Trance. Estado psíquico particular en el que la conciencia queda limitada y son frecuentes los estados de amnesia.

El estado de trance hipnótico

El estado de trance hipnótico es un estado temporal de consciencia situado entre la vigilia y el sueño. Todos los días lo atravesamos un mínimo de dos veces. Es una especie de semi-inconsciencia, o tal vez semi-consciencia. ¿Recuerdas cómo te sientes al despertarte? ¿Recuerdas cómo te sientes cuando estás a punto de dormir? Ese es el estado.

Fisiológicamente, es muy distinto al estado de vigilia. Toda una serie de comportamientos fisiológicos se alteran:

Se reduce el ritmo de parpadeo así como el reflejo de tragar saliva
Se reduce el pulso y también el ritmo respiratorio
Se reducen los movimientos corporales
Otras funciones psicológicas como la memoria, la percepción o la atención también se alteran durante el trance.
¿Qué es posible en trance?

Esa es una pregunta que queda para la experimentación. Algunos fenómenos habituales son:

Alteraciones en la memoria, tanto hacia la amnesia como hacia la facilidad para recordar.
Insensibilidad e hipersensibilidad (anestesia e hiperestesia o consciencia exaltada)
Alucinaciones (positivas: ver algo que no está ahí – negativas: no ver algo que está ahí)
Distorsión temporal (tiempo rápido y tiempo lento)
??? …
El fenómeno de trance en la vida cotidiana

El estado de trance hipnótico es un estado muy común y habitual en el día a día. ¿Alguna vez has parado detrás de otro coche y el semáforo se pone verde y no acelera? El conductor ha dejado volar su mente. ¿Alguna vez has subido a un ascensor y, al abrirse las puertas, alguien ha ido a salir para darse cuenta de que todavía no era su piso? La puerta se abre, la siguiente orden del programa es “salir”, así que sales. ¿Alguna vez has conducido tu coche para llegar a algún lugar y preguntarte cómo lo has hecho exactamente? Lo has hecho inconscientemente. ¿Alguna vez has buscado desesperadamente unas llaves para darte cuenta finalmente de que estaban delante de ti? Es una alucinación negativa.

Todos ello son ejemplos de trances comunes y cotidianos. Cuando estamos inmersos en una conversación agradable e interesante el tiempo pasa volando, mientras que en una clase aburrida con un profesor poco motivado el tiempo se dilata incesantemente. Podemos estar tan concentrados durante la lectura de un libro o el visionado de una película que todo lo demás simplemente deja de existir.

Generalmente no somos conscientes de estos estados y no los llamamos trances hipnóticos.

En ese estado tan agradable, mostramos una mayor facilidad para el aprendizaje, así como una gran receptividad a mensajes e ideas. Aprendemos rápido y eficientemente.