En este artículo, exploraremos una síntesis de la soledad desde las 7 diciplinas científicas que componen la Ontología de la Conciencia. Paralelamente, elegimos incluir una visión desde la fe Judeo Cristiana, para completar el abordaje.

La Fé como punto de partida.

Desde esta perspectiva, la soledad se puede entender como una consecuencia de la ruptura de la relación con Dios, fuente de la Vida, el Amor y la Comunión. Según el libro de Génesis, el ser humano fue creado a imagen y semejanza de Dios, y destinado a vivir en armonía con Él. Sin embargo, el pecado introdujo la desobediencia, la rebelión, la culpa, la vergüenza, el miedo y la separación entre el hombre, Dios y su prójimo. Afectando la relación del hombre con la naturaleza, que quedó sometida al sufrimiento y a la muerte.

La soledad, es entonces, una expresión de la condición caída del ser humano, que le impide disfrutar plenamente de la presencia de un Dios creador en comunión con todos. Entendiéndose como una señal para que el hombre se reconcilie con Dios y restaure su relación original.

Para ver un informe completo sobre la soledad, desde la perspectiva cristiana te recomendamos la lectura del libro> Cirugía a la soledad.

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¿Cómo te encuentras tu abordando la Soledad?

Antes de compartir los enfoques de las distintas disciplinas científicas, y ordenarlas por Niveles de Conciencia MƐT, me gustaría que tengas la oportunidad de realizar el siguiente test. El mismo, tiene como objetivo evaluar tu sentir y asistirte a reflexionar sobre cómo mejorar tu situación social. 

Desde una perspectiva científica y filosófica

La soledad puede estudiarse desde diferentes perspectivas: desde la ciencias, con el fin de conocer las causas, los factores, los efectos, las medidas y sus propuestas de abordaje, tanto a nivel individual como colectivo. Y desde una perspectiva filosóficas, nos ocupamos de reflexionar sobre el sentido, el valor, la naturaleza, la expresión, la implicación y la superación de la misma.

Para establecer un marco preciso de estudio, nos enfocaremos exclusivamente en las 7 disciplinas que conforman nuestra tesis titulada: Ontología de la Conciencia.
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Desde el Modelo MƐT®

En este Modelo (de educación transformativa) la soledad resulta transversal a los distintos niveles de conciencia desde donde elegimos abordarla. Evidenciándose en forma evidente entre los niveles -3 y el Nivel +5 (de color celeste)

Inicialmente aparece cuando percibimos que nuestras relaciones sociales son insuficientes o insatisfactorias. Afectando nuestra salud física, emocional, mental y espiritual. Provocando estrés, ansiedad, temor, tristeza, depresión, baja autoestima, aislamiento y otros inconvenientes.

Luego de atravesar los niveles negativos (ausentes en este gráfico), la observamos desde el nivel cero, donde nos ofrece la oportunidad de fortalecer nuestra resiliencia. Para finalmente abordarla desde los Niveles Positivos (+1 al +5- del color rojo al celeste).

Este análisis representa la oportunidad para descubrir adonde vamos, conocernos mejor a nosotros mismos, involucrarnos enfocádamente, aprender de nuestra reflexión, desarrollar nuestra identidad, conectar con Dios y transformarnos creativamente, buscando así nuevas formas de conectar con la humanidad.
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Revisemos como a medida que avanzamos en los distintos gradientes de conciencia, la percepción de la soledad va asumiendo un caracter más interesante.

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█ Desde los niveles negativos o auto-destructivos

Revisaremos la soledad como resultado de un aislamiento forzado, castigo y la carencia de grupos primarios acompañando al sujeto.

El aislamiento en forma de confinamiento

Es un castigo empleado en muchos países para prisioneros acusados de delitos graves, para los que corren peligro entre los demás prisioneros, los que podrían suicidarse, y los que no pueden juntarse con los demás por enfermedad o lesiones. Por otro lado, las instituciones psiquiátricas pueden ordenar aislamiento total o parcial para ciertos pacientes, particularmente los violentos o subversivos, para poder atender sus necesidades particulares y proteger al resto de pacientes de su influencia.

La Carencia de grupos primarios

La carencia de los grupos primarios entre los cuales se incluyen la familia o los amigos representan un tipo de soledad a veces, no elegida en la que la persona se puede sentir despreciada o rechazada al sentirse vacío.

El ocio es importante para todo individuo por ello también la carencia de ocio puede provocar que el individuo sienta rechazo.

La carencia de grupos primarios como las familias pueden llevar a una desviación social irreversible ya que la educación transmitida por un grupo primario no son sustituibles, esto se agrava con influencias de grupos externos que pueden o no influir en esta desviación social.

Una persona se es al criarse mediante relaciones cara a cara ya que estas fomentan la cultura y las diferentes dimensiones sociales del hombre. Diferentes experimentos han demostrado que la carencia de grupos primarios y grupos secundarios y su correspondiente enseñanza causa graves carencias de racionalidad del hombre ya que sin ellas nos limitamos a cuerpo y no a mente y un individuo puede o no aprender a pensar como un animal irracional más que racional al faltarle dichas enseñanzas socioculturales.

Desde una perspectiva fenomenológica cristiana, Edith Stein, una filósofa alemana aborda la soledad como una experiencia de vacío, de ausencia y de nostalgia, que revela la naturaleza relacional y trascendente del ser humano. Stein sostiene que el ser humano está llamado a salir de su soledad mediante el encuentro con los otros, que son un reflejo de la imagen de Dios, y mediante el encuentro con Dios, que es la fuente de la plenitud y la felicidad. Stein afirma que el ser humano puede encontrar en la soledad un camino de oración, de contemplación y de unión con Dios5 .

Tecnicamente hablando, la Soledad en los Niveles Negativos atraviesa tres instancias bien diferenciadas: En el -3 refiere a la Tristeza y el Temor que situaciones como las descriptas causas, en el Nivel -2 se activa una forma de reacción activa caracterizada por la Ira, mientras en el Nivel -1 se asocia al orgullo, las diferencias y las comparaciones con otras personas.

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Desde el Nivel 0, introductorio o de supervicencia:

En esta instancia planteamos las diferentes formas de aislamiento que nos llevan a la soledad.

Que se caracterizan por la dependencia, el miedo y la reacción. La soledad significa en esta instancia estar sin acompañamiento de una persona u otro ser vivo. La misma puede tener origen en diferentes causas, como la propia elección de la persona, el aislamiento impuesto por un determinado sector de la sociedad, una enfermedad contagiosa, una perspectiva religiosa o hábitos socialmente distraídos.

Aunque la soledad no es una consecuencia negativa, sino que puede entenderse por privacidad o privación voluntaria de la compañía; es necesario admitir, que tras darse durante períodos más largos afecta al individuo y suele ser percibida como desagradable, causando depresión, aislamiento y reclusión, dando como resultado de una incapacidad de establecer relaciones con los demás.

Hay tres tipos de soledad presentadas en este nivel, que se conocen como: aislamiento protectivo, por enfermedad y emocional. La principal diferencia es que los dos primeros pueden ser voluntarios, mientras que el otro suele no serlo. El aislamiento emocional. Para ver estos conceptos desarrollados te recomiendo la lectura completa del libro y atravesar los ejercicios para empoderar estos estados.
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Nivel 1: ¿Cómo distinguir entre la soledad física y mental?

Si bien para algunas personas la soledad es causa de depresión, para otras es un desafío a atravesar. Para lograrlo será necesario declarar un compromiso a través del cual la soledad sea desafiada. Tengamos en cuenta que hasta que no atravesemos este nivel en forma profunda las personas no desarrollan un estado óptimo de supervivencia económica, por lo tanto, nuestras vidas estarán signadas por muchas idas y vueltas.

Entre las múltiples cosmovisiones de la soledad, los monjes la perciben como una forma de iluminación espiritual y de allí surge el desafío. Mientras los filósofos enfocados en llevar una vida tranquila y solitaria, eligen observarla como una forma de alcanzar la excelencia. Un claro ejemplo de ello fue Arthur Schopenhauer, un filósofo alemán admirado por Jorge Luis Borges, que sostenía: «la soledad es la suerte de todos los espíritus excelentes.» En los tres casos presentados los momentos de soledad nos invitan a descubrir y darnos cuenta quiénes somos y qué elegimos para nuestras vidas.

Una persona puede buscar soledad física para eliminar distracciones, concentrarse y meditar más fácilmente. Aun así, este no es el fin en sí mismo, y una vez que alcanzamos suficiente capacidad para ignorar las distracciones, las personas nos tornamos menos sensibles a las mismas y aprendemos a sostener la concentración.

Este nivel de la aceptación, se caracteriza por el compromiso y las declaraciones de oportunidad. En él, los síntomas de soledad autoimpuesta, incluyen a manera de paradoja: ansiedad, alucinaciones, o incluso distorsiones de la percepción y el tiempo.

Los estudios realizados en 2019 y 2020 en la Universidad de McGill, Montreal, Canadá6  declaran que las personas jóvenes suelen adaptarse mejor a la soledad, que los adultos mayores, Sin embargo hay otros estudios que muestran que la soledad es más percibida como un dolor en la generación Z y los Milenials que en los Baby Boomers.

Cuando vemos los estudios en su profundidad, claramente habla de dos soledades y percepciones diferentes.
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Nivel 2: ¿Cómo superar o disfrutar la soledad en compañía?

En el nivel 2 de conciencia, que corresponde al de la adaptación y se caracteriza por la conformidad, la imitación y la repetición, las causas de la soledad pueden provenir de factores personales, tales como: (personalidad, autoestima, expectativas, etc.), como de factores relacionales (conflictos, rupturas, pérdidas, etc.), o contextuales (movilidad, migración, urbanización, etc.).

Sus consecuencias pueden afectar a la salud física, mental y emocional, al bienestar, a la creatividad, a la productividad, a la participación social, etc. Algunas de ellas pueden ser positivas, como el desarrollo de la autonomía, la reflexión, la imaginación, etc., y otras negativas, como el estrés, la depresión, la ansiedad, el aislamiento, etc.

Si clasificamos la soledad en función de su duración, su intensidad y su voluntariedad, podemos hablar de soledad temporal o crónica, leve o severa, buscada o impuesta.

Estas categorías se combinan de diferentes formas, dando lugar a distintos perfiles de soledad. Por ejemplo, una persona puede experimentar una soledad temporal, leve y buscada, como una forma de descanso o introspección, o una soledad crónica, severa e impuesta, como una consecuencia de la marginación o el rechazo social.

Para superarla podemos emplear estrategias de apoyo social, ampliar el círculo de amistades, participar en actividades de interés, mejorar la comunicación y la empatía, etc. Incluso para disfrutarla, podemos aprovechar los beneficios que ofrece, como la libertad, la tranquilidad, el autoconocimiento o el contexto creativo que esta implica. En ambos casos, se trata de encontrar un equilibrio entre la conexión y la desconexión, entre el yo y los otros, entre el aislamiento y la compañía.

Otro camino es la aplicación de la terapia cognitiva conductual (TCC), un tipo de psicoterapia que ayuda a cambiar los pensamientos, emociones y comportamientos de soledad. Basándose en el principio de que los pensamientos influyen en cómo nos sentimos y cómo actuamos.

La TCC para la soledad tiene como objetivo identificar y modificar las creencias irracionales o distorsionadas que dificultan la conexión social, como por ejemplo, pensar que nadie nos quiere, que no somos dignos de amor o que no tenemos nada que ofrecer. Estos pensamientos pueden generar emociones negativas como tristeza, ansiedad o ira, que a su vez pueden provocar conductas de evitación o aislamiento social. La TCC ayuda a cuestionar y reemplazar estos pensamientos con otros más realistas y positivos, que fomenten la autoestima, la confianza y la motivación para relacionarse con los demás.
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Nivel 3: Distinguiendo la soledad como signo y significado

En el nivel de la Diferenciación, que se caracteriza por la independencia, la autoestima y la acción, la soledad como signo refiere a los elementos materiales o inmateriales que remiten a la idea de soledad, como palabras, imágenes, sonidos, gestos, símbolos, etc.

La soledad como significado se refiere al concepto o la experiencia de soledad que se construye a partir de la interpretación de los signos. La relación entre el signo y el significado de la soledad puede ser arbitraria, convencional, natural o motivada, según el grado de conexión que exista entre ambos. Por ejemplo, la palabra «soledad» es un signo arbitrario que designa el significado de soledad por convención lingüística, mientras que el color negro es un signo natural que evoca el significado de soledad por asociación psicológica.

Al clasificar la soledad según el tipo de signo que la expresa o la representa, podemos hablar de una soledad verbal, visual, auditiva, gestual, simbólica, etc. En este análisis lingüístico-semiológico, cada tipo de signo tiene sus propias características, funciones y efectos en la comunicación. Por ejemplo, la soledad verbal se puede manifestar mediante el uso de la primera persona singular, de términos negativos, de figuras retóricas como la metáfora o la hipérbole, etc.

La soledad visual se puede mostrar mediante el uso de colores fríos, de espacios vacíos, de perspectivas alejadas, etc. La soledad auditiva se puede expresar mediante el uso de sonidos bajos, de silencios, de ecos, etc.

La soledad gestual, por su parte, se puede revelar mediante el uso de posturas cerradas, de miradas perdidas, de movimientos lentos, etc. La soledad simbólica se puede simbolizar mediante el uso de objetos, animales, plantas o elementos naturales que tengan un valor cultural o personal relacionado con la soledad, como una rosa marchita, un pájaro enjaulado, un cactus, una luna, etc.

Rollo May, un psicólogo y existencialista estadounidense, propone la soledad, desde una perspectiva fenomenológica, como una experiencia universal y necesaria para el desarrollo humano, implicando una tensión entre el deseo de pertenencia y el de individualidad. May distingue entre dos tipos de soledad: la soledad existencial, que es la conciencia de la separación y la finitud del ser humano, y que puede ser una fuente de angustia, pero también de creatividad y autenticidad; y la soledad neurótica, que es la incapacidad de establecer relaciones significativas con los otros, y que puede ser una fuente de aislamiento, depresión y alienación4.

Según el nivel de significación del discurso o del texto

La soledad puede asumir un significado denotativo, connotativo o ideológico, acorde al grado de profundidad o complejidad de su interpretación.

  • La soledad como significado denotativo refiere al sentido literal o directo de la soledad, como la ausencia de compañía o de contacto social.
  • La soledad como significado connotativo refiere al sentido figurado o indirecto de la soledad, como la sensación de aislamiento, de incomunicación, de tristeza, de nostalgia, etc.
  • La soledad como significado ideológico refiere al sentido valorativo o crítico de la soledad, como la expresión de una posición social, política, cultural o moral frente a la realidad. Por ejemplo: puede ser una forma de resistencia, rebeldía, protesta, libertad, creatividad… o una forma de sumisión, conformismo, alienación, opresión o sufrimiento.
La soledad como representación

Según el modo de producción, circulación y recepción de los signos la soledad puede ser:

  1. El resultado de una intención, una elección, una necesidad o una imposición del emisor o del receptor de los signos, según el contexto y el propósito de la comunicación.
  2. El efecto de una estrategia, de una técnica, de un recurso o de una limitación del código o del canal de los signos, según el medio y el género de la comunicación.
  3. El producto de una interpretación, negociación, identificación u oposición del receptor o del emisor de los signos, según la competencia y la actitud de la comunicación. Percibiéndola como un mensaje a transmitir, que se logra transmitir, que se recibe o que se rechaza, según el caso.

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Nivel 4: La soledad epistemológica

En el nivel de la Integración, que se caracteriza por la interdependencia, la cooperación y la comunicación, es importante distinguir entre la soledad objetiva y subjetiva.

La soledad objetiva refiere al grado de aislamiento físico o social que experimentamos, es decir, la cantidad y calidad de relaciones interpersonales. Se puede medir con indicadores cuantitativos y/o cualitativos. La  subjetiva refiere al sentimiento de insatisfacción, vacío o tristeza que produce la falta o el déficit de dichas relaciones. Y se basa en la percepción y la valoración personal de cada individuo.

Ambas dimensiones de la soledad pueden estar relacionadas, pero no necesariamente coinciden. Por ejemplo: una persona puede estar rodeada de gente y sentirse sola, o puede estar sola y sentirse acompañada. Tiene mucho que ver con el desarrollo intelectual y la coherencia. En el libro mostramos unos gráficos con ejemplos para que te veas en las diferentes instancias y puedas darte cuenta que es lo que concibes como ausencia.
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Un camino de reflexión para trascender la soledad

El Modelo MƐT®, se consolida como un camino de superación, a ser atravesado desde multiples perspectivas, ideas, actitudes, conductas… una suma de más de 100 columnas que nos permiten identificar el grado de conciencia del que estamos observándonos.

Las múltiples inteligencias representan una de esas columnas de las que les cuento. Nótese que en lugar de identificar a las inteligencias por un canal, como lo hacen Howard Gardner o el modelo de Elaine de Beauport, que es el preferido por nuestro equipo, nuestra clasificación de las Inteligencias se basa en la idea de que la inteligencia es un fenómeno complejo y multidimensional, que abarca diferentes capacidades y habilidades que se pueden potenciar con diversas prácticas. Mientras los otros dos modelos conciben las inteligencias como independientes y autónomas, según responden a los canales del cerebro triuno, el MET considera que los niveles de inteligencia están interrelacionados y son interdependientes, aspectos propios de la conciencia.

Desde este nuevo enfoque, las inteligencias más allá de representar la capacidad de solucionar problemas o elaborar bienes valiosos, son concebidas como la capacidad de procesar, organizar y aplicar la información de forma eficaz, crítica y creativa.

Mientras Gardner identifica las inteligencias a partir del estudio de poblaciones particulares, como individuos talentosos, lesionados cerebrales o culturas diversas, el Modelo MET identifica los niveles de inteligencia a partir de la observación de las capacidades y habilidades que se manifiestan en las diferentes dinámicas en que el Ser se relaciona.

Para el equipo de investigadores de Sonría, es fundamental establecer un puente entre las inteligencias y la conciencia humana. Ya que ambas refieren a la capacidad de reflexionar sobre la propia mente, los procesos cognitivos y los estados emocionales.

La conciencia es un fenómeno complejo y multidimensional que se da, que implica diferentes niveles de autoconocimiento, autocontrol, autoevaluación y autorregulación. La conciencia se puede potenciar con diversas prácticas, como la meditación, la introspección, el feedback y el aprendizaje. La conciencia se relaciona con la inteligencia, ya que ambas capacidades influyen en el rendimiento, el bienestar y el desarrollo personal..

Nivel 5: De la soledad al liderazgo

En el nivel del Liderazgo, que se caracteriza por la libertad, la autenticidad y la responsabilidad, la soledad vista desde la mecánica cuántica,  implica un salto no solo en su comprensión, sino también en su abordaje.

Nivel 6: La soledad, como oportunidad de servicio

Desde la ética filosófica, la soledad se ha relacionado con conceptos como la libertad, la responsabilidad, la dignidad, el sentido de la vida, la felicidad, el amor, la amistad, la solidaridad, la justicia, etc. Algunos filósofos han defendido el valor de la soledad como una oportunidad para el autoconocimiento, la reflexión, la creatividad, la espiritualidad, la autonomía, etc.

Desde la bioética, la soledad se ha abordado desde diferentes perspectivas, como la de los derechos humanos, la de la vulnerabilidad, la de la calidad de vida, la de la salud mental, la de la atención sanitaria, la de la investigación biomédica, la de la biotecnología, etc. Analizando los problemas éticos que plantea la soledad en diversos contextos, como el de la vejez, el de la discapacidad, el de la enfermedad, el de la muerte, el de la pobreza, el de la exclusión social, el de la pandemia, etc.

Desde ya este estado puede enfocarse en la oportunidad de servicio: una actitud que implica el reconocimiento del otro como un ser digno, el compromiso con su bienestar, la disposición a ayudarle, la colaboración para resolver sus necesidades, la participación en su desarrollo, la contribución a su felicidad, etc.

¿Cómo abandonar los sentimientos de soledad a partir del servicio?

El servicio puede ser una forma de superar la soledad, tanto propia como ajena, al establecer vínculos de afecto, de respeto, de confianza, de solidaridad y de justicia. El servicio es una forma de dar sentido a la vida, al encontrar un propósito, un valor, una motivación, una satisfacción que nos permite:

  • Conocernos mejor, reflexionar sobre nuestros valores, nuestras metas, nuestras pasiones, nuestras fortalezas y debilidades. Esto nos ayuda a identificar qué podemos ofrecer a los demás, qué podemos aportar al mundo, qué nos hace felices y nos da sentido.
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  • Conectar con nuestra espiritualidad, con nuestra dimensión trascendente, con nuestra fe, con nuestra misión de vida. Esto nos ayuda a encontrar un propósito, una motivación, una inspiración para servir a los demás, para ser parte de algo más grande que nosotros mismos, para dejar una huella positiva en el mundo.
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  • Valorar la compañía, la amistad, la familia, la comunidad, la sociedad. Esto nos ayuda a ser más empáticos, más compasivos, más solidarios, más conscientes de las necesidades y los problemas de los demás, más dispuestos a ayudar, a colaborar, a compartir, a servir.
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  • Desarrollar nuestra creatividad, nuestra imaginación, nuestra innovación, nuestra capacidad de resolver problemas. Esto nos ayuda a encontrar formas originales, eficaces, sostenibles y éticas de servir a los demás, de mejorar la calidad de vida, de generar impacto social, de crear valor.

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Nivel 7: Impulsando la creatividad y el legado del ser humano

Desde un punto de vista fenomenológico, la soledad es una experiencia vivida, que implica una relación particular del sujeto con el mundo, con los otros y consigo mismo. Este análisis busca describir, comprender e interpretar la esencia, el sentido y la significación de la soledad, desde la perspectiva de quien la experimenta, sin recurrir a explicaciones causales, normativas o psicológicas.
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Jean-Paul Sartre, un filósofo y escritor francés que plantea que la soledad es una condición ontológica del ser humano, que surge de la conciencia de su libertad, su responsabilidad y su contingencia. Sartre afirma que el ser humano está condenado a ser libre, y que su libertad lo separa radicalmente de los otros, que son vistos como una amenaza, una mirada o un objeto. Sartre sostiene que el ser humano busca escapar de su soledad mediante la mala fe, el amor o el compromiso, pero que ninguna de estas vías logra superar la soledad, sino que la revelan más profundamente12.

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Compilado y posteriormente desarrollado por el Dr. Fabián Sorrentino a partir de las siguientes fuentes: 1. repositorio.utp.edu.co    2. repositorio.utp.edu.co   3. Redalic.Org   4. redalyc.org   5. redalyc.org