La rabia es una temible enfermedad viral de origen animal, que se transmite al ser humano a través de la saliva, al ser mordido por un animal enfermo. Los trastornos observados son todos de origen nervioso: excitación, irritabilidad, agresividad y parálisis.

La persona mordida por un animal rabioso siente una gran rabia interior desde hace algún tiempo, después de un incidente muy molesto, incluso paralizante. Reprimió esa rabia hasta tal punto que se paralizó y no puede funcionar normalmente en la vida diaria.

Esta enfermedad transmite un mensaje importante y urgente: ha llegado el momento de que te permitas vivir esa rabia y dejes de hacerlo solo. Seguramente tienes un gran miedo interior que te impide expresarlo. Es posible que seas del tipo de persona que se controla muy bien, sobre todo en lo referente a contener el enojo. Seguramente aprendiste en tu niñez que no es bueno enojarse.

Esta rabia interior denota un gran dolor y un rencor hacia alguien que te molesta o que consideras agresivo. Tu cuerpo te indica que has llegado al límite y ya no puedes controlarte. Ten compasión de ti mismo y concédete el derecho a sufrir. Además, te sugiero encarecidamente que realices las etapas del perdón. La rabia es una enfermedad epidémica que afecta ciertos mamíferos (zorro, gato, perro, etc.) los cuales la transmiten al ser humano, generalmente por mordedura.

El temor mórbido al agua o hidrofobia es uno de los primeros signos de la rabia, igual como el miedo a los movimientos del aire que es la aerofobia. Si tengo la rabia, hay muchas probabilidades de que esté “lleno de rabia” y de ira, éstas siendo dirigidas frente a mí- mismo o a una persona o situación.

Tomo consciencia de que hay otras maneras, además de la fuerza y la violencia, para arreglar mis diferencias y mis desacuerdos. Aprendo a comunicar calmamente mis necesidades, mis sentimientos mientras me respeto y respeto a la otra persona.