Así como los estados de ánimo son predisposiciones para la acción, las emociones son disparadoras de la reacción. Podemos decir que las emociones activan nuestro instinto de supervivencia, declara el Dr Fabián Sorrentino en su Entrenamiento para Mentores.

Daniel Goleman en su libro La Inteligencia Emocional, se refiere a un sentimiento y sus pensamientos característicos, a estados psicológicos y biológicos, y a una variedad de tendencias a actuar. Una de las definiciones de diccionario define a la emoción como “cualquier agitación y trastorno de la mente, el sentimiento, la pasión; cualquier estado mental vehemente o excitado”.

Existen cientos de emociones, y aún hoy se sigue investigando para establecer cuáles son las primarias (así como los colores) y cuáles son combinaciones de ellas. El argumento de que existe un selecto grupo de emociones primarias se basa en el descubrimiento de Paul Ekman, según el cual las expresiones faciales del temor, la ira, la tristeza y el placer son reconocidas por personas de culturas de todo el mundo, incluidos los pueblos pre alfabetizados, quienes no están contaminados por el cine o la televisión.

Podemos reconocer a un grupo primario formado por: la ira, la tristeza, el temor, el placer, el amor, la sorpresa, el disgusto y la vergüenza.

Así mismo, por ejemplo, reconocemos los celos como una posible variante de la ira con mezcla de tristeza y temor.

1 – ¿Qué emociones (pueden estar o no en esta lista) se te disparan frecuentemente?

2 – ¿Qué haces inmediatamente después?

3 – ¿Sueles permanecer enganchado?

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Como dijimos anteriormente el tema de las emociones ha sido un dilema histórico y existen muchos puntos de vista al respecto. En este capítulo no revelaremos la verdad, ni mucho menos, sino que te ofreceremos una interpretación de las emociones que te de poder en tu accionar cotidiano. Recuerda que esa es la clave. Hacer interpretaciones que nos permitan un desempeño efectivo en nuestras vidas.

Nuestro sentido común, trata a las emociones como “asuntos del corazón”, lo cual las ha ubicado en un sitio intermedio entre la mente y el cuerpo. Tradicionalmente hemos sido educados siguiendo el pensamiento de Descartes, que veía a los seres humanos como seres racionales. Esta mirada considera al comportamiento humano como racional y las razones de la mente son la clave para darle sentido a la acción humana. Sin embargo, en la misma época Blaise Pascal advertía que “el corazón tiene sus razones que la razón desconoce”.

Hoy sostenemos que para comprender la acción humana, debemos prestar cuidadosa atención a nuestra vida emocional. La ontología del lenguaje postula que nuestras emociones y estados de ánimo son determinantes básicas de lo que podamos o no lograr en las diferentes dinámicas de nuestra vida.

Distingamos estados de ánimo de emociones. Cada vez que experimentamos una interrupción en el fluir de la vida se producen emociones. En otras palabras, mientras esperamos determinados sucesos experimentamos determinadas emociones, las cuales cambian si los sucesos que se nos presentan no son los previamente esperados.

Si voy conduciendo mi auto en una ruta puedo estar experimentando placer. En el transcurso del viaje recibo una llamada de un viejo amigo, lo cual puede dispararme alegría. Conversamos de ciertos temas que pueden llevarme a un estado de nostalgia. Y de repente se cruza una vaca en el camino, lo cual me lleva a la desesperación y el temor. Cada situación que surgió durante mi paseo, me produjo una emoción diferente.

Más allá de las interpretaciones psicológicas, ontológicamente interpretamos a la emoción como una distinción que hacemos en el lenguaje para referirnos al cambio en nuestro espacio de posibilidades a raíz de determinados acontecimientos. Las emociones son específicas, y reactivas frente a un hecho y distinguirlas nos ofrece el poder de superarnos.

Los invito a distinguir las que están en este video:

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Los estados de ánimo, en cambio, normalmente no los podemos relacionar con un hecho concreto. Estos viven en el trasfondo desde el cual actuamos. Siempre estamos en un estado de ánimo que comúnmente no elegimos ni controlamos, simplemente estamos.

Entrenándonos, distinguiendo, ampliando nuestro observador sobre los estados de ánimo y elevando nuestro nivel de consciencia podemos intervenir en ellos. Podemos diseñar y elegir un estado de ánimo. En ciertas ocasiones, lo que empezó como una emoción, puede transformarse en un estado de ánimo si permanece mucho tiempo habitándonos. Esto ocurre por ejemplo, en casos de enamoramiento o por la muerte de un ser querido. Donde nuestra emoción la trasladamos a nuestra vida en todas sus dinámicas.

Reconocemos seis estados de ánimo principales: la paz o gratitud, la ambición, el resentimiento, la resignación, la negligencia y la apatía.

4 – ¿En cuál podrías ubicarte normalmente?

5 – Escoge un caso que te moleste siempre que sucede y explica cómo actuarías desde cada uno de los estados de ánimo.

Detengámonos a revisar algunas emociones en nuestra vida. Todos tenemos miedos, alegrías, tristezas, enojos, placeres, vergüenzas; y lo que nos diferencia como seres humanos es que hacemos con ellas. Todos somos igual de humanos, pero nuestro ser es diferente. Por ejemplo ¿eres de los que necesita tener bien cubierta y resguardada una sensación de seguridad? ¿La seguridad es una palabra muy importante en tu vida? ¿Cuántas veces estudiamos excesivamente para estar seguros?

¿Cuántas veces buscamos un trabajo “seguro”? Con estos cuestionamientos planteados te invito a responder la siguiente pregunta:

6 – ¿Qué es la seguridad para vos y de qué estás seguro?

7 – ¿Con qué emoción relacionas la seguridad?

8 – ¿Por qué crees que lo haces?

seguridadEl sentimiento de seguridad que buscamos está íntimamente relacionado con el miedo. Con un miedo encubierto. Normalmente estudiamos hasta sentirnos seguros por miedo a que nos reprueben, no por amor al estudio o la materia. Normalmente aceptamos un trabajo con un sueldo pobre y nos terminamos conformando por miedo a pasar determinado tiempo sin ni siquiera ese dinero, no por amor al trabajo que encontramos. Normalmente tardamos en irnos de la casa de nuestros padres por miedo a no tener donde dormir o comer, no por amor a la casa o a ellos.

Librarnos de este miedo encubierto, no significa dejar de tenerlo. Significa dejar de sucumbir ante él, exponerlo y atravesarlo. Librarnos implica comenzar a experimentar el sentimiento de libertad, y dejar de experimentar el de seguridad. Sentir la libertad de poder cometer erroresaprender de ellos. De poder elegir por amor a nuestros sueños y no por miedo a nuestras pesadillas. Robert Kiyosaki dice que “lo peor de vivir una vida de seguridad es que llevas dos vidas, la que vives y la que quisieras vivir”.

9 – ¿Qué reflexión y comparación puedes hacer con tu respuesta anterior?

alegria8Veamos el entusiasmo. Es una emoción que nos permite relacionarnos con los eventos de manera positiva y alentadora hacia el futuro. Nos mantiene despiertos y en acción. Normalmente esta emoción se dispara por temas de nuestro interés, temas que sentimos que pueden afectar de manera positiva y directa en nuestra vida. A partir de esta emoción se abren posibilidades para la creación de proyectos y todo tipo de actividades.

Como podrás observar la tendencia de la humanidad no nos es favorable. Es más común estar enojado y ante una buena noticia seguir enojado, que estar entusiasta y ante un evento pasar a estar pesimista. Evidentemente registramos en nuestra vida un mayor número de situaciones que nos molestan, respecto de las que nos agradan. Tenemos un mayor registro de lo que no nos interesa que de lo que sí, y sabemos con mayor certeza que es lo que no nos gusta, respecto de lo que sí nos gusta. Quizá la llave hacia una vida emocional sana y equilibrada sea aprender a hacer foco y a mantener activos y vigentes nuestros puntos de interés y alegría. Aprender a sostener el foco en nuestros sueños y no pasarlo rápidamente a nuestras explicaciones.

10 – ¿Respecto de qué áreas te encuentras hoy entusiasta en tu vida?

11 – ¿Cómo te gusta que te traten?

12 – ¿Qué te alegra?

Revisemos otra emoción frecuente como lo es el enojo. Muchas veces nos señalan a los coaches cuando nos enojamos, creyendo que está mal enojarse, o que al menos nosotros no deberíamos hacerlo. Las emociones no se eligen, se disparan. Lo único que hacemos con el entrenamiento es aprender a salir rápidamente de ellas. ¿Te ha pasado de enojarte y que te dure 5 horas, un día, un mes, o más tiempo el enojo? ¿Hay alguien a quien aún hoy no has perdonado?

El permanecer atrapado en una emoción puede ser muy perjudicial para nuestra vida. Enojarte en tu casa con un familiar e ir al trabajo o a la escuela aún enojado, limita tu capacidad de estar presente. Te pierdes el momento presente. Esto ocurre con cualquier “enganche emocional”. Seguramente te han dicho alguna vez que estás con la cabeza en cualquier lado.

El enojo es particularmente importante, dado a que es un camino directo al estado de ánimo del resentimiento. Para ir encontrando una puerta de salida te pregunto:

13 – ¿Cómo te relacionas con tus enojos?

14 – ¿Encuentras en tus cercanías a personas que comenzaron con enojos y hoy tienen un estado de ánimo de resentimiento? ¿Te ocurre a ti?

¿Nos sirve permanecer enojados? Personalmente creo que no. Está en nosotros el poder para incluir que las personas se comportan como mejor pueden dado a quienes están siendo y lo que están viviendo. Ello no implica estar de acuerdo. Ello no implica seguir sosteniendo un vínculo con ellas.

Por último cabe aclarar que este capítulo es sólo una introducción a la vida emocional y que en la práctica constante de los conceptos dados aparecerán los resultados. El manual número 2 de nuestro modelo, llamado “Inteligencia Emocional”, abordará profundamente esta temática.

Esta nota forma parte de una serie de artículos ofrecidos en la Carrera de Coaching & Mentoring de Ser.Red.