Inspirados en Karl Gustav Jung y Mircea Elíade y en posteriores investigaciones de la eco- filósofa Joanna Macy hemos concebido una clasificación de los Modelos Mentales llamada; Modelos Mentales Dinámicos. Y los hemos clasificado según las distintas instancias del Modelo MƐT® declara el Dr Fabián Sorrentino.

En esta ocasión nos referiremos al primer nivel del modelo, donde reconocemos al ser humano viviendo desde la necesidad y buscando como fin su supervivencia en la primera dinámica, o sea enfocado en él mismo como ser individual.

Cuando operamos en el mundo desde esta conciencia, asumimos compromisos desde la mirada de “tener que hacerlo” o “necesitarlo para…”. Es entonces cuando el mundo exterior, a través del Marketing puede manipular todo nuestro sistema de creencias. ¿Cómo? Simplemente creando necesidades que resulten ineludibles para nosotros. Quedando así, prisioneros del ego.

Normalmente buscamos ser más competitivos, tener más herramientas para posicionarnos mejor en determinado lugar, ganar más dinero porque el que ganamos ya no nos alcanza, realizar actividad física por orden de un médico, entre otros ejemplos.

Desde este modelo mental haremos cualquier cosa en busca de persuadir/manipular a quienes tenemos al lado, para obtener lo que deseamos. Y a la vez seremos presos de lo mismo.

Observa que las aquí mencionadas características son en el fondo, creencias. Al filtrar el mundo desde este modelo mental, creo que la única manera de ascender en un trabajo o de posicionarme mejor es superando a quien tengo al lado. Así es como creo que si hago más cursos y de diferentes profesiones, mañana tendré mejores oportunidades laborales.

Creo que el gobierno o mi empleador deberán pagarme más cuando tengo una familia que mantener. O que deberé trabajar más horas para ganar más dinero.

Para detectarlo nada mejor que prestar atención a su lenguaje:
Sus frases hacen mención a los «Debo, tengo que, Necesito, lo que yo quiero, lo que puedo y/o lo no puedo, no me alcanza o me alcanza para…. Hablan constantemente de dinero, ganancias, ser millonarios. Están atrapados en un mundo donde la posibilidad de acceder a algo convierte esas necesidades en un sueño. Anhelan bienes materiales, artículos y servicios suntuosos, incluso creen que con esfuerzo y dedicación van a alcanzarlos. Como si luego no existiera el hecho de que no podrán sostenerlos.

Es interesante reconocer que desde este modelo mental, la elección viene condicionada por el deseo de evitar un sufrimiento mayor al que actualmente estamos soportando, y que por lo tanto ontológicamente hablamos de decisión.

img_6445Vivir un importante espacio de nuestra vida atrapado en estas conversaciones puede llevarnos a un estado hipnótico. Donde nos enfocaremos exclusivamente en producir… y si no lo alcanzamos, en pos de evitar frustración, podríamos ser capaces de cometer actos antiéticos. Allí es cuando perdemos la conciencia de la importancia de elegir.

La elección, desde nuestra mirada implica libertad, no tener que seleccionar «la situación mejor o la menos peor» entre un número restringido de posibilidades. A eso es que llamamos decisión.
Cuando atravesamos conciencia de necesidad, confundimos decidr con elegir. Al decidir, nos estamos comprometiendo a algo nuevo o diferente por miedo a la consecuencia de no hacerlo, más que por amor al beneficio o a la superación personal.

1 – ¿En qué ámbito o momento de tu vida registras creencias de este nivel? ¿entre que cosas te encuentras decidiendo, creyendo que estás eligiendo?

2 – ¿Qué acciones podrías tomar para cambiar estas creencias por otras superadoras?

La relación entre la Necesidad y el Hígado
El hígado es un órgano con una función fundamental en el proceso de la digestión y tiene una gran capacidad de regeneración. El conflicto más importante se relaciona con las hambrunas, con la falta de alimento, el miedo a morir de hambre, el “miedo a no tener”. Por eso está muy vinculado al tema del dinero, porque sin dinero no hay comida.

La vesícula biliar tiene que ver con conflictos de la capa embrionaria ectodérmica, es decir con las relaciones interpersonales, con una gran incidencia en todo lo vinculado al territorio, al contacto, al miedo y a la identidad.

También hay conflictos de intoxicación: “Me siento intoxicado por el tratamiento de quimioterapia”. Por lo tanto tenemos como factores básicos: alimentación, dinero e intoxicación. Veamos un caso real:

Una joven con diagnóstico de metástasis en el hígado. Su cáncer empezó en los ganglios linfáticos. Ella era muy “purista” en la alimentación. Consideraba muy tóxico el tratamiento convencional. Se acabó curando del cáncer linfático pero al poco tiempo se le desarrolló cáncer de hígado. En consulta tomó conciencia de que el rechazo al tratamiento le podía perjudicar el hígado, pero no hizo caso: sus creencias sobre el alimento y la comida “sana” la llevaron a la tumba. Como curiosidad el cáncer de ganglios linfáticos es mucho más peligroso que el de hígado.

Es importante entender lo siguiente: para que una persona se sane a ella misma es imprescindible que tome conciencia, pero es más imprescindible aún que se ponga manos a la obra para hacer un cambio importante en su vida. Por tanto está muy bien entender porque puedo llegar a ser muy maniático con mi alimentación, porque tiendo a guardar mucha comida en casa o porque siempre sienta que cualquier tratamiento que me receten los médicos es muy tóxico. Pero hay que tener muy presente que todo humano tiene unas creencias y valores por lo general distintos y en este caso una creencia limitante ha impedido generar el cambio para sanarse. Por ello un estado mental abierto que se cuestiona a sí mismo, incluyendo sus creencias, su forma de ver y entender la vida, y que sobre todo no juzga es una mente limpia que siempre tenderá a tener una salud física y mental correcta.

Acerca del Costo Beneficio de este Paradigma
Es preciso comprender que cada paradigma desde el que observamos el mundo, tiene una relación costo beneficio. Y que a diferentes niveles de conciencia algunos paradigmas pueden limitarnos, generando sufrimiento en nuestra vida.

Una persona, cuyos paradigmas lo llevan a vivir cubriendo sus necesidades básicas, al pretender iniciar una pareja y formar una familia, deberá comprometerse a un cambio de paradigma. He aquí el conflicto. O sufro por no poder sostener a mi familia, o “elijo” cambiar mi manera de observar el mundo. A lo cuál te pregunto:

3 – ¿Qué situacion de necesidad atraviesas en tu vida y cuál es tu reflexión al respecto?

Esta nota es un desarrollo del Dr Fabián Sorrentino con aportes de Angela Machado y Fernando Gasparoni y forma parte de una serie de artículos ofrecidos en la Carrera de Coaching & Mentoring de Ser.Red.