Las personas podemos sobrevivir en soledad pero claramente nacimos para ser sociales, necesitándonos unos a otros para crecer y desarrollar nuestro potencial. De ahí que poseamos cualidades que para manifestarlas necesitamos aprender a jugar en equipo. El conocer como se dan las actitudes puede ser de utilidad a la hora de comprender las interacciones que se promueven en la capa más básica de la conciencia. en el llano, nos movemos por actitudes y a partir que nuestra conciencia se va ampliando aparecen otros conceptos que actuan como la base de nuestro tránsito.

La actitud revela nuestra manera de estar dispuestos a comportarnos u obrar. La forma en que encaramos las circunstancias con las que nos topamos a diario. Definiendo a través de las experiencias repetida ciertos rasgos del carácter.

Eiser define la actitud como la predisposición aprendida a responder de un modo consistente en el mundo.
En la psicología social, las actitudes constituyen valiosos elementos para la predicción de conductas.​La actitud se refiere a un sentimiento a favor o en contra de una persona, un hecho social, o cualquier producto de la actividad humana.

Floyd Allport observa “una actitud como la disposición mental y neurológica, que se organiza a partir de la experiencia que ejerce una influencia directriz o dinámica sobre las reacciones del individuo respecto de todos los objetos y a todas las situaciones que les corresponden”. En términos sencillos, como estamos dispuestos y reaccionamos ante las circunstancias.

Para C. M. Judd: son evaluaciones duraderas de diversos aspectos del mundo social, que se almacenan en la memoria.

Kimball Young: las comprende como la tendencia o predisposición aprendida, más o menos generalizada y de tono afectivo, a responder de un modo bastante persistente y característico, por lo común positiva o negativamente (a favor o en contra), con referencia a una situación, idea, valor, objeto o clase de objetos materiales, o a una persona o grupo de personas.

Para R.Jeffress: «La actitud es nuestra respuesta emocional y mental a las circunstancias de la vida».

Solomon Asch remarca, por su parte, que “las actitudes son disposiciones duraderas formadas por la experiencia anterior”.

Fishbein las concibe como “resúmenes valorativos de las diferentes creencias de una persona acerca de un objeto o concepto”.

Jack H. Curtis trae esta definición al llano: “Las actitudes son predisposiciones a obrar, percibir, pensar y sentir en relación a los objetos y personas”. A la cual Giancarlo le agrega: «impulsándonos a hacer algo». Mientras Rick Astley las ve como «un sentimiento interior expresado en la conducta».

Th. Ribot aporta desde su visión analítica-estructural «las actitudes son como formas sin materia, sin contenido. No son más que un molde, pero que imponen su marca a los estados de conciencia intelectuales y afectivos».

Carl G. Jung postula que: “Tener una actitud es estar dispuesto a una cosa determinada, aunque sea inconsciente; lo que significa: tener a priori una dirección hacia un fin determinado, representado o no. La disposición que es para mí la actitud consiste siempre en la presencia de una cierta constelación subjetiva, combinación determinada de factores o de contenidos psíquicos que determinan esta o aquella dirección de la actividad o esta o aquella interpretación del estímulo externo”.

El Modelo MET plantea que en la medida que nuestra conciencia se va expandiendo las actitudes transforman el transito los paradigmas, la forma de concebir las circunstancias. Y las define acorde al siguiente gráfico que se encuentra en revisión: