Abarca desde la honestidad, la buena fe y la sinceridad humana en general, hasta el acuerdo de los conocimientos con las cosas que se afirman como realidades: los hechos o la cosa en particular; así como la relación de los hechos o las cosas en su totalidad en la constitución del TODO, el Universo.

Para el hebreo clásico el término «emuná» significa primariamente «confianza», «fidelidad». Las cosas son verdaderas cuando son «fiables», fieles porque cumplen lo que ofrecen.

El término no tiene una única definición en la que estén de acuerdo la mayoría de los estudiosos y las teorías sobre la verdad continúan siendo ampliamente debatidas. Hay posiciones diferentes acerca de cuestiones como:

¿Qué es lo que constituye la verdad? ¿con qué criterio podemos identificarla y definirla?
– Si el ser humano posee conocimientos innatos o sólo puede adquirirlos
– Si existen las revelaciones o la verdad puede alcanzarse tan sólo mediante la experiencia, el entendimiento y la razón
– Si la verdad es subjetiva u objetiva
– Si la verdad es relativa o absoluta
y hasta qué grado pueden afirmarse cada una de dichas propiedades.
Este artículo procura introducir las principales interpretaciones y perspectivas, tanto históricas como actuales, acerca de este concepto.

La pregunta ¿qué es la verdad? es objeto de debate entre teólogos, filósofos, lógicos y porque no entre coaches ontológicos de diferentes corrientes.
En la actualidad es un tema de investigación científica así como de fundamentación filosófica que le interesa a diferentes disciplinas.

Para la Lingüística el lenguaje es expresión de la propia verdad.

Para la lógica y la ontología del lenguaje, las afirmaciones pueden ser Verdaderas o falsas, en lugar de válidas o inválidas como dicen científicos del campo de las neurociencias y la investigación cognitiva. La verdad es vista como un ideal a los que los seres humanos no podemos alcanzar. Solo tenemos interpretaciones.
La Antropología filosófica dice que los seres humanos prefieren la verdad a la mentira y la certeza a la duda o al error.
La Sociología, por cuanto el aprecio hacia la verdad y la condena de la mentira o del error varía en intensidad según las épocas y las culturas, pues tanto el concepto de verdad como su valoración no siempre es el mismo a lo largo de la Historia y de la cultura.
La investigación científica de la función cognitiva introduce nuevas perspectivas acerca del conocimiento basado en la evidencia como creencia epistemológicamente «verdadera» con justificación válida.

La importancia que tiene este concepto es que está arraigado en el corazón de cualquier supuesto personal, social y cultural. De ahí su complejidad.

Según la teoría de la adecuación, la verdad es la adecuación (no la identificación) entre las cosas y el entendimiento. Y tanto más verdadera será mi comprensión, cuanto más semejante sea a las cosas. Esta es una teoría de origen aristotélico-tomista.

Cuando alguien está de acuerdo sinceramente con una afirmación, suele comunmente reivindicar que es la verdad. Mientras que podemos tener un buen sentido intuitivo de lo que tiene que ser verdad, dar una definición que consiga una amplia aceptación nos resulta un trabajo arduo. Una razón es que a menudo la verdad es primero indicado como un objetivo y sólo después de que la gente empiece a razonar qué verdad es realmente. Por lo que muchos que están razonando la definición de la Verdad podrían discutir sobre la meta a la que aspiran. La verdad, tanto como concepto o como valor escencial (asociado a la sinceridad) es buscada en la religión, la filosofía, las matemáticas, la abogacía y la ciencia; estos campos utilizan diferentes métodos e intentan llegar a una verdad (acuerdo) con el fin de servir a diferentes objetivos. No con sorpresa, el uso compartido de una sola palabra en todos estos campos provoca con facilidad confusión y conflicto. Incluso la verdad, como la bondad y la belleza, son temas perennes para la humanidad.

Algunas Teorías sobre la Verdad

Muchos filósofos y lógicos han propuesto un gran número de extensas teorías sobre la verdad, que ahora son frecuentemente clasificadas en dos campos:

Teorías Robustas

Algunas teorías sostienen en común que la verdad es un concepto robusto (a veces inflacionario). Todas esas teorías sostienen que la gramática superficial que parece predicar verdad o falsedad, como «que la nieve es blanca es verdad» pueden ser tomadas en serio. La verdad es una propiedad, tal como el rojo es una propiedad de un granero en la sentencia «el granero es rojo». La tarea, para tales teorías, es explicar la naturaleza de esa propiedad. Así pues, de acuerdo con esas teorías, la verdad necesita explicación y es algo sobre lo cual se pueden decir cosas significantes:

La teoría de la correspondencia de la verdad o adecuación

También conocida por la teoría de la adaequatio y la noción más extendida de verdad (debida probablemente a la influencia de Tomás de Aquino en el pensamiento occidental): adaequatio rei et intellectus. La verdad se entiende como una relación de concordancia entre el lenguaje y su referente extralingüístico. Sin embargo, ¿puede ser el lenguaje una identidad equivalente a lo que se refiere (esto es, al mundo físico y material)? Eso mismo sostiene Wittgenstein en su legendario Tractatus logico-philosophicus: el lenguaje -como proposiciones lógicas- es una figura de la realidad. Y eso mismo se encarga el autor austriaco de desmantelar en su obra posterior: el lenguaje puede obtener diferentes significados y usos en un mismo hecho, porque no existe una conexión lógica (no tiene por qué haberla, al menos) entre lo que se propone y lo que es en realidad. El lenguaje puede intentar representar la realidad, pero tal intento, por muy bien construido que esté, es posible que no figure al mundo ni por asomo. Según la versión tomista de la adecuación, es el intelecto el que debe adecuarse a la realidad (asimetría adecuacionista): debemos pensar las cosas conforme con lo que son. Si bien nos enfrentamos a otro problema epistemológico: ¿qué son las cosas en sí?, pues si la verdad es lo único que nos puede dar a entender las cosas en sí, definir a aquélla con ésto y ésto con aquélla es un mero círculo vicioso.

La teoría de la coherencia

Ve la verdad como coherente con algún grupo específico de sentencias o, más a menudo, de creencias. Por ejemplo, una de las creencias de una persona sólo en caso de que sea coherente con todas o casi todas de sus otras creencias. Normalmente, la coherencia es tomada para implicar algo más fuerte que mera consistencia: la justificación, evidencia, y comprensión del conjunto de creencias son restricciones comunes.

La teoría del consenso

Sostiene que la verdad es cualquier cosas que es acordada, o en algunas versiones, que podría llegar a ser acordada, por algún grupo específico.

El Pragmatismo

Ve la verdad como el éxito de de consecuencias prácticas de una idea, por ejemplo, su utilidad.

El constructivismo social

Sostiene que la verdad es construidad por procesos sociales, y que representa los esfuerzos de poder dentro de una sociedad.

Desde la Fe Cristiana:

La fe cristiana se mueve en el plano de la verdad, y ese plano es su espacio vital mínimo. La religión cristiana no es un mito, ni un conjunto de ritos útiles para la vida social y política, ni un principio inspirador de buenos sentimientos privados, ni una agencia ética de cooperación internacional. La fe cristiana ante todo nos comunica la verdad acerca de Dios, aunque no exhaustivamente, y la verdad acerca del hombre y del sentido de su vida [5]. La fe cristiana es incompatible con la lógica del “como si”. No se reduce a decirnos que hemos de comportarnos “como si” Dios nos hubiese creado y, por consiguiente, “como si” todos los hombres fuésemos hermanos, sino que afirma, con pretensión veritativa, que Dios ha creado el cielo y la tierra y que todos somos igualmente hijos de Dios. Nos dice además que Cristo es la revelación plena y definitiva de Dios, «resplandor de su gloria e impronta de su sustancia» [6], único mediador entre Dios y los hombres [7], y por lo tanto no puede admitir que Cristo sea solamente el rostro con que Dios se presenta a los europeos.

En Relativismo, Fe y Verdad, el Prof. Mons. Ángel Rodríguez Luño de la Universidad Pontificia de la Santa Cruz declara: Quizá conviene aclarar que la convivencia y el diálogo sereno con los que no tiene fe o con los que sostienen otras doctrinas no se opone al Cristianismo; más bien es verdad todo lo contrario. Lo que es incompatible con la fe cristiana es la idea de que el Cristianismo, las demás religiones monoteístas o no monoteístas, las místicas orientales monistas, el ateísmo, etc. son igualmente verdaderos, porque son diversos modos cultural e históricamente limitados de referirse a una misma realidad que ni unos ni otros en el fondo conocen. Es decir, la fe cristiana se disuelve si en el plano teórico se evade la perspectiva de la verdad, según la cual quienes afirman y niegan lo mismo no pueden tener igualmente razón, ni pueden ser considerados como representantes de visiones complementarias de una misma realidad.