Walter Elias Disney (Chicago, Illinois; 5 de diciembre de 19011 2 – Burbank, California; 15 de diciembre de 1966) fue un productor, director, guionista y animador estadounidense. Figura capital de la historia del cine de animación infantil, está considerado un ícono internacional gracias a sus importantes contribuciones a la industria del entretenimiento durante gran parte del siglo XX, famoso por personajes como el Pato Donald o Mickey Mouse. Fundó junto a su hermano Roy O. Disney la compañía Walt Disney Productions,3 que años después se convirtió en la más célebre productora del campo de la animación y en la actualidad es la mayor compañía de medios de comunicación y entretenimiento del mundo. Esta corporación, que se conoce hoy con el nombre de The Walt Disney Company, es una empresa multimillonaria con ingresos anuales de decenas de miles de millones de dólares.

Disney adquirió fama mundial como animador y productor de cine, y como empresario innovador en el campo de los parques de atracciones. Junto a su equipo creó algunos de los personajes de animación más famosos del mundo, en especial Mickey Mouse, una caricatura de un ratón, a la que el propio Disney puso su voz original. Durante su extensa y exitosa carrera en el cine de animación fue premiado con 22 premios Óscar de un total de 59 nominaciones, y recibió otros cuatro premios honoríficos, lo que lo convierte en la persona que más premios de la Academia ha ganado.5 También fue galardonado con siete premios Emmy.

Walt Disney murió el 15 de diciembre de 1966 a causa de un cáncer de pulmón.
Nació el 5 de diciembre de 1901 en Chicago, Illinois. Tuvo la infancia típica del hijo de un granjero. Su padre, Elias Disney (1859-1941), de antepasados irlandeses,6 había llegado a Estados Unidos desde Canadá y se había instalado en Chicago en 1888 poco después de contraer matrimonio con la maestra de escuela Flora Call (1868-1938), natural de Ohio, de antepasados alemanes. Walt nació en 1901, siendo el cuarto de los cinco hijos del matrimonio.

En 1906 —según algunos, huyendo de la creciente criminalidad existente en Chicago— la familia se trasladó a una granja en las cercanías de Marceline, Misuri. Más adelante, Disney diría que esos fueron los años más felices de su vida. Tanto él como su hermana menor, Ruth, eran demasiado pequeños para ayudar en las labores de la granja, y pasaban la mayor parte del tiempo jugando. De esta época datan los primeros escarceos de Disney con el dibujo y su gran afición por los trenes.

Este período idílico concluyó pocos años después. En 1909, Elias Disney cayó repentinamente enfermo de fiebre tifoidea y, a pesar de contar con la ayuda de sus hijos mayores, se vio imposibilitado de continuar trabajando en la granja. La vendió a regañadientes, y la familia vivió en una casa alquilada hasta 1910, año en que se mudaron a Kansas City. Para el joven Disney fue muy duro tener que abandonar su paraíso rural.

En Kansas City, Elias empezó a trabajar repartiendo periódicos para el Kansas City Star. A Walt y a su hermano Roy les correspondió ayudar a su padre en el reparto, un trabajo duro que requería levantarse todos los días a las doce de la noche.

De acuerdo con los archivos de la escuela pública del distrito de Kansas City, Disney empezó a asistir a la Benton Grammar School en 1910, y se graduó el 8 de junio de 1911. No fue un buen estudiante: a causa de su trabajo repartiendo periódicos, le costaba concentrarse y con frecuencia se quedaba dormido. Era propenso a soñar despierto y a pasar el tiempo haciendo garabatos.

Elias trabajaba como repartidor de periódicos y se convirtió en uno de los propietarios de una empresa dedicada a elaborar bebidas carbonatadas, la O-Zell Company, radicada en Chicago. La familia se trasladó a esta ciudad, y Disney continuó sus estudios en la McKinley High School de Chicago. Al mismo tiempo, trabajaba para su padre y asistía por las tardes a clases en el Instituto de Arte de Chicago.

A los 15 años, Walt consiguió un trabajo de verano vendiendo periódicos y chucherías a los pasajeros del ferrocarril de Santa Fe. Le interesaba mucho más el tren que su trabajo, en el que no tuvo demasiado éxito, ya que con frecuencia le robaban la mercancía.

En sus años escolares, Disney fue el historietista del periódico del instituto, The Village Voice. Sus cómics eran de tema patriótico y político, centrados en el tema de la Primera Guerra Mundial. En 1918, queriendo seguir los pasos de su hermano Roy, que se había enrolado en la marina, abandonó el instituto para alistarse en el ejército. No fue aceptado por ser demasiado joven. Enterado de que el cuerpo de ambulancias de la Cruz Roja admitía a chicos de diecisiete años, Walt falsificó su certificado de nacimiento para hacer ver que había nacido en 1900 en lugar de en 1901, y había cumplido ya los diecisiete.

Fue admitido, pero nunca llegó a entrar en combate. Cuando terminó su entrenamiento y fue trasladado a Europa, Alemania había firmado el armisticio, y la guerra había terminado. Pasó el resto de su tiempo en la Cruz Roja como conductor de ambulancias en Francia, trasladando a oficiales. Se entretuvo llenando de dibujos la ambulancia que conducía. Fue también en esta época cuando empezó a fumar, un hábito que lo acompañaría durante toda su vida. En 1919 solicitó ser relevado de sus obligaciones militares y fue enviado de regreso a Estados Unidos.

Comienzos en la animación
Decidido a seguir una carrera artística, se trasladó a Kansas City. Su hermano Roy trabajaba en un banco de la zona, y gracias a un amigo le consiguió un trabajo en el Pesemen-Rubin Art Studio, donde Walt se dedicó a crear anuncios para periódicos, revistas y cines. Allí coincidió con otro dibujante, Ubbe Iwwerks, con el que trabó amistad, y ambos decidieron empezar su propio negocio.

Disney e Iwerks (quien acortó su nombre a Ub Iwerks) fundaron una compañía llamada «Iwerks-Disney Commercial Artists» en enero de 1920. Por desgracia no consiguieron demasiados clientes, y finalmente tuvieron que abandonar. Ambos fueron contratados por la empresa Kansas City Film Ad, en la que trabajaron en anuncios, realizados con primitivas técnicas de animación, para los cines locales. Disney estaba fascinado por las posibilidades de la animación. Pasó varios días en la biblioteca pública de Kansas City hojeando libros de anatomía y mecánica. Leyó también un libro de Eadweard Muybridge acerca de la animación. Aprovechó su tiempo en Film Ad experimentando con animación y técnicas cinematográficas. Incluso tomó prestada una de las cámaras de la empresa para experimentar en casa.

Después de dos años en Film Ad, Disney creyó que había adquirido la experiencia suficiente como para emprender un nuevo negocio por su cuenta. En 1922 fundó la empresa Laugh-O-Gram Films, Inc., dedicada a realizar cortometrajes animados basados en cuentos de hadas populares y relatos para niños, como Cenicienta o El gato con botas. Entre sus empleados estaban Iwerks, Hugh Harman, Rudolph Ising, Carmen Maxwell, y Friz Freleng. Los cortos se hicieron famosos en la zona de Kansas City, pero sus gastos de producción excedían a los ingresos que proporcionaban.

Tras crear su último corto —la mezcla de acción real y animación Alice’s Wonderland—, el estudio se declaró en bancarrota en junio de 1923. Disney decidió entonces trasladarse al floreciente centro de la industria cinematográfica, Hollywood. Vendió su cámara y obtuvo el dinero suficiente para un viaje de ida en tren a California. Dejó atrás a sus amigos y antiguos empleados, pero se llevó con él la película de Alice’s Wonderland.

Llegó a Los Ángeles con cuarenta dólares en el bolsillo y una película sin acabar en su maletín. Su propósito era abandonar el cine de animación, creyendo que no podría competir con los estudios de Nueva York. Pretendía convertirse en director de películas de acción real, y recorrió sin éxito todos los estudios buscando trabajo.

Al no encontrarlo, optó por volver a probar suerte con la animación. Su primer estudio en Hollywood fue un garaje en casa de su tío Robert. Envió la película Alice’s Wonderland a la distribuidora neoyorquina Margaret Winkler, quien mostró un gran interés por la película y contrató a Disney para producir más películas combinando animación e imagen real.

Se reunió con su hermano Roy, quien se estaba recuperando de una tuberculosis en un hospital de veteranos de Los Ángeles, y le convenció para que se encargase de la gestión económica del estudio. Roy estuvo de acuerdo. A petición de Disney, la actriz protagonista de Alice’s Wonderland —Virginia Davis— y su familia se trasladaron a Hollywood desde Kansas City. Lo mismo hicieron Iwerks y la suya. Este fue el comienzo del Disney Brothers’ Studio, el germen de la futura The Walt Disney Company.

Las nuevas películas, llamadas «Comedias de Alicia» (Alice Comedies), tuvieron bastante éxito. Después de Virginia Davis, quien dejó la serie al no aceptar Disney las exigencias de aumento salarial de sus padres, fueron protagonizadas por las actrices Dawn O’Day y Margie Gay. Más adelante Lois Hardwick asumió brevemente el papel. Por el tiempo en que concluyó la serie, en 1927, el centro de atención eran más los personajes animados, en particular un gato llamado Julius, que recordaba al gato Félix.

Oswald el conejo afortunado
En 1927, Charles B. Mintz, que se había casado con Margaret Winkler y había tomado las riendas de su negocio, solicitó una nueva serie de películas, solo de animación, que serían distribuidas por la Universal Pictures de Carl Laemmle. La nueva serie, «Oswald el conejo afortunado», fue un éxito casi instantáneo. El personaje fue creado y dibujado por Iwerks. Su éxito permitió el crecimiento del estudio, y Walt pudo volver a contratar a Harman, Ising, Maxwell y Freleng, de Kansas City.

En febrero de 1928, Disney viajó a Nueva York para negociar un nuevo acuerdo económico con Mintz, pero se llevó una gran sorpresa cuando este le anunció que no solo iba a pagarle menos por cada cortometraje que produjera, sino que tenía a los principales animadores de Disney —incluyendo a Harman, Ising, Maxwell y Freleng (pero no a Iwerks)— bajo contrato, y que crearía su propio estudio si Disney no aceptaba trabajar por menos dinero. Los derechos de Oswald pertenecían a Universal y no a Disney, y podían hacer las películas sin él.

Disney rechazó la imposición de Mintz y perdió a la mayor parte del personal de su estudio. Los que se fueron formaron el núcleo del Winkler Studio, dirigido por Mintz y su cuñado George Winkler. Sin embargo, Universal asignó poco más tarde la producción de las películas del conejo Oswald a una sección de su propia empresa que dirigía Walter Lantz, y Mintz tuvo que dedicar su estudio a la producción de los cortos de Krazy Kat. Harman, Ising, Maxwell y Freleng crearon un personaje muy parecido a Oswald, Bosko, para Leon Schlesinger y Warner Bros., y empezaron poco después a trabajar en las primeras entregas de la serie Looney Tunes. La compañía de Disney sólo recuperó los derechos sobre Oswald 78 años después, en 2006.

Mickey Mouse
Tras perder los derechos sobre Oswald, Disney optó por crear un nuevo personaje. Se discute si la primera idea del ratón animado (que básicamente era igual que Oswald, pero con orejas redondas en lugar de alargadas) fue de Disney, a quien suele atribuírsele, o de Iwerks. En todo caso, ambos participaron en la creación del personaje. Sus primeras películas fueron animadas por Iwerks, cuyo nombre se destaca en los títulos de crédito. Algunas fuentes indican que el ratón iba a llamarse en un principio «Mortimer», pero que más tarde fue bautizado como «Mickey Mouse» por Lillian Disney. Según Bob Thomas, sin embargo, la leyenda del nombre es ficticia, y cita el caso de un personaje llamado Mortimer Mouse, aparecido en 1936, tío de Minnie Mouse.

La primera aparición de Mickey tuvo lugar el 15 de mayo de 1928 en Plane Crazy, un cortometraje mudo, como todas las películas de Disney hasta esa fecha. Tras no conseguir interesar a los distribuidores por Plane Crazy ni por su continuación, The Gallopin’ Gaucho, Disney creó una película sonora, Steamboat Willie. El empresario Pat Powers proporcionó a Disney tanto la distribución de la película como el Cinephone, un sistema de sincronización de sonido. Steamboat Willie se convirtió en un gran éxito, y se añadió sonido a los cortos anteriores. Desde entonces, todas las películas de Disney serían sonoras. El propio Disney se encargó de los efectos vocales de sus primeros cortometrajes y fue la voz de Mickey Mouse hasta 1947.

Mickey Mouse conoció un extraordinario éxito, hasta el punto de que, en 1935, la Sociedad de Naciones premió a Disney con una medalla de oro, declarando a Mickey «símbolo internacional de buena voluntad». En enero de 1930 fue adaptado al cómic en una tira de prensa con guion de Disney y dibujos de Iwerks. Durante la década de 1930 el mercado se inundó de productos relacionados con el personaje, desde juguetes infantiles y relojes de pulsera hasta un brazalete de diamantes diseñado por Cartier. Numerosas personalidades públicas declararon su admiración por Mickey Mouse, incluyendo a la actriz Mary Pickford, al presidente de Estados Unidos Franklin Delano Roosevelt, a Benito Mussolini e incluso al rey de Inglaterra, Jorge V.

Silly Symphonies
Además de los cortometrajes de Mickey Mouse, en 1929 Disney inició una serie de películas musicales titulada Silly Symphonies («Sinfonías tontas»). La primera se tituló The Skeleton Dance («La danza de los esqueletos»), y fue enteramente dibujada y animada por Iwerks, quien fue también el responsable de la mayor parte de las películas producidas por Disney en los años 1928 y 1929. Aunque ambas series tuvieron un gran éxito, el estudio Disney no estaba de acuerdo con compartir las ganancias con Pat Powers, y firmó un nuevo contrato de distribución con Columbia Pictures.

Iwerks se estaba cansando de la posición subalterna que tenía en el estudio a pesar de realizar la mayor parte del trabajo, y se dejó convencer por Powers para abrir su propio estudio con un contrato exclusivo. Disney buscó desesperadamente a alguien que pudiera reemplazarlo, ya que él mismo no era capaz de dibujar tan bien, ni —sobre todo— tan rápido (se dice que Iwerks hacía más de 700 dibujos al día para los cortos de Mickey).

Entretanto, Iwerks lanzaba su exitosa serie sobre el personaje Flip the Frog con el primer cortometraje de animación sonoro en color, titulado Fiddlesticks. Creó también otras dos series: Willie Whopper y Comicolor. Su éxito amenazaba el predominio que Disney había alcanzado en la industria del cine de dibujos animados.

Disney contrató a varias personas para hacer el trabajo que Iwerks era capaz de hacer en solitario. En 1932, Disney estrenó su primera película en color, Flowers and Trees, de la serie Silly Symphonies, que consiguió el Óscar al mejor cortometraje de animación en 1932. Ese mismo año, Disney recibió también un Óscar honorífico por la creación de Mickey Mouse, cuyos cortometrajes pasaron a realizarse en color a partir de 1935. Pronto aparecieron series derivadas, protagonizadas por nuevos personajes, como el Pato Donald, Goofy y Pluto.

Vida privada
En 1925, Disney contrató a una joven llamada Lillian Bounds para entintar y colorear el celuloide. Tras un breve noviazgo, se casó con ella el 15 de julio de 1925. Después de intentarlo varias veces, Lillian dio a luz a una hija, Diane Marie Disney, en 1933, que murió en 2013 a los 79 años. Sin posibilidades de tener más hijos, los Disney adoptaron a una segunda hija, Sharon Mae Disney, en 1936. Sharon dio a luz a Catherine Spitcktip Disney en 1988, y murió en 1993. Lillian falleció el 16 de diciembre de 1997.

La edad dorada de la animación
«La locura de Disney»: Blancanieves y los siete enanitos
Aunque los ingresos del estudio eran muy considerables, no eran todavía suficientes para Disney, quien en 1934 empezó a planear la producción de un largometraje. Cuando en la industria de la animación se supo que Disney planeaba la producción de un largometraje animado sobre Blancanieves, se bautizó al proyecto como «la locura de Disney», y todo el mundo estuvo de acuerdo en que el proyecto terminaría arruinando al estudio. Tanto Lillian como Roy trataron de disuadir a Disney de sus planes. Este contrató al profesor Don Graham, del Instituto de Arte Chouinard, para que formase a la plantilla del estudio, y utilizó los cortos de la serie Silly Symphonies como laboratorio para experimentar acerca de la animación realista de seres humanos, la creación de personajes animados con personalidad definida, efectos especiales, y el uso de procesos especializados y aparatos como la cámara multiplano.

Todos estos esfuerzos iban dirigidos a elevar el nivel tecnológico del estudio para que fuese capaz de producir una película de la calidad requerida por Disney. El proceso de producción de Blancanieves y los siete enanitos (Snow White and the Seven Dwarfs) se prolongó desde 1935 hasta mediados de 1937, cuando al estudio se le terminó el dinero. Para conseguir los fondos necesarios para completar Blancanieves, Disney tuvo que mostrar un montaje previo de la película a los directivos del Bank of America, quienes le prestaron el dinero para terminar el proyecto. El presupuesto inicial de la película era de 250.000 dólares, pero acabó costando 1.488.000. La película terminada se preestrenó en el Carthay Circle Theater el 21 de diciembre de 1937, y, a su término, recibió una sonora ovación.

Blancanieves, el primer largometraje animado de lengua inglesa, y el primero en utilizar el Technicolor, fue distribuido en febrero de 1938 por RKO. Fue la película con mayor éxito de taquilla de 1938, y obtuvo unos ingresos de 8 millones de dólares (equivalentes a unos 98 millones actuales) en su estreno.

El éxito de Blancanieves permitió a Disney construir unos nuevos estudios en Burbank, que se inauguraron el 24 de diciembre de 1939. En 1940, los estudios produjeron otros dos largometrajes: Pinocho y Fantasía. La segunda, en concreto, constituía una apuesta bastante arriesgada: sin un argumento unitario, consistía en la puesta en imágenes animadas de ocho piezas de música clásica (entre otros, de Beethoven, Bach y Stravinski), al estilo de las Silly Symphonies. Los resultados fueron bastante irregulares.

Al mismo tiempo, seguían creándose nuevos cortos de las estrellas de la casa (Mickey, Donald, Goofy y Pluto), destacando cortometrajes como El sastrecillo valiente (1938) y The Pointer (1939), ambas protagonizadas por el ratón Mickey. La producción de cortos de la serie Silly Symphonies concluyó en 1939.

La huelga de 1941
Después de varias tentativas de organización sindical entre los trabajadores de la industria de la animación, en 1938 se había creado el Screen Cartoonists Guild (SCG), sindicato que pronto desarrolló una activa campaña para reclutar afiliados entre los trabajadores del medio. Aunque había sido reconocido por la mayor parte de los otros estudios, Disney se negaba a permitir la afiliación sindical de sus empleados. Por otro lado, desde 1937 existía un creciente descontento entre los trabajadores del estudio. Aunque los empleados de Disney eran los mejor pagados de la profesión, consideraban que se habían incumplido las promesas sobre bonificaciones por el trabajo extra que habían realizado en los largometrajes de la compañía. Películas como Blancanieves habían tenido un éxito sin precedentes en el cine de animación, y los empleados no habían participado de los beneficios (en realidad, Disney se había endeudado con la apertura de los nuevos estudios en Burbank y la producción de los largometrajes Pinocho y Fantasía, que no obtuvieron el éxito deseado). Además, el trabajo de numerosos empleados no era reconocido en los títulos de crédito de las películas.

En 1941, Herbert Sorrell, el principal líder sindical entre los trabajadores de Disney, intentó negociar el reconocimiento del SCG, pero fue rechazado. Animadores que tenían una posición importante dentro de los estudios, como Art Babbitt y Will Tytla, abrazaron la causa de sus compañeros. Disney lo consideró una traición personal, y despidió a Babbitt y a otros 16 trabajadores. El 28 de mayo gran número de trabajadores fueron a la huelga. Esa mañana, cuando Disney llegó a los estudios, los encontró bloqueados por cientos de piquetes de huelga.

A medida que continuaba la huelga, la tensión fue creciendo. El personal de los estudios quedó dividido casi al 50 % y hubo varios conatos de enfrentamiento. El propio Disney, según algunos testimonios, estuvo a punto de llegar a los golpes con Babbitt.14 Poco antes del final de la huelga, Disney, a sugerencia de Nelson Rockefeller, director de la agencia de relaciones con Latinoamérica en el Departamento de Estado, partió de gira a Latinoamérica como embajador de buena voluntad, lo que contribuyó a enfriar los ánimos entre las partes enfrentadas.

Finalmente, Disney, influido por la opinión pública favorable a la huelga, y gracias la mediación del gobierno federal y de varios grupos de presión (entre ellos su principal acreedor, el Bank of America), aceptó reconocer al sindicato. La huelga terminó el 29 de julio, después de nueve semanas. Los trabajadores obtuvieron mejoras salariales y se acordó un sistema para reconocer su trabajo en los títulos de crédito. Sin embargo, el regreso a la normalidad no fue tal, ya que Disney no perdonó nunca a los huelguistas. Algunos fueron despedidos en cuanto la ley lo permitió, y otros optaron por irse ante la hostilidad que vivían en su entorno laboral. Entre los que, por una u otra razón, terminaron por abandonar la compañía estaban Vladimir William Tytla, John Hubley, Stephen Bosustow, Dave Hilberman y Walt Kelly.

La huelga arruinó la imagen de Walt Disney Company como empresa paternalista y armónica que había predominado en los años 1930, pero no disminuyó en absoluto la aceptación de la marca por parte del gran público.

Tiempos de guerra
A pesar de que Pinocho y Fantasía no consiguieron el éxito extraordinario de Blancanieves, la ternurista Dumbo, cuya producción no pudo ser detenida por la huelga, se estrenó finalmente en octubre de 1941 y fue un gran éxito, convirtiéndose en una importante fuente de ingresos para el estudio. Poco después, en diciembre, Estados Unidos entraba en la Segunda Guerra Mundial. Los estudios Disney colaboraron estrechamente con el gobierno, produciendo películas educativas y de formación militar, así como otras encaminadas a elevar la moral en la retaguardia, tales como los cortometrajes Der Fuehrer’s Face («El rostro del Führer»), Education for Death («Educación para la muerte»), Reason and Emotion («Razón y emoción»), y el largometraje Victory Through Air Power («Victoria a través de la fuerza aérea», 1943), en el que se defendía la idea de que era necesario construir más bombarderos para ganar la guerra.

Sin embargo, los estudios atravesaron una época de cierta estrechez económica. Los filmes propagandísticos no generaban beneficios, y Bambi, el siguiente largometraje de Disney, no produjo los resultados deseados cuando se estrenó en agosto de 1942. Para recortar gastos, durante los años 1940 no se produjeron nuevos largometrajes, sino películas que recopilaban varios cortos. Las más destacadas fueron Saludos Amigos (1942), su continuación Los tres caballeros (1945), Canción del sur (1946), Fun and Fancy Free (1947), y The Adventures of Ichabod and Mr. Toad (1949). Esta última constaba solo de dos secciones: la primera, basada en La leyenda de Sleepy Hollow de Washington Irving, y la segunda, basada en El viento en los sauces, de Kenneth Grahame. Con el objeto de rentabilizar sus producciones, Disney tuvo otra gran idea comercial: en 1944 reestrenó Blancanieves, estableciendo la tradición de reestrenar a los siete años los largometrajes de la compañía.

Después de la guerra, a pesar de la prosperidad que entonces conoció Estados Unidos, los hábitos de consumo cinematográfico cambiaron. Los exhibidores dejaron de interesarse por los cortometrajes, que antes eran indispensables al inicio de toda sesión cinematográfica, y empezaron a demandar solo largos. Ante esta nueva situación, Disney diversificó su oferta, orientándose hacia la producción de películas infantiles de imagen real (la serie True-Life Adventures, que se inició en 1948), documentales sobre la naturaleza y programas de televisión.

A finales de la década de 1940, el estudio se había recobrado lo suficiente como para continuar con la producción de nuevas películas: La Cenicienta (que fue en vida la película favorita de Walt Disney) fue el primer auténtico largometraje producido por los estudios Disney desde Bambi, en 1942. Siguieron Alicia en el país de las maravillas (1951) y Peter Pan (1953). Ambos filmes fueron muy criticados[cita requerida] por edulcorar las obras originales —de Lewis Carroll y de James M. Barrie respectivamente—, descartando todos sus elementos perturbadores y convirtiéndolas en fábulas intrascendentes e inocuas.

Walt Disney y la caza de brujas
Tras la huelga de 1941, Disney sentía una profunda desconfianza por los sindicatos. En 1947, durante los primeros años de la Guerra Fría, testificó ante el Comité de Actividades Antiamericanas16 y denunció a Herbert K. Sorrell, David Hilberman y William Pomerance, antiguos empleados y activistas sindicales, como agitadores comunistas. Disney explicó que la huelga de 1941 había formado parte de una estrategia del Partido Comunista de los Estados Unidos para ganar influencia en Hollywood.

Existen documentos que demuestran que Disney actuó secretamente como agente del FBI desde los primeros años de la década de 1940 y que en 1954 fue ascendido al rango de «contacto de agente especial» (special agent contact) por orden directa de Hoover. Estos documentos demuestran también que los guiones de algunas películas fueron modificados a instancias del FBI. Una de las preocupaciones de la organización gubernamental era la imagen que se daba de sus agentes en los filmes Disney (por ejemplo, en la película de 1965 That Darn Cat!).

Curiosamente, los mismos documentos revelan que el propio Disney fue investigado por la organización a la que él mismo pertenecía como sospechoso de subversión (es decir, de comunismo).

El Imperio Disney
Carolwood Pacific Railroad
En 1949, Disney y su familia adquirieron una mansión con una gran finca en el distrito de Holmby Hills de Los Ángeles. Disney aprovechó para hacer realidad su sueño de tener un ferrocarril privado. Con la ayuda de sus amigos Ward y Betty Kimball, Disney diseñó los planos y comenzó a construir un tren en miniatura. El tren fue bautizado como Carolwood Pacific Railroad, por el nombre de la antigua calle en que vivía Disney, Carolwood Drive. La locomotora de vapor diseñada por Roger E. Broggie, empleado de los estudios, recibió el nombre de Lilly Belle en honor a la esposa de Disney.

Disneylandia
Ya desde los años 1940, Disney tenía la idea de construir un parque de atracciones para que sus empleados y sus familias pudieran divertirse en su tiempo libre. Con el tiempo, este proyecto más bien modesto iría creciendo hasta convertirse en Disneylandia.

Dos parques suelen mencionarse como fuente de inspiración de Disney para su proyecto: Children’s Fairyland en Oakland, California, construido en 1950, y los Jardines de Tivoli, en la capital de Dinamarca, Copenhague. También se ha afirmado que Disney pudo haberse inspirado para la creación de Disneylandia en el parque República de los Niños, ubicado en Manuel B. Gonnet, La Plata, Argentina, e inaugurado en 1951, aunque algunos opinan que se trata de un mito.

Mientras maduraba su idea de Disneylandia, visitó numerosos parques de atracciones, pero en general le parecieron sucios y mal gestionados.

Su plan original era construir el parque en un terreno cercano a los estudios, pero la ciudad de Burbank le denegó el permiso para construir, y el terreno era además demasiado pequeño, por lo cual la compañía adquirió un terreno de 160 acres (unos 730.000 m²), originalmente plantado de naranjos y nogales, en Anaheim, en el condado de Orange, vecino a Los Ángeles.

En 1952 Disney creó una nueva filial de su empresa, WED Enterprises (nombrada a partir de las iniciales de su nombre: Walter Elias Disney), para ocuparse de planear y construir el parque. Algunos miembros del estudio participaron en el proyecto como ingenieros y diseñadores. La construcción de Disneylandia comenzó el 21 de julio de 1954. El parque abrió sus puertas al público el 18 de julio de 1955.

Expansión
Cuando Walt Disney Productions empezó a construir Disneylandia, también había empezado a interesarse por otras áreas de la industria del entretenimiento. La isla del tesoro (1950) fue la primera película de acción real de la compañía, y fue pronto seguida de otras: Veinte mil leguas de viaje submarino (en CinemaScope, 1954), The Shaggy Dog (1959) y The Parent Trap (1960).

Los estudios Disney descubrieron muy pronto la importancia de la televisión. En 1950 produjeron su primer programa televisivo, One Hour in Wonderland. En la cadena ABC, Disney patrocinó un programa llamado Disneyland dedicado a promocionar su nuevo parque de atracciones, en el que se emitían también secuencias de las películas antiguas. El primer programa televisivo de emisión diaria realizado por el estudio fue el popular Mickey Mouse Club, que continuaría, con varios cambios de nombre, hasta entrados los años 1990.

A medida que el estudio se expandía y diversificaba su campo de acción, Disney fue prestando menos atención al departamento de animación, delegando cada vez más tareas en sus animadores de confianza, a los que llamaba «los Nueve Viejos». En vida de Disney, el departamento de animación creó varios largometrajes de éxito: La dama y el vagabundo (en CinemaScope, 1955), 101 dálmatas (1961), La bella durmiente (en Super Technirama 70mm, 1959), y Merlín el encantador (1963).

La producción de cortometrajes continuó hasta 1956, cuando Disney decidió cerrar el departamento de cortometrajes. Desde entonces, solo de forma esporádica fueron realizados algunos cortos.

En los primeros años sesenta, el imperio Disney era un gran éxito, y Walt Disney Productions se consolidó como la más importante empresa dedicada al entretenimiento familiar del mundo. Tras décadas de intentarlo, Disney consiguió finalmente los derechos de los libros de P.L. Travers sobre una institutriz con poderes mágicos, y en 1964 se estrenó la película Mary Poppins, que combinaba animación y acción real, y fue otro de los grandes éxitos de la factoría Disney (llegó incluso a estar nominada al Óscar a la mejor película, que perdió frente a My Fair Lady). Ese mismo año, Disney presentó varias novedades en la Feria Mundial de Nueva York, entre ellas figuras Audio-Animatronic, que después fueron utilizadas para las atracciones de Disneylandia y para el proyecto de un nuevo parque temático en la Costa Este, que Disney había estado planeando desde que se abrió Disneylandia. En 1965 se anunció la construcción del nuevo parque, Disneyworld, cerca de Orlando, en Florida, que comenzó poco después de la muerte de Disney.

Poco antes de su muerte, Disney estaba interesado en abrir una estación de esquí (Disney’s Mineral King Ski Resort). El proyecto fue finalmente cancelado debido a protestas de organizaciones ecologistas.

Muerte
Disney dejó de trabajar en el desarrollo de Disneyworld en los últimos meses de 1966, cuando se le diagnosticó un cáncer en su pulmón izquierdo, tras toda una vida de fumador empedernido. Pasó un examen médico en el hospital St. Joseph, junto al edificio del estudio Disney, y sufrió un paro cardiorrespiratorio. Falleció el 15 de diciembre de 1966. Diez días antes había cumplido 65 años. Su cuerpo fue enterrado el 17 de diciembre en el Forest Lawn Cemetery de Glendale, California.

Su hermano Roy llevó adelante el proyecto del parque de atracciones de Florida, insistiendo en que se llamase Walt Disney World en honor a su hermano. Roy moriría tres meses después de que el parque abriese sus puertas, en 1971.

Durante años se gestó la leyenda urbana de que Disney, pocos minutos antes de morir, había sido criogenizado. Su cuerpo supuestamente había sido introducido cuando aún estaba vivo en una cámara y congelado a bajas temperaturas para que cuando la ciencia avanzara pudiera ser resucitado y sanar su pulmón enfermo. Esta historia cobró una relevancia enorme en todo el mundo, tomándose a Disney como ejemplo de que las criogenizaciones sí tenían razón de ser.

El imperio Disney hoy
En la actualidad, el pequeño estudio de animación que en 1923 fundaron Walt y Roy Disney se ha convertido en una de las mayores empresas en el ámbito del entretenimiento, con ingresos anuales de 36.000 millones de dólares. The Walt Disney Company gestiona dieciocho parques de atracciones, treinta y nueve hoteles, ocho estudios cinematográficos, once canales de televisión por cable y uno terrestre (la cadena ABC).

Walt Disney Pictures, el estudio cinematográfico más importante propiedad de la empresa, continúa produciendo largometrajes de animación, a un ritmo aproximado de uno por año. Además, en mayo de 2006 The Walt Disney Company adquirió los estudios de animación Pixar, cuyas películas, distribuidas por Disney, habían alcanzado en años anteriores un éxito mayor que las producidas por Walt Disney Pictures.

Disney en la historia de la animación
La importancia de Walt Disney en la historia del cine de animación difícilmente puede pasar desapercibida. Fue pionero en la utilización de numerosas innovaciones técnicas en el cine de animación, como el sonido, el color o la cámara multiplano, y en el plazo de unos doce años (entre 1928 y 1940) logró convertir los antes menospreciados dibujos animados en un sofisticado medio de expresión artística.

Contó con un equipo de animadores de primera fila cuyos méritos, sin embargo, quedaron siempre difuminados, pues de la publicidad de la compañía parecía deducirse que era el propio Disney el autor material de todas las películas. El caso de Iwerks es paradigmático: a pesar de su importancia en los primeros cortometrajes de la compañía, y en la creación de Mickey Mouse, apenas es conocido en la actualidad.

Walt Disney convirtió los dibujos animados en un producto de consumo de masas. En varias ocasiones aceptó con total franqueza que su objetivo era llegar al mayor número posible de espectador es, por encima de cualquier consideración de tipo artístico. Aunque muchas de sus películas son obras maestras del cine de dibujos animados, con el tiempo el interés por halagar los gustos del público acentuó una cierta tendencia al kitsch y al excesivo sentimentalismo. Tras su muerte, los dibujos animados de The Walt Disney Company continuaron en la misma línea.

El éxito de las películas de Disney tuvo como consecuencia que su cine llegara a ser considerado por gran parte del público como la única forma posible de hacer cine de dibujos animados, lo cual dificultó en gran medida la aparición de propuestas alternativas dentro del cine de animación.

Ideología
La ideología de Walt Disney, tal como se hace patente en sus películas, se basa sobre todo en la defensa de los valores del american way of life («estilo de vida estadounidense»), en los que creía firmemente. La ideología neocolonialista subyacente en los filmes de Disney ha sido puesta de relieve, entre otros, por Ariel Dorfman y Armand Mattelart, en su conocido ensayo Para leer al Pato Donald (1971).

Una cuestión muy discutida es la de las posibles simpatías de Disney por los regímenes fascistas europeos en los años previos a la Segunda Guerra Mundial. Según algunas referencias,22 fue recibido en Roma por Mussolini en una o dos ocasiones durante la década de 1930. También se ha argüido como prueba de su simpatía por el nazismo su asistencia, en compañía del abogado de la empresa, Gunther Lessing, a mítines del German American Bund, organización pro-nazi estadounidense. Sin embargo, el principal testigo que documenta la presencia de Disney en estos mítines no es en absoluto imparcial: se trata de Art Babbitt, despedido por Disney en 1941 poco antes de la famosa huelga de los trabajadores de los estudios. También se sabe que Disney fue uno de los pocos empresarios cinematográficos que recibieron abiertamente a la cineasta alemana Leni Riefenstahl en su visita a Hollywood en 1938,[cita requerida] cuando la mayor parte de la industria le cerró sus puertas.

En cualquier caso, si Disney tuvo simpatías por los regímenes fascistas, las desechó en cuanto su país entró en guerra contra el Eje. Durante el conflicto bélico colaboró con el gobierno realizando varios filmes de propaganda, entre los cuales destaca el cortometraje Der Fuehrer’s Face, en el cual aparecen caricaturizados Hitler, Mussolini e Hirohito y que termina con una auténtica oda a las virtudes de la democracia.

Sí está fuera de toda duda que Disney fue un ferviente anticomunista, en gran medida a causa de la huelga de 1941, que él atribuyó a maniobras del Partido Comunista de los Estados Unidos para ganar poder en la industria del cine. Según su declaración ante el Comité de Actividades Antiamericanas, creía firmemente que el comunismo era una seria amenaza contra el modo de vida estadounidense.

No se ha podido probar que militara en ningún partido político. Durante los años 1950, Disney apoyó económicamente al Partido Republicano. En su juventud, Disney formó parte de una organización de tipo masónico llamada Orden DeMolay. Según su propio testimonio, la pertenencia a esta organización tuvo un papel muy importante en su formación.

Las convicciones religiosas de Disney son también poco conocidas. Fue bautizado como miembro de la iglesia congregacionalista (de hecho, se le puso el nombre de Walter en honor a un pastor de dicha iglesia, Walter Parr24 ), pero no parece haber sido un hombre religioso, aunque sí respetaba profundamente la religión como garante de los valores establecidos. Para un libro sobre la oración de Roland Gammon editado en 1963, Faith is a Star, Disney escribió un texto acerca de la importancia de los valores religiosos en la sociedad y en su propia vida, que es uno de los pocos documentos conocidos acerca de sus ideas religiosas.

En la ficción
Saving Mr. Banks (2013). Interpretado por el actor Tom Hanks.

Los Óscar de Walt Disney
A lo largo de su carrera como productor cinematográfico, Walt Disney obtuvo un total de 26 premios Óscar, de los cuales 4 fueron honoríficos. 12 de esos premios fueron otorgados a cortometrajes de animación, categoría que las producciones Disney prácticamente coparon durante la década de 1930; menos conocido es el hecho de que Disney recibió también 10 estatuillas por la producción de películas de imagen real (entre ellas, dos largometrajes), en las categorías de mejor cortometraje de imagen real, mejor cortometraje documental y mejor largometraje documental. No recibió nunca el Óscar al mejor largometraje, aunque Mary Poppins fue una de las nominadas en 1965, poco antes de la muerte de Disney. No existía la categoría de mejor largometraje de animación, que no se creó hasta 2001, por lo cual ninguno de los largos clásicos de Disney obtuvo la estatuilla, con dos excepciones: los Óscar honoríficos concedidos a Blancanieves, en 1939, y a Fantasía, en 1942.

Óscar al mejor cortometraje de animación
1932 – Trees and Flowers. Árboles y Flores (1932)
1934 – Los tres cerditos (1933)
1935 – La tortuga y la liebre (1934)
1936 – Three Orphan Kittens. Tres gatitos huérfanos (1935)
1937 – The Country Cousin. El primo campestre (1936)
1938 – The Old Mill. El viejo molino (1937)
1939 – Ferdinand the Bull. El toro Ferdinando (1938)
1940 – Ugly Duckling. Patito feo (1939)
1942 – Lend a Paw (1941)
1943 – Der Fuehrer’s Face (1942)
1954 – Toot Whistle Plunk and Boom (1953)
1969 – Winnie the Pooh and the Blustery Day. Winnie the Pooh y el día ventoso (1968). A título póstumo.

Óscar al mejor cortometraje de imagen real
1949 – Seal Island (1948)
1951 – Beaver Valley (1950)
1952 – Nature’s Half Acre (1951)
1953 – Water Birds (1952)
1954 – Bear Country (1953)
1959 – Grand Canyon (1958)

Óscar al mejor cortometraje documental
1954 – The Alaskan Eskimo (1953)
1956 – Men Against the Arctic (1955)

Óscar al mejor largometraje documental
1954 – The Living Desert (1953)
1955 – The Vanishing Prairie (1954)

Óscar honoríficos
1932 – Por la creación de Mickey Mouse.
1939 – Por Blancanieves y los siete enanitos. En esta ocasión se otorgaron, además de la escultura habitual, siete miniaturas de la misma.26
1941 – Premio en memoria de Irving Thalberg.
1942 – Por Fantasía. Compartido con William E. Garity y J. N. A. Hawkins.

Compilado por: Ana Gonzalez 17/05/2016 06:34pm
Fuente: biografiasyvidas.com