecimiento. Está disgustada porque no sucede lo que esperaba, o siente una aversión notable hacia alguna persona o cosa.

También es posible que alguien o algo le causen asco. Es interesante constatar que muchas mujeres embarazadas padecen náuseas porque les cuesta trabajo aceptar los cambios que esta nueva situación va a provocar en su vida futura.

Ya sea que sientan aversión a engordar o a ver su cuerpo deformado por el bebé que llevan dentro, o que tengan miedo de perder su libertad, de que el padre no las apoye, u otros temores parecidos.

El mensaje que recibes con las náuseas es que debes cambiar tu forma de pensar con respecto a lo que sucede en tu vida en ese momento. En lugar de prepararte para rechazarte o rechazar a alguien o algo a causa de tu aversión, observa lo que te atemoriza de esa persona o de ese acontecimiento.

Es posible que dramatices la situación o que no seas consciente de todas tus posibilidades y de tu capacidad para hacerle frente. Primero ámate; en lugar de sentir que la cabeza te da vueltas, gira de alegría.

La náusea se define como una gana de vomitar y se acompaña de una sensación de malestar general. Experimento un sentimiento de pena y siento dolor frente a una realidad que causa un desarreglo en mi vida y que quisiera poder evitar.

La náusea es un signo de que ciento disgusto y que rechazo una cosa, una persona, una idea, una situación, o quizás incluso una emoción.

Vivo una rebelión, ira, miedo, disgusto, frustración o incomprensión frente a ésta. Cuando este rechazo se vuelve suficientemente importante, puede producirse el efecto de vómitos porque tiendo a manifestar físicamente este rechazo.

Tengo que tomar consciencia que absorbí algo de mi realidad o de mi ser que crea el deseo de expresarlo inmediatamente. Y si esto no se hace con la palabra, se manifestará por nauseas.

Un principio de embarazo se acompaña frecuentemente de náuseas y, en esta situación, debo aceptar los cambios en mi vida que traerá la llegada del bebé. Pido la paz y acepto digerir las emociones y los conflictos que este suceso produce en mi vida diaria.