La psoriasis es una afección muy frecuente de la piel que se puede presentar en cualquier etapa de la vida. Se manifiesta en forma de placas, principalmente en las zonas expuestas a los traumatismos, es decir, codos, rodillas, cuero cabelludo, palmas de las manos y plantas de los pies. En ocasiones se propaga al resto del cuerpo. Estas placas están formadas de laminillas que se acumulan unas sobre otras. Las placas antiguas, más gruesas, son blancas y se desprenden como polvo al contacto con la ropa.

Véase problemas en la piel, agregando que la persona que padece psoriasis parece querer renovar su piel. No se siente bien en ella y quiere tener una piel nueva. Esto indica que no se siente reconocida por lo que es. Incluso puede sufrir un problema de identidad y desea tomar otra personalidad. Le resulta difícil aceptar quién es en esta vida. El mensaje que recibe es que acepte lo que es ahora, con todas sus cualidades; defectos, miedos, debilidades, fuerzas, talentos, etc. Todo, sin avergonzarse de nada y sin tener miedo al rechazo.

Es una superproducción de células cutáneas, creando un amontonamiento de células muertas, una piel más espesa, placas rojas gruesas o en gotas y que están cubiertas de fragmentos de sustancias córneas blanquinosas. Si tengo psoriasis, estoy entre los 2% de la población del globo que padece esta enfermedad. También, suelo ser hipersensible y tengo una gran necesidad de amor y cariño que no está colmada, recordándome quizás otro período difícil de mi vida.

En ese momento, tengo probablemente un muy gran sentimiento de abandono o de estar separado de alguien o de algo que quería mucho. Porque la psoriasis implica que hubo doble separación, es decir frecuentemente frente a dos personas diferentes. Podría ser que me hayan separado de mis dos padres cuando era niño.

La piel está afectada porque, para mí, siendo niño, lo que más necesito es el contacto físico con mis padres o con cualquier otra persona a quien amo y con quien me siento próximo. La doble separación puede ser con mi madre y con uno de mis hermanos o hermanas, o con mi cónyuge y un proyecto de trabajo (“mi bebé”), o cualquier otra combinación que implique una separación con dos personas o dos situaciones que amo y que me amo mucho.

El hecho de estar o de sentirme separado me impide tener este contacto, sobre todo con relación al tacto, por lo tanto de mi piel, con estas personas a quienes amo. Habrá por lo tanto aparición de la psoriasis. Ahora, tengo tanto miedo de estar herido que quiero guardar cierta distancia entre mí y los demás.

La psoriasis es una bella manera que tiene mi cuerpo de protegerse contra un exceso de acercamiento físico y de protegerse contra mi vulnerabilidad. Vivo pues un conflicto interior entre mis necesidades de acercamiento y mi miedo el cual me hace poner distancias. Debo pues liberarme de ciertos patrones mentales (esquema de pensamiento que hace que se repitan acontecimientos en mi vida) y actitudes que se han acumulado y que, ahora, ya no tienen razón de ser, ya que están apagados y muertos.

Acepto ahora mi sensibilidad; aprendo a hacer cosas para mí y no sólo en función de lo que los demás esperan de mí. Y aunque la psoriasis haya ocurrido probablemente después de un suceso doloroso o de un golpe emocional, acepto que esto forme parte del proceso natural de la vida y de mi crecimiento y que me vuelva más fuerte y más sólido interiormente.

En la queratosis, la capa superficial de la piel se vuelve más espesa. En la piel, esto puede representar una superficie rojiza, rugosa, pudiendo formar costra. La piel es la unión entre el mundo exterior y el interior, por lo tanto puedo tener tantos miedos que, en mi entorno, siento la necesidad de protegerme formando “una barrera más espesa”.

El color rojizo me indica frustración reprimida frente a lo que vivo. El lugar en donde se forma la queratosis, los brazos, los muslos, el rostro o las manos, me indica cuál aspecto de mi vida necesito proteger. Puedo mandar pensamientos de amor en mi cuerpo en el lugar donde se forma la queratosis para integrar la toma de consciencia que debo hacer. La confianza frente a la vida aumentará en mí y podré hallar la flexibilidad natural de mi piel.