La psicología cognitiva o cognitivismo es la psicología que se encarga del estudio de la cognición; es decir, de los procesos mentales implicados en el conocimiento.

Introducción

La mayoría de las personas jamás se preguntó cuál es el proceso que nos lleva a abrir los ojos y poder ver el mundo. Tampoco se cuestionó por qué recuerda sus primeras vacaciones con amigos o cómo hace para saber que todos los perros pertenecen a una misma especie, o por qué nos emocionamos al ver un final feliz en el cine, aun sabiendo que está representado por actores y que es una historia que pertenece a otros. Estos fenómenos se dan por obvios y parecen naturales para los sujetos. Solo cuando hay una falla y se nota la ausencia de alguno de los procesos subyacentes que los hacen posibles es que nos damos cuenta de su importancia.

A pesar de ello, preguntas acerca de cómo hacemos para ver, para atender, para recordar, para pensar, para escribir o para ser conscientes de nuestras emociones han sido de gran interés para filósofos y académicos desde hace 2500 años aproximadamente.

Más reciente es el intento de responder estas preguntas de forma científica; el esfuerzo sistemático aplicando métodos específicos para estudiar la mente comenzó hace solo 140 años. Los pioneros de la psicología fueron los primeros en tratar sus investigaciones con el método científico alejándose de la filosofía para construir la base de lo que actualmente conocemos como psicología cognitiva.

Para comprender el presente del campo de los estudios cognitivos es necesario conocer parte de la historia de la ciencia. Para ello nos enfocaremos en sus principales antecedentes filosóficos, particularmente de la filosofía occidental, en tanto esta fue la fuente de influencia de los pioneros en psicología cognitiva.

Acerca del Método Científico

El método científico refiere a un conjunto de métodos o procedimientos para la observación, medida y experimentación sistemática de los fenómenos a través de los cuales se testean hipótesis específicas para generar nuevos conocimientos. En general, las investigaciones científicas comienzan con el planteamiento de un problema que proviene de una demanda o de una observación del investigador. Este problema conduce a la elaboración de una teoría (para un estudio confirmatorio) o a la recogida de datos descriptivos, en caso de que no haya antecedentes directos para ese problema (estudio exploratorio). Dadas las características de este problema a trabajar, el investigador establecerá hipótesis de cómo espera que sean las observaciones en circunstancias particulares. Para testear las hipótesis realizadas, el investigador diseña y selecciona los instrumentos y participantes adecuados para su objetivo. Los resultados son recogidos y analizados en función de las hipótesis, esto es, si confirman o no los principios que deberían desprenderse de la revisión teórica realizada para este problema en particular.

De esta descripción sucinta se desprenden cinco características del método científico:

Empírico: Sus datos provienen de la observación directa y sistemática.

Sistemático: El conocimiento científico es sistemático en tanto debe formular hipótesis basadas en la revisión del conocimiento previo para formular hipótesis, las cuales deben ser contrastadas.

Falsable: Refiere a que toda teoría o afirmación está formulada de tal manera que se puede demostrar que es potencialmente falsa.

Replicable: Refiere a la necesidad de documentar y publicar cómo ha sido el proceso de investigación de tal forma que otro investigador, con formación similar, pueda reproducir lo más idénticamente posible el proceso llevado a cabo.

Objetivo: Las personas que aplican el método científico intentan que su cultura o sus creencias y deseos no influyan o sesguen los datos obtenidos o la formulación de los problemas.

Antecedentes filosóficos:

De la Grecia clásica a los pioneros de la psicología

La filosofía, entendida como una forma especial de búsqueda de conocimiento, ha tratado temas que luego han devenido de interés para las ciencias. En esto la psicología no es una excepción ya que ha retomado los problemas y preguntas sobre los dominios gnoseológicos (del conocimiento) que fueron durante años cuestionamientos de orden filosófico. En este sentido, la filosofía griega del período clásico (entre los siglos ix y i antes de Cristo) tenía como una de sus preocupaciones más difundidas el funcionamiento del conocimiento humano. Buscaba conocer cómo se produce la percepción, la memoria (cómo retenemos el conocimiento adquirido) y se hacía preguntas acerca del innatismo versus el empirismo, es decir, si llegamos al mundo con alguna forma de conocimiento o todo lo que sabemos es derivado de la experiencia, incluso la atribución de categorías a las unidades percibidas.

En general, las respuestas especulativas que ensayaron los filósofos griegos clásicos sobre el funcionamiento de los procesos cognitivos no son válidas a la luz de la evidencia científica de la que se dispone en la actualidad. Por ejemplo, Aristóteles en su tratado De la memoria y el recuerdo distingue entre la memoria, de naturaleza intelectiva, determinada por la voluntad y el recuerdo, de naturaleza asociativa.

Otro importante filósofo como Platón creía que la percepción visual era la consecuencia de la emisión por parte del ojo de pequeñas partículas, que a modo de fuego visual (una analogía con el funcionamiento del sol) entraban en contacto con la capa sutil del objeto y producían la visión.

De todas formas, los aportes de la filosofía griega clásica radican en las preguntas y debates que dejaron abiertos para generaciones posteriores. La mayoría de estas discusiones planteadas en Grecia hace más de 2000 años fueron retomadas por los filósofos del Renacimiento (siglos xv y xvi), que a su vez influyeron directamente en los orígenes de la psicología. Otro aspecto interesante es la contribución que realizaron en términos de supuestos acerca de cómo funciona el mundo. Por ejemplo, concibieron el funcionamiento sistemático del mundo, gobernado por leyes o reglas, y la necesidad de explicar los fenómenos en base a otros fenómenos de este mundo (rechazando las explicaciones mágicas o supersticiosas). Estos supuestos, en el fondo, son la base del pensamiento científico.

Sin embargo, esto cambia con el crecimiento del Imperio romano (que dominó Grecia) y su conversión al catolicismo, hizo que el pensamiento filosófico se alejara de cuestiones y temas que hoy consideraríamos psicológicos, para favorecer la reflexión y filosofía teológica. Por eso, hay que esperar al Renacimiento, aproximadamente a partir del siglo xvi, para que los temas que hacen al funcionamiento de la mente y el conocimiento vuelvan a ocupar el centro de la escena filosófica. En este contexto el interés por el origen del conocimiento planteado por los filósofos griegos fue retomado y llevó a dos posturas encontradas: el innatismo y el antiinnatismo.

El filósofo francés Descartes (siglo xvii) consideraba que tanto la experiencia como algunas ideas innatas proveían a los sujetos de conocimiento. Postuló que la razón era una cadena de ideas simples, conectadas por reglas lógicas. Por otra parte, Kant, filósofo prusiano, consideraba que la experiencia es un vehículo para aprender, pero que el conocimiento depende de categorías innatas. En cambio,

Locke (empirista británico) consideraba que no era necesario recurrir a principios innatos para explicar todo el conocimiento del mundo.En esta línea, pero de forma más radical, Berkeley consideraba que incluso la posibilidad de percibir requería de experiencia y de aprendizaje. Leibniz, que era innatista (aunque no radical), consideraba que el ser humano, en su espíritu, poseía acceso a la evidencia de las verdades eternas. Para este último filósofo la posibilidad de reconocer algo como evidente radica en las facultades innatas al espíritu humano. Otros empiristas antiinnatistas también se preocuparon por el funcionamiento de la memoria, señalando la importancia del asociacionismo y llegaron a ideas luego contrastadas bajo el método científico (por ejemplo, la asociación de eventos en el mismo tiempo y lugar facilita la memoria de uno recordando el otro, las asociaciones son más fuertes si tienen componente emocional, etc.).

Notablemente, la discusión entre innatistas y antiinnatistas (que en general equivale a la de racionalistas y empiristas) prosigue hasta nuestros días en la psicología cognitiva bajo nuevas formas y nombres. Por ejemplo, muchos psicólogos cognitivos aún hoy se preguntan si el trastorno de déficit de atención con hiperactividad es un problema de la cultura, relacionado a las prácticas de crianza contemporáneas, o un problema genético o de alteración del funcionamiento cerebral.

Pero por otro lado, hoy ya podemos superar estas dicotomías y los métodos de investigación actuales permiten plantear preguntas o hipótesis más holísticas como, siguiendo el ejemplo anterior, si las diferentes prácticas de crianza producen cambios en el funcionamiento cerebral.

Los orígenes de la psicología

El Renacimiento fue un movimiento cultural de la Europa de los siglos xiv a xvii que recuperó valores de la Grecia clásica como el humanismo en las artes y la literatura y marcó el surgimiento del método científico en la ciencia. La ciencia es una forma de llegar a conclusiones a través de la aplicación de un método que tiene como característica el hecho de poder ser replicado, es decir, que se pueden volver a ejecutar los análisis para homologar datos o corregir errores. A esto se lo denomina replicación e implica partir del supuesto de que el mundo funciona de acuerdo a reglas y que los fenómenos son explicados por otros fenómenos de este mundo. En el Renacimiento la observación sistemática condujo a descubrimientos asombrosos de procesos y leyes naturales como la circulación de la sangre y la metáfora del corazón como bomba, la gravedad o el heliocentrismo. Sin embargo, este tipo de observación, por más repetida que sea, no está exenta de errores, tanto en la observación misma como en su interpretación.

Los avances en el método científico aplicados a la biología, la física o la astronomía no se trasladaron al estudio de la mente hasta la segunda mitad del siglo xix. Esto se debió a creencias religiosas y culturales que imponían la visión de que la mente no era  un objeto de estudio estable y sistemático, que no estaba sujeto a leyes constantes (es decir que no cumplía el supuesto de replicación). Todo esto condujo a que la mente como objeto científico no fuera estudiada por el método homónimo. Esto es, hasta que no hubo una maduración del debate filosófico, la mente no fue candidata a ser estudiada mediante el método científico. La única excepción a esto fue la frenología, una pseudociencia del siglo xix, que postulaba que variados rasgos de la personalidad, tendencias criminales o la inteligencia podían ser determinadas por el tamaño del cráneo o las facciones faciales. La falta total de resultados de este proyecto consolidó la idea, que perduró algunas décadas, de que la mente no estaba sujeta a leyes constantes. Wundt y la fundación de la psicología

Se considera que el científico alemán Willhelm Wundt a fines del siglo xix (se establece la fecha de 1879 como origen de la psicología debido a la creación de su laboratorio) es el fundador de la psicología ya que fue el primero en estudiar la mente a través del método científico y fue quien promovió institucionalmente su desarrollo dentro de la comunidad científica. En la época de Wundt aún muchos consideraban descabellada esta posibilidad, si bien algunos años antes se habían realizado experimentos y esfuerzos en dicha dirección: los trabajos de Ernst y Fechner sobre psicofísica y los de Von Helmholtz sobre la velocidad del impulso nervioso, demostraron que las señales nerviosas viajan a velocidades lentas, de 25 metros por segundo aproximadamente. Los científicos de la época no tenían clara esta idea, que es contraintuitiva (pensamos que abrimos los ojos y vemos en tiempo real lo que sucede en el mundo). Este descubrimiento abrió la puerta a múltiples mediciones relacionadas con los aspectos mentales que antes eran impensables. En el capítulo 2 se profundizará sobre estos trabajos pioneros en psicofísica.

El objetivo de Wundt era explicar el conocimiento y la consciencia humana, y proponiendo para ello el método introspectivo. Cuando hablamos de introspección en psicología no nos referimos en absoluto a técnicas de mejoras espirituales o religiosas.

La introspección fue definida como la autoobservación experimental, un método mediante el cual las personas intentan seguir el flujo de sus pensamientos cuando hacen diversas tareas, mientras el psicólogo mide los tiempos de reacción, las asociaciones o procesos descritos por el participante durante el experimento.

Por ejemplo, Wundt hacía escuchar el tictac de un dispositivo durante el experimento y el participante debía describir sus pensamientos al escuchar ese sonido.

De ahí se derivaban varias medidas, entre ellas, cuánto tiempo tardó la persona en tener la primera asociación desde que comenzó el experimento. Este método, si bien pionero, fue un problema porque las personas debían recibir entrenamiento para observarse a sí mismas y responder sobre lo que estaban pensando. Luego se comprobó que este entrenamiento sesgaba las respuestas de los participantes.

Cuando Wundt fundó el primer laboratorio de psicología, muchos consideraban descabellada la idea de que los procesos mentales pudieran ser estudiados científicamente.

La principal contribución de Wundt fue poner de relieve la factibilidad del estudio de la mente bajo las reglas del método científico. Convenció a colegas, publicó muchos trabajos experimentales y teóricos y formó a muchos estudiantes, que a la larga diseminaron estas ideas a  través de las principales universidades en Europa y Norteamérica.

Métodos en psicología cognitiva

Los psicólogos cognitivos han adoptado una gran cantidad de métodos para hacer ciencia.
Esto se debe a que para testear hipótesis cognitivas, postulando procesos mentales subyacentes, hay que partir de que los procesos cognitivos o representaciones mentales (no observables) interactúan con el mundo observable, provocando una respuesta (esta sí, observable) en la conducta. A modo de ejemplo, presentamos a continuación algunos de los métodos más empleados en la psicología cognitiva experimental:

Tiempo de reacción. Los tiempos de reacción (usualmente medidos en milisegundos) son una manera sencilla de aproximarnos a los procesos mentales subyacentes. Si es verdad que existen estructuras y distintos procesos mentales por los que la información debe atravesar para dar una respuesta conductual, mayor debe ser el tiempo del sujeto en reaccionar.

Paradigma Stroop de confrontación de estímulos. La tarea de Stroop, originalmente propuesta en 1935, consiste en presentar una palabra de un color escrita en otro color (p. ej., rojo escrito en azul) y se les pregunta sobre el color en que está escrita la palabra. Los sujetos tienen mucha dificultad en responder correctamente azul y, si lo hacen, su tiempo de reacción es muy elevado. Este paradigma básico de confrontación de estímulos ha sido aplicado a numerosas situaciones, con otros formatos.

• Facilitación. El concepto de facilitación (o priming) se deriva del descubrimiento empírico de que la información procesada en un momento A puede influir en el procesamiento en un momento posterior o B. Esto es, lo que vemos, escuchamos o sentimos antes influye, positiva o negativamente, en el rendimiento cognitivo posterior. El efecto de facilitación puede ser consciente o subconsciente.

Técnicas de multitarea. Este paradigma implica analizar cómo las personas procesan la información realizando dos tareas al mismo tiempo y, de esta forma, ver si el procesamiento de las mismas puede ser realizado en paralelo y cuáles son los límites de la capacidad humana para actuar simultáneamente. Un ejemplo de investigación con este paradigma es que los tiempos de reacción a señales del tránsito (en simuladores) son mayores cuando los sujetos están hablando por teléfono móvil.Otro ejemplo de cómo se aplica el método de tiempo de reacción es el estudio de la rotación mental.

Cuando los estudios sobre las imágenes mentales se retomaron durante la revolución cognitiva, una pregunta relevante fue si esta imagen está almacenada en una posición concreta. Por ejemplo, ¿el ángulo de la imagen de la letra V está almacenado siempre hacia abajo? Para demostrar esto se realizaron los experimentos de rotación mental. Los investigadores demostraron que cuanto mayor es el ángulo de inversión de un objeto, más tiempo se tarda en reconocerlo. De esta mayor demora observable (que solemos medir en milisegundos) se desprende que los objetos son almacenados en su posición canónica, y que cuando son percibidos se rotan mentalmente para dar la respuesta de si el estímulo es idéntico o no al almacenado.

Principales áreas de trabajo de los psicólogos cognitivos

Esta listado no es restrictivo ni acabado, ni pretende jerarquizar los temas a la interna de la subdisciplina. Junto con estos procesos se pueden mencionar otros procesos cognitivos de interés para la psicología cognitiva, muy relevantes en la actualidad como el estudio de la consciencia, el control motor o la investigación de cognición animal (psicología cognitiva comparada).

Del Manual de introducción a la psicología cognitiva. Alejandro Vásquez Echeverría, Paul Ruiz e Ismael Apud.

Este artículo continúa aquí:

Los aportes de Wundt a la Psicología