¿Sabías que en la Unión Europea se pierden unos 136.000 millones de euros cada año por los costes derivados de la caída de la productividad y los tratamientos de trastornos como el estrés de los trabajadores? A pesar de que está comprobado que una plantilla mal gestionada hace perder dinero a los empresarios y salud a sus trabajadores, una encuesta elaborada por la Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo (EU-OSHA) indica que casi cuatro de cada diez trabajadores europeos creen que el estrés no se aborda correctamente en sus lugares de trabajo. En España, la mitad de los trabajadores (49%) afirma que es habitual sufrir estrés en sus puestos de trabajo, según un estudio de 2013 de la Comisión e Ipsos.

¿Y las empresas? ¿Se preocupan por el bienestar de sus empleados? Solo un 29% de los españoles cree que el estrés se controla bien en su lugar de trabajo, un dato muy inferior al 56% de toda Europa. Entre las causas más comunes que generan estrés en los empleados se encuentran la reorganización del trabajo o inseguridad laboral; las largas jornadas de o excesiva carga de tareas, y el acoso o intimidación. Sin embargo, una encuesta realizada a responsables de salud de decenas de miles de empresas europeas -1.500 en España- señaló que solo el 17% de las firmas españolas tenían previsto medidas para hacer frente a la intimidación y el acoso a sus empleados, un 29% cambió la organización del trabajo, apenas un 17% modificó los horarios y solo un 13% de las empresas españolas manifestó interés en resolver la mala comunicación entre jefes y empleados.

Solo un 29% de los españoles cree que el estrés se controla bien en su lugar de trabajo

 ¿Se preocupan las empresas por el bienestar de sus trabajadores?¿Qué medidas se pueden adoptar?

Los riesgos psicosociales y el estrés laboral pueden y deben prevenirse y gestionarse sea cual sea el tamaño o el tipo de empresa. Velar por la salud de los empleados es una obligación de los empresarios tal y como establece la directiva europea 89/391/EEC y la Ley 54/2003 española.
Para motivar a las empresas a combatir este problema, la Comisión Europea ha lanzado la campaña «Trabajos saludables 2014-2015: Gestionemos el estrés» en la que se ofrecen consejos y herramientas para gestionar el estrés y los riesgos psicosociales en el puesto de trabajo.

El síndrome de Burnout como consecuencia del estrés

Una de las consecuencias de que las empresas no cuiden del bienestar de sus empleados puede ser el llamado síndrome de Burnout. ¿De qué se trata? El síndrome de Burnout es un padecimiento que consiste en la presencia de una respuesta prolongada de estrés en el organismo ante los factores estresantes emocionales e interpersonales que se presentan en el trabajo, entre los que se incluyen fatiga crónica, ineficacia y negación de lo ocurrido.

El síndrome de Burnout también es conocido como el síndrome de desgaste profesional, síndrome de desgaste ocupacional (SDO), síndrome del trabajador desgastado, síndrome del trabajador consumido, síndrome de quemarse por el trabajo o síndrome de la cabeza quemada.

¿Cuáles son sus síntomas? El síndrome de Burnout se caracteriza por un progresivo agotamiento físico y mental, una falta de motivación por las tareas realizadas y por importantes cambios de comportamiento en quienes lo padecen. Este síndrome implica alteraciones tanto a nivel emocional como físico, entre ellas: cambios en el estado de ánimo, desmotivación, falta de energía, dolores musculares y de articulaciones o dolores de cabeza constantes.

¿Cómo tratarlo? La iniciativa para tratarlo puede venir tanto del propio trabajador como de la empresa para la que trabaja. Para ello, es importante que exista una buena comunicación entre ambas partes y que se establezcan los mecanismos necesarios para detectarlo antes de que llegue a más.

Cuidar de los empleados proporciona a las empresas una plantilla saludable y productiva. El resultado: una mejor rentabilidad empresarial en términos generales.

Por María Eugenia Castrejón Romano de Womenalia