Primer Wittgenstein
Tractatus Logico-Philosophicus

En el Tractatus plantea un isomorfismo entre lenguaje, pensamiento y realidad. Distingue, marca y separa un límite entre lo que es con sentido y lo que es sin sentido. En lo que tiene sentido se ubica lo pensable, lo decible, lo real, lo lógico, y lo único posible. En el plano de lo sin sentido se ubica lo contrario: lo impensable, lo no decible, lo irreal, lo ilógico, y lo imposible. En el plano del con sentido se ubican proposiciones que pueden ser verdaderas o falsas; describen una situación posible. Las proposiciones verdaderas son las de las ciencias naturales. En el plano del sin sentido se ubican las proposiciones éticas, religiosas, metafísicas, filosóficas y psicológicas, ya que son algo que no tiene representación lógica con la realidad.

Lenguaje – Realidad “Los límites de mi lenguaje significan los límites de mi mundo” (Tractatus, 5.6), esta es la base del llamado solipsismo Wittgenstiano. Los límites entre ambos coinciden: el lenguaje retrata sólo los hechos, y por otro lado el mundo es el conjunto de los hechos. El lenguaje sólo llegará hasta donde llegue el mundo, y a la inversa, allá donde el lenguaje no pueda llegar tampoco llegará el mundo, ya que no hay hecho que no pueda ser figurado en una proposición. La argumentación de Wittgenstein se puede resumir de la siguiente manera: 1.- Los límites del lenguaje son lo límites del mundo. 2.- El lenguaje es mí lenguaje, 3.- Mi lenguaje limita mi mundo. 4.- El mundo es mi mundo: Solipsismo.

La investigación sobre el lenguaje es la vía de acceso al conocimiento de lo real.
La función del lenguaje es afirmar o negar hechos, queda descartado el tipo de discurso no descriptivo (discurso valorativo, poético). Esta concepción da una consideración fáctica del lenguaje en el plano ontológico. El lenguaje se presenta como ordenador de la realidad.
Entre el lenguaje y mundo se encuentra la Forma Lógica como elemento mediador que relaciona los otros dos y hace posible que el lenguaje hable acerca del mundo

Lenguaje – Pensamiento
El lenguaje es la expresión del pensamiento. El lenguaje existe porque se puede pensar; sin el pensamiento no podría plantearse la posibilidad de un lenguaje. Pues siendo el lenguaje la expresión del pensamiento, en un mundo sin pensamiento el lenguaje sería la expresión de la nada. El pensamiento es el punto indispensable para entender la proposición; los pensamientos son figuras que pueden expresarse en proposiciones. El pensamiento queda circunscrito al ámbito de los hechos, y el dominio de lo pensable se reducirá a los hechos lógicamente posibles
“De lo que no se puede hablar hay que callarse” (Tractatus, 7). El Límite es que no podemos decir lo indecible, no podemos expresar lo impensable.
El hombre se lo concibe como un Ojo. Viene a representar y reflejar el mundo, pero no está en el mundo. El hombre se encuentra en el límite del mundo; entre el plano con sentido y el plano sin sentido.
El propósito de la filosofía es la clarificación lógica de los pensamientos. Esto es, ubicar el limite de lo que tiene sentido y lo sin sentido. La filosofía no es una teoría, sino una actividad.

Segundo Wittgenstein
Investigaciones filosóficas

La concepción del lenguaje del segundo Wittgenstein puede resumirse en tres tesis fundamentales:
1.- El significado de las palabras y de las proposiciones es su uso en el lenguaje.
2.- Los usos se configuran en los juegos del lenguaje.
3.- Los juegos del lenguaje no comparten una esencia común sino que mantienen un parentesco familiar.

Wittgenstein sostiene una concepción muy diferente del lenguaje en Investigaciones Filosóficas. Mientras que en el primero se había esforzado por la construcción de un lenguaje (lógicamente) ideal, ahora en lo que le interesa es saber cuál es el uso que en el lenguaje tiene en cada caso la palabra o frase.
El lenguaje es mucho más que nombrar, y no puede sustituir a las cosas. Lo que hace al lenguaje es su uso, sus prácticas de utilización en los diversos juegos.

“El significado de una palabra es su uso en el lenguaje (Investigaciones, 43).
El autor considera que es un error tomar de las teorías corrientes la creencia de que el lenguaje tendría una “esencia” que habría de poner de manifiesto. Los usos son diversos e innumerables, que no hay “un” lenguaje, sino hay lenguajes; tal multiplicidad no es nada fijo ni dado de una sola vez. Además, con la expresión “juego de lenguaje”, Wittgenstein, lo toma como una actividad que forma parte de la vida, por ejemplo: dar ordenes, describir un objeto, dibujar, referir un suceso, actuar en teatro, hacer un chiste, rezar y saludar, entre otros. Entre los diversos e innumerables “juegos” se puede observar cierta similitud o “familiaridad”. El lenguaje nos invita y nos permite jugar. Esto es, que como todo juego, tiene ciertas reglas y límites.
El salirse fuera de los límites de los juegos del lenguaje, por ejemplo es preguntarse sobre “problemas” filosóficos. Estos problemas son inquietudes y perplejidades, como “chichones” en la cabeza, que el filósofo se causa por no manejar correctamente el lenguaje en su uso cotidiano. Wittgenstein, a su juicio, va a decir que los problemas filosóficos no se resuelven, sino que se “disuelven”. Considera que la actitud de la filosofía no es la de deducir o hacer inferencias, sino solo la de describir.

Compilado por: Matías Levin – jueves, 9 de septiembre de 2010, 12:51

Fuentes:
WITTGENSTEIN, Ludwig, Tractatus logico-philosophicus
WITTGENSTEIN, Ludwig, Investigaciones filosóficas
Principios de Filosofía, Adolfo P. Carpio, Glauco
http://www.razonypalabra.org.mx/anteriores/n57/tkaram.html