Acorde al Diccionario de Significados, la generosidad es un valor o rasgo de la personalidad caracterizado por ayudar a los demás de un modo honesto sin esperar obtener nada a cambio.

Una persona que practica la generosidad se la suele calificar como generosa. Procede del latín generosĭtas, generositātis. Formada por gen-(generar, raza, estirpe, familia) y que originariamente se utilizaba para referirse a la cualidad de una persona hidalga, de familia noble e ilustre.

La generosidad se asocia normalmente al altruismo, la solidaridad y la filantropía. No sólo hace referencia a compartir u ofrecer bienes materiales, sino que también se entiende como estar disponible y ofrecer ayuda. La generosidad en las relaciones sociales se suele apreciar bastante y se considera como un rasgo de bondad entre las personas. Como muchos valores sociales, se relaciona con la empatía y la acción de ‘ponerse en el lugar del otro’.

Como muchos valores, la idea de generosidad puede variar en función de cada persona y está influída en gran medida por el entorno cultural y social. Por ejemplo, lo que en ciertos lugares puede considerarse un simple acto de cortesía o de educación, en otras culturas puede verse como una manifestación de enorme generosidad.

Veamos un ejemplo de ella en este video:

Ahora, nos preguntamos… ¿cómo es posible tornarnos en alguien de este calibre, de esta natural abundancia, sin contar con un talento como el de esta persona?

Bueno, lo primero es darnos cuenta que el talento se desata en función de la operación de el Don que hemos recibido. Por lo tanto, el tema es apreciar el Don recibido y poner manos a nuestro desarrollo, liderar en el espacio que ocupamos en cada momento, haciendo mejor la vida de todos, como lo hace este grupo de gente antes de despegar el avión, para aliviar los momentos de ansiedad propios de esa instancia.

A continuación te comparto el camino que nuestros participantes recorren en el desarrollo de esta cualidad a través del aprendizaje del Modelo MƐT®.

Recuerda que las prácticas en el Modelo MƐT® se van atravesando acorde a los niveles de consciencia que vamos transitando. Ya que de esa forma el hábito se va forjando a través del uso repetido durante el proceso.

0  Abandona la Crítica

Todos somos imperfectos, por lo tanto todos cometemos errores y nos equivocamos. Las críticas nos hacen sentir mal, bajan nuestra autoestima y nuestro ánimo, así que no es bueno que tú lo hagas con las demás personas.

Cada cual tiene su personalidad, su forma de ser y de actuar, y eso es algo que corresponde respetar así como corresponde que te respeten a ti.

Déjale las críticas a aquellos que no les importa pasar por encima de los sentimientos y las decisiones de las demás personas… no hagas parte de ese numeroso grupo.

Cambia la crítica por el ejemplo ofreciendo una recomendación o sugerencia de mejora si has sido capaz de crear el espacio para que el otro escuche y valore. Evitando ser un consejero que no lo aplica para su vida.

Esa recomendación le dará a la persona la libertad de elegir si seguir igual o cambiar para bien, porque claramente tú no puedes obligar a nadie a cambiar. Así es como las relacionen ganan aprecio y confianza, ganando ambos en forma positiva.

Recuerda que la realidad que seas capaz de crear es un atributo que te pertenece a ti y a tu mundo.

Cuando me refiero a “tu mundo”, lo que quiero decir es “tu realidad”. El asistir a otros hace que nuestros días sean mucho mejores, felices y motivantes.

Así que una buena forma para de esparcir la generosidad en el mundo, es recordar este punto en tu vida y saber que con lo que das, estarás creando una realidad para ti positiva o negativa. esto no es ni más ni menos que el principio que enseña la película: El Secreto.

1 Reconoce en otros las cosas que los demás dan por sentadas

Todos sabemos dar felicitaciones y elogios cuando alguien alcanza una gran hazaña, por ejemplo la graduación, la fortuna de ser padre, o cosas como estas.

Sin embargo, nos olvidamos de las pequeñas acciones que también merecen un reconocimiento.

Las comidas que nos preparan nuestras madres o abuelas a diario con tanto amor, es un gran ejemplo de este punto.

No importa qué tan mínimas parezcan las acciones buenas que hacen a diario los demás… Sería genial reconocerlos por ello, porque seguramente se sentirían muy, muy bien.

Otra forma de reconocimiento es asistiendo a quienes lo necesitan, en el momento indicado.

No me refiero necesariamente de ir a dar comida a los pobres, o de regalare ropa a los niños necesitados de tu ciudad… Puedes brindar ayuda a tu madre o pareja cuando la veas preparando la cena, o a tu tío cuando esté en internet y no sepa buscar en google lo que necesita.

Cosas tan simples como estas, brindarán tu bondad a aquellos que te rodean, y les dará la oportunidad de hacer las cosas de forma más rápida o placentera con tu compañía.

2 Solo escucha

Escuchar -sin pensar en otra cosa- cuando alguien necesita desahogarse… Es algo simplemente valioso.

Sólo estar allí plenamente atento a cada palabra que pronuncie esa persona, teniendo nuestros brazos disponibles por si quiere un abrazo, o nuestro hombro por si quiere llorar, es algo invaluable.

No necesitas ni siquiera hablar, simplemente escuchar. Esta en realidad es una valiosa forma de brindar generosidad.

Aplicar la generosidad contigo mismo es otra forma de escucharte.

Así como a los demás les hace sentir bien que los asistas con lo que necesitan y que les brindes tu compañía… También a ti mismo te hace sentir bien hacer lo que te gusta, regalarte cosas y decirte palabras bonitas.

Nadie puede pretender ser generoso sin valorarse a si mismo, así que sé generoso para dedicarte tiempo, cariño, atención, cuidado, respeto, descanso y espacio para el disfrute.

3  Aprende a ser empático

Poniéndote en los zapatos del otro. deja de mirar las situaciones desde tu punto de vista. Aprende a observar la emocionalidad del otro en un proceso. Solo así podrás escuchar siendo compasivo.

A veces no entendemos por qué las personas actúan de cierta manera, y por lo tanto no las apoyamos o hasta las criticamos de forma hiriente.

Es aquí donde se vuelve importante tratar de ponernos en el lugar de esa persona. Pensar por qué actúa así, cuál fue su niñez o adolescencia, con qué persona pasa la mayor parte de su tiempo…  Cosas como estas, a lo mejor nos den más claridad sobre lo que hace alguien en determinado momento.

De forma personal puedo decir que este tema de ponerse en el lugar de otros me encanta, y justo por eso amo la psicología, porque se encarga precisamente de entender los comportamientos humanos, sus raíces, sus causas y sus motivaciones.

Así que, con lograr entender a los demás, tendrás palabras más sabias para decirle y a lo mejor podrás apoyarlo en sus ideas a diferencia de todos los que lo atacan.

4  Oculta una nota sorprendente y amable

Si te da pena o eres muy tímido como para decirle a otro lo mucho que lo quieres, ¡Entonces escríbeselo!

Un simple papelito que diga “¡Gracias!”, o “¡Te amooo!”, o “¡Eres Geniaal!”, puede hacer increíble el día de otra persona y traer muchísima felicidad y emoción.

Y si lo que prefieres es hacer una carta muy larga donde expreses todo lo que sientes por los demás y cuán agradecido estás por lo que hacen, entonces puedes hacerlo sin límite alguno. Estoy segura que cualquiera tendrá el tiempo para leer una linda nota o carta donde le agradezcan sus acciones y le expresen su amor.

5  Regala actos de bondad a quienes ni siquiera conoces

Abrir la puerta de un supermercado para que otra persona pase sin problema, o coger un producto que otro necesite y que no sea capaz de alcanzar en la estantería, o dar nuestro asiento en el autobús a otra persona que veamos cansada o agotada, o incluso a un anciano o mujer embaraza… Son detalles que marcarán un momento de bondad en tu historia y de regocijo en la otra persona.

Lo bueno de este punto, es que pueden ser cosas tan sencillas como mantener una puerta abierta para que otro pase, no hay prácticamente nada de esfuerzo e igualmente será un acto de generosidad.

6 Tres formas de expresar tu Gratitud

1 – A veces andamos tan rápido por la vida que no nos detenemos a ver a aquellos que nos rodean y nos ayudan a vivir una vida feliz y satisfactoria.

Puede ser el tendero, o la empleada que hace aseo en tu casa, o esa tía que siempre llama a decir que no hagan almuerzo que ella manda para todos… En realidad, pueden ser muchas las personas que merezcan una frase de agradecimiento de parte de nosotros, o la tan simple palabraGracias” acompañada de una sonrisa.

2 – Da un regalo a quienes necesitan un poco de consuelo.

A veces estamos tan ocupados pensando en nuestra propia vida, que olvidamos que los demás también están viviendo sus propias situaciones y puede que esas no sean tan felices y satisfactorias.

Las personas pasamos por momentos difíciles, y en esos momentos necesitamos de alguien que nos brinde su apoyo y compañía, o al menos si no lo necesitamos, nos haría mejor tenerlo.

Y para dar generosidad, tú puedes ser una de esas personas que esté presente cuando alguien atraviesa una dificultad. Y estar presente no sólo significa pasarte los días enteros a su lado o dejar de cumplir tus tareas y responsabilidades por acompañarla…

Tu presencia puedes representarla con un regalo que le permita sentirse bien en algún momento, puede ser una película cómica que le compartas, o un e-mail con esas presentaciones de motivación que le suba los ánimos o hasta una corta llamada donde le expreses tu cariño y tu apoyo desde la distancia.

3 – Ayuda a los demás a reconocer sus buenas acciones.

Normalmente las personas tienden a minimizar sus buenas acciones cuando comparten su historia con alguien. Ellos no son conscientes de las cosas positivas que hacen para los demás a diario, o hasta para ellos mismos.

Así que, cuando hables con alguien y ésta persona quiera decirte cómo ha estado los últimos días, trata de reconocerle lo bueno que es y hazle ver que sus acciones son muy valiosas para otros… Esto no sólo la hará sentir bien, sino que también le enseñará a valorarse por lo que hace y a sentirse orgullosa con la vida que lleva.

Ahora: ¿eres capaz de encontrar tu propia forma?

7 Recuerda cuando fueron generoso contigo y cómo te sentiste.

Una buena forma de ser generosos con los demás, es recordar la manera en que nos sentimos cuando alguien nos dio la mano en el momento en que la necesitábamos.

Sin duda, nos sentimos supremamente bien.

De la misma manera se sentirán los demás contando con tu generosidad, apoyo, comprensión, y bondad.

Olvida las lesiones, nunca olvides las bondades. Confucio.

Los consejor parten de un desarrollo original de Katherine Giraldo, a quien agradezco por su generosidad plena a la hora de compartirlo. Si desea ver algo más de lo que escribe en su blog: Mentalidad sin Límites, aquí les comparto su sitio.

Esta nota es parte de los artículos ofrecidos en la Carrera de Coaching & Mentoring de Ser.Red. Y de las prácticas sugeridas para la expansión de la conciencia, por el Dr Fabián Sorrentino.