En gramática, el atributo es una función sintáctica o constituyente sintáctico que forma el núcleo o parte esencial del llamado predicado nominal, formado necesariamente por un verbo copulativo (serestarparecer) y el citado atributo. Suele estar formado por un sintagma adjetival («Ese chico es muy bueno«) o un sintagma nominal («Ese chico es el pintor«) que expresan una cualidad «atribuida» a un sustantivo que funciona como sujeto del citado predicado nominal, y más raramente por un infinitivo («Eso es mentir«), por una proposición o suboración («Ese está que trina«) o por un sintagma preposicional («Ese queso parece de Burgos«) o adverbial («Yo soy así«).

En muchas lenguas indoeuropeas este tipo de predicados usa un verbo copulativo que no tiene significado semántico alguno y sólo cumple funciones sintácticas (un caso similar es de los verbos pseudocopulativos). Es el complemento que lleva, el atributo, el que tiene todo el significado. En otras lenguas de América y Asia se realiza simplemente yuxtaponiendo el sujeto nominal al atributo sin que medie ningún verbo copulativo. Algunos ejemplos en castellano de oraciones con predicado nominal son:

Ese coche es lento
Todos estuvimos muy cansados ayer
Ese vestido parecía menos claro con esa luz

Como el verbo copulativo es un verbo sin signficación, esto es, no significa nada o casi nada y no añade significado a las otras palabras con que se compromete, puede ser omitido con facilidad de forma que los atributos pueden aparecer sin él en forma de complementos predicativos, constituyendo lo que se llama predicación secundaria en una oración paralelamente a otra predicación, la principal, llevada a cabo por otro verbo con significado, resultando este tipo de atributos contaminados además con dicha predicación principal, como en «los viajeros llegaron cansados«, esto es, dos cosas, «llegaron cansadamente«, predicación principal, y «estaban o parecían cansados«, predicación secundaria. En otros casos la predicación secundaria se separa más de la principal, como en «los jugadores llevaban sucias las camisetas», donde «sucias» califica principalmente a «camisetas». En ambos casos se habla de complementos predicativos, porque no son enteramente atributos.

El atributo como predicado de la oración copulativa

El atributo es una función sintáctica liberal. Es un sintagma que suele acompañar a los verbos copulativos (serestarparecer), y los semipredicativos o semicopulativos, semejar y resultar y sus perífrasis en castellano) y que se refiere al mismo tiempo al sujeto, con el que concuerda en género y número.

Para identificarlo correctamente, hemos de saber lo siguiente:

  • En ocasiones, se puede sustituir por el pronombre «lo» seguido del verbo copulativo conjugado.
  • A veces, admite la sustitución por el adverbio «así».

Ejemplo:

Juan es testarudo → Lo esJuan es así.

En castellano hay que tener en cuenta el doble sentido que puede tener el verbo ser como ser y como estar. No es lo mismo ser así que estar así. Sin embargo, hoy en lógica formal no se hace ninguna distinción porque en cualquier caso se considera como predicado que enuncia una propiedad.

  • Siempre va detrás del verbo.
  • Es imprescindible para la oración.

En el análisis sintáctico de las oraciones copulativas, el atributo ha de ser considerado como parte del predicado (junto con el verbo copulativo y los otros complementos, si los hubiera).

La función de atributo puede ser desempeñada en castellano por cualquier tipo de adjetivo que concuerda con el sujeto en género y número («Jesús es alto«), o un sustantivo o sintagma nominal («Pedro es un pintor«), o un adverbio («ellos son así«) o un sintagma preposicional («ella es de Burgos«) o un pronombre («el tuyo es aquél).

En una oración con predicado nominal, el verbo hace de cópula entre el sujeto y el atributo, entre los que se produce una relación de identidad. El verbo ser ofrece tan poca información que puede argumentar que existe una elipsis del verbo copulativo; en tal caso, se produce una aposición que resalta aún más la identidad sujeto-predicado y no se dificulta la comprensión de la frase. Ejemplos:

El grillo, mago, negro y chillón.
Jacinto, que es madrileño… → Jacinto, madrileño…

En la segunda oración, el verbo (ser) está elíptico; no obstante, permanece invariable la carga semántica de la oración.

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