Como nos dice Jorge Pinotti, hay cosas materiales que cualquier persona busca en su vida. El dinero es un símbolo, una representación de todas las cosas materiales que está buscando. Pero también hay cosas no materiales que anhela y las podría representar con una pareja.

La pregunta es ¿qué buscamos ser teniendo mucho dinero? ¿Qué buscamos ser estando casados?

Creemos que determinadas experiencias como la felicidad, el amor, la satisfacción, la seguridad, vienen aparejadas con el dinero y la pareja. Sin embargo hay gente casada y adinerada que experimenta justamente lo contrario. Nos enfocamos en el contenido y perdemos de vista el contexto, en otras palabras, estamos viendo el árbol y perdiéndonos el bosque.

De hecho la publicidad, explota esta confusión del ser humano sugiriendo conceptos completamente antiéticos como este aviso:

Ahora te hacemos 10 preguntas para que revises tu modelo de escasez:

1 – ¿En cuáles de las 8 dinámicas de tu vida te encuentras buscando tener para ser?

Si creeos que somos lo que tenemos normalmente decimos: “yo soy rico”, “yo soy pobre”, “yo soy viudo”. Para definir nuestro ser, damos cuenta de lo que tenemos, o peor aún, de lo que alguna vez tuvimos. Al asociar directamente nuestro ser con nuestro tener, una vez que perdemos nuestra posesión sentimos un gran vacío que socava nuestra estima. Creemos que ya no somos nada, que ya no valemos nada.

Cuando nos relacionamos con nuestro ser solamente desde nuestro estar creemos que somos la posición que ocupamos en una empresa, en una familia, en un gobierno. El discurso de este modelo de relación es: “yo soy gerente”, “yo soy ama de casa”, “yo soy empleado”, “yo soy secretaria”. Hay personas que se sienten importantes y valiosas porque trabajan en empresas de gran renombre (independientemente del trabajo que realicen). Ocurre que cuando perdemos nuestro trabajo o nos jubilamos, sentimos que dejamos de ser y el mundo se nos viene abajo. Muchas personas en todo el mundo sufren depresión al jubilarse porque creen que ya no son útiles, de hecho, es una patología en crecimiento en los últimos tiempos.

2 – ¿En qué dinámicas de tu vida te relacionas con tu ser desde tu estar?

Una tercer manera de relacionarnos con quienes somos es desde el hacer. “yo soy un líder”, “yo soy un ladrón”, “yo soy un poeta”, “yo soy taxista”, “yo soy estudiante”. Normalmente los profesionistas se definen por su hacer, dado a su mirada existencialista. Son personas que encuentran su valor en su hacer, más que en el lugar donde están o lo que tienen. Si pudiéramos idear un estereotipo, quizá nunca los encontremos trabajando en empresas de renombre a nivel nacional o multinacional, porque para ellos no es importante donde están y cuánto ganan.

3 – ¿Qué crees que ocurre al observar el ser desde el hacer, cuando ya no hacemos?

4 – ¿Alguna vez experimentaste esta experiencia de vacío existencial? Cuéntanos.

Desde nuestra mirada reconocemos el estar, el tener y el hacer como tres dominios del ser y la transformación humana es algo que los atraviesa. Estos dominios funcionan sinérgicamente relacionados, ya que no solamente actuamos de acuerdo a como somos, sino que también somos de acuerdo a como actuamos. Somos más de lo que hacemos, más de lo que tenemos y más que el lugar en el que estamos.

5 – ¿Quién has estado siendo entonces?

Pareciera que el paradigma reinante de este mundo es tener – hacer – ser. Necesitamos tener dinero para poder crear una empresa y ser ricos. Necesitamos tener dinero para poder estudiar y convertirnos en profesionales. Necesitamos tener todas nuestras extremidades físicas para poder estudiar y trabajar y ser dignos. El coaching ontológico propone un cambio de paradigma, que por su puesto existe desde antes que el coaching mismo. Es ser – hacer – tener.

Justamente la ecuación inversa. Sostenemos que dado a quienes elijamos ser podremos luego en consecuencia hacer y tener. Es una interpretación que pone el poder y la responsabilidad en cada uno de nosotros. En el viejo modelo de interpretación las circunstancias históricas condicionan nuestro futuro. Te proponemos cortar con la historia, elegir quién ser y accionar en consecuencia. Mayormente lo primero que tenemos en nuestra vida, lo que abunda en nosotros, son las excusas para no triunfar, y ese debería ser un motivo más que suficiente para elegir un cambio de paradigma.
Sostenemos que el tener es una consecuencia del alineamiento del ser y el hacer.

6 – ¿Cómo sería este nuevo modelo aplicado a tu vida?

La tendencia histórica de la humanidad es a tener. Sentimos que el tener nos da una base, un piso sólido a partir del cual construimos nuestro mundo. Siempre que hacemos algo buscamos obtener una recompensa. Trabajamos para tener dinero. Vamos al gimnasio para tener un físico modelado. Nos relacionamos para tener resultados (amigos, pareja, sexo). Creo que un factor importante que forjó este paradigma a lo largo de la historia de la humanidad fueron las guerras. Sobre todo nuestras generaciones anteriores que han sufrido de alguna manera el impacto de la primera y segunda guerra mundial, se acostumbraron a “tener y guardar por miedo a que mañana falte”. No los critico, es válido. Pero digo que este modelo ya no nos sirve en el siglo XXI. Tener y acumular no deja espacio para que aparezcan cosas nuevas en nuestra vida. Tener y acumular nos estanca.

La vida se encarga por si misma de quitarnos posesiones externas como el trabajo, la pareja, los amigos, el dinero. Pero no se encarga de quitarnos las posesiones internas, o mejor dicho, aquello que nos posee a nosotros mismos. El miedo por ejemplo, y el miedo a perder más específicamente. Somos nosotros quienes elegimos quitarlo o alimentarlo, no se irá por sí solo.

Quienes hoy viven su vida con el foco en el tener, se dedican a hacer para no perder lo que ya tienen. Disfrazan su miedo con la palabra seguridad, pero lejos de quitarlo, lo siguen alimentando. Hoy en día, muchas personas con un trabajo seguro viven con miedo de ser despedidas y millonarios viven con miedo a
perder sus millones. No se trata de qué elijas tener, si un empleo o una empresa, se trata de quién elijas ser. Todos tenemos miedos, la pregunta es ¿tienes miedo o el miedo te tiene a ti? ¿Quién eliges ser en tu relación con el miedo?

7 – ¿En qué te observas reflejado?

8 – ¿En qué crees que se enfoca alguien que elige vivir desde el modelo ser – hacer – tener?

9 – ¿Cómo observas la historia de tu familia? ¿Qué parte crees qué hasta hoy la vienes repitiendo?

10 – ¿Qué compromiso asumes en cada dinámica de tu vida?
Cita 5 de las 10 dinámicas como mínimo.

Y así después de esperar tanto, un día como cualquier otro decidí triunfar…
decidí no esperar a las oportunidades sino yo mismo buscarlas,
decidí ver cada problema como la oportunidad de encontrar una solución,
decidí ver cada desierto como la oportunidad de encontrar un oasis,
decidí ver cada noche como un misterio a resolver,
decidí ver cada día como una nueva oportunidad de ser feliz.
Aquel día descubrí que mi único rival no eran más que mis propias debilidades,
y que en éstas, está la única y mejor forma de superarnos,
Aquel día dejé de temer a perder y empecé a temer a no ganar,
Descubrí que no era yo el mejor y que quizás nunca lo fui,
Me dejó de importar quién ganara o perdiera,
ahora me importa simplemente saberme mejor que ayer.
Aprendí que lo difícil no es llegar a la cima, sino jamás dejar de subir.
Aprendí que el mejor triunfo que puedo tener,
es tener el derecho de llamar a alguien “Amigo”. Descubrí que el amor es más que un simple estado de enamoramiento,
“el amor es una filosofía de vida”.
Aquel día dejé de ser un reflejo de mis escasos triunfos pasados
y empecé a ser mi propia tenue luz de este presente.
Aprendí que de nada sirve ser luz
si no vas a iluminar el camino de los demás. Aquel día decidí cambiar tantas cosas…
Aquel día aprendí que los sueños son solamente para hacerse realidad,
desde aquel día ya no duermo para descansar…
ahora simplemente duermo para soñar.