Someter o abusar de otra persona desde una posición de poder. A la base de una relación de victimario y víctima está la relación de confrontación, sea esta de guerras, revoluciones y contrarrevoluciones, peleas de mafias y pandillas, o confrontación entre padres e hijos, parejas o jefes y empleados. El abuso puede ser físico o psicológico, y se sustenta en emociones negativas hacia el otro que motivan diversas formas de agresión.

Existe como una distorsión de la personalidad una disposición de ciertas personas a victimizarse, siendo lo más habitual que lo hagan como el único modo a través del cual logran el vínculo con la figura de la autoridad y la atención de ésta. La persona en esta situación decide que es preferible sufrir a dejar de existir emocionalmente para la persona significativa.

El concepto de victimización se hace presente a partir de la idea de víctima y de victimario. Podemos comenzar definiendo a la víctima como una persona que sufre el ataque o la desidia de otra persona. La víctima puede ser una víctima del maltrato físico, del maltrato verbal, del maltrato psicológico. Sin embargo, el concepto de victimización se abre un poco de esta definición debido a que supone ya un cierto grado de exageración en la condición que una persona determina de sí misma (o que otros determinan de ella) para considerarse víctima en situaciones que no necesariamente lo suponen.

Para los especialistas en psicología, la victimización es una condición de la salud mental de una persona a partir de la cual esa persona se observa a sí misma como centro de todos los ataques y agresiones que pueden existir en una relación humana. Para muchos la victimización es una forma de llamar la atención sobre sí mismo pero de manera negativa. A diferencia de alguien que llama la atención sobre sí a partir de elementos que considera positivos, la victimización supone una visión negativa sobre la realidad que la persona en cuestión sufre.

Existen distintos roles que una persona puede adoptar ante la realidad. La victimización es un ejemplo de comportamiento tóxico puesto que lleva a la persona a posicionarse como un sujeto pasivo frente a circunstancias externas que toma como una amenaza personal.

Es decir, esta actitud tóxica lo es porque deriva en una queja constante que alimenta ese sentimiento de indefensión propio de la victimización.

Posición negativa ante la realidad

Y lo verdaderamente determinante de este tipo de malestar psicológico es que esta posición ante la realidad no tiene por qué estar determinada por un hecho objetivo y realista que ha producido dolor sino que, en algunos casos, es la propia percepción de la persona que se victimiza la que marca el conflicto de la situación.

Es decir, la persona puede darse por ofendida por un hecho en el que no existe ningún agresor consciente, sin embargo, la mirada distorsionada de la realidad marcada por una hipersensibilidad también puede dar lugar a la victimización de quien consigue a cambio de este rol: llamar la atención. Existe una característica habitual en la situación que acompaña a la victimización: la percepción de haber sido víctima de una situación injusta.

Es muy importante establecer una diferencia de matiz entre el concepto de víctima y el de victimización. Es decir, la victimización tiene más que ver con la actitud que aporta el propio sujeto ante aquello que le ha ocurrido.

Una actitud marcada por el dramatismo, la exageración, el pensamiento negativo… Magnifica lo ocurrido y se recrea en ello a pesar del paso del tiempo. Es decir, una persona puede haber sido víctima de una situación injusta, y sin embargo, no victimizarse a sí misma. Victor Frankl, fundador de la Logoterapia, prisionero de un campo de concentración, es un ejemplo de cómo es posible vivir un dolor injusto y no cargar con el lastre de la ira hacia los culpables. Su libro «El hombre en busca de sentido» es un ejemplo de inspiración».

Afecta a la salud mental

El problema de la victimización es que afecta incluso a la salud mental. Es decir, produce una descarga de energía negativa que, por esta razón, el entorno más cercano también termina agotado por el comportamiento propio de quien asume esta posición ante la vida.

Perjudica a la higiene mental por la sencilla razón de que quien se encuentra en este punto no se comporta como protagonista de su vida sino que vive a la deriva de su propia actitud negativa.

La victimización puede volverse un problema tanto para la persona como para los demás en tanto y en cuanto implica una visión alterada o no verídica de la realidad. Así, aquella persona que se victimiza permanentemente sufre por acciones o formas de comunicarse que son consideradas normales para el resto de la gente. También muestra una elevada susceptibilidad y esto definitivamente puede causar problemas si la situación no amerita preocupación o exageración sobre un acto particular.

via Definicion ABC