La palabra «existencia» proviene de la palabra latina existere («emerger», «aparecer», «presentarse», «salir», «hacerse visible»). Es interesante ver los matices que dicha etimología sugiere. El verbo latino «sisto«, en su sentido intransitivo, viene a significar estar, permanecer, sostenerse.

Basta ver los diferentes matices que toma en sus derivados: consistir, desistir, insistir, asistir, persistir. Ex-sistir transmite la idea de algo que «exsiste» es decir que tiene ‘’’ser’’’, es algo que está fuera del mundo de la existencia y sale (ex) de allí para existir, es decir, manifestarse en el mundo.

Por oposición a esencia, realidad concreta de un ente cualquiera. En el léxico del existencialismo, por antonomasia, existencia humana. DRAE

Si tomamos en consideración el Diccionario de la Real Academia citado, aparecen tres modos de concebir la existencia:

Como realidad material percibida por los sentidos en el mundo.

Como esencia eterna e inmutable de un ser posible en el mundo.

Como vida del hombre que ha de salir de sí para darse o construirse su propia esencia su verdadero ser, como autenticidad, porque su existencia consiste en la libertad. Es el sentido existencial.

Es digno de notarse cómo en el siglo XII el gran místico Ricardo de San Víctor llamaba sistencia a la Naturaleza, y al modo de ser la personaex. Y creó la palabra existencia para designar el ser personal.

Cada época histórica plantea sus propios problemas acerca de la existencia.

En el uso común, la existencia es «la estancia en el mundo». En otros ámbitos particulares, puede referirse también a formas de existencia diferentes de la existencia real (en matemáticas se habla de la existencia potencial de tal o cual objeto con una propiedad definida, como por ejemplo un número, etc.).

Eso que llamamos mundo nos aparece como un conjunto de seres relacionados unos con otros en la intuición consciente de objetos externos a nosotros.

Esa noción de percepciones sujeta en yuxtaposición a datos sensoriales da lugar al concepto mental de «lo que hay» de la cosa existente. De modo que existir o el «haber de ser» refiere a «estar en el mundo», tanto nosotros como las cosas que nos rodean.

El concepto más abstracto de existencia física y de otros tipos ha sido investigado sistemáticamente por la filosofía, en particular por la rama denominada ontología. Los filósofos se han planteado cuestiones como:

¿Qué es lo que existe?

¿Es lo mismo ser que existir?

¿Cómo conocemos y sabemos?

¿Hasta qué punto son los sentidos una guía fidedigna respecto al conocimiento de lo que existe?

¿Cuál es el sentido, si existe, de las afirmaciones acerca de la existencia y de las categorías, ideas y abstracciones con las que expresamos nuestro conocimiento acerca del mundo y de las cosas que existen?

En filosofía las palabras tienen un sentido más especializado, distinguiéndose el hecho de existir de los modos del existir.

Un aporte de Humberto Maturana

EXISTENCIA HUMANA.

Si consideramos a la humanidad desde la perspectiva hecha posible por el entendimiento de la biología del conocer y la biología del amar, podemos ver que la humanidad surge, se realiza y conserva en una particular matriz relacional que surge en el entre-juego de la dinámica de la biología del conocer y la biología del amar como espacios de la existencia humana. Hemos llamado a esta matriz relacional Matriz Biológica de la Existencia Humana.

BIOLOGIA DEL CONOCER.

La biología del conocer surge cuando uno reflexiona sobre lo que hacemos como seres humanos en el dominio del conocimiento a través de hacernos la pregunta ¿Qué es el conocer como fenómeno biológico?

Aceptar esta pregunta es aceptar que su respuesta sea hecha en términos de los procesos biológicos que constituyen el conocimiento. Solo cuando el observador entiende su operar cognitivo como un operar de su ser biológico, el o ella se da cuenta que el mundo que el o ella vive surge en el vivir de el o ella y no pre-existe a su operar en el vivir.

BIOLOGIA DEL AMAR

Cuando el observador llega a darse cuenta que el mundo que el o ella vive surge con su vivir, el o ella también llegan a darse cuenta que los diferentes mundos que viven surgen como diferentes modos de vivir, definidos por diferentes configuraciones emocionales tales como los deseos, las preferencias, los miedos o las expectativas, los que guían el fluir de su hacer en su vivir.

Todo lo que el ser humano hace o en términos más generales, todo lo que un ser vivo hace, tiene lugar en un dominio relacional definido por su emocionear en el momento de hacer lo que hace.

La reflexión es un acto en la emoción y ocurre como un acto de total aceptación de la legitimidad de las circunstancias que el ó ella vive. Una reflexión ocurre como un acto en el que la persona que reflexiona abandona el apego a sus certezas y contempla su presente sin prejuicios, exigencias o expectativas. La emoción que hace posible la reflexión es el amar. El amar es el dominio de aquellas conductas relacionales a través de las cuales, uno mismo, el otro o la otra y lo otro, surgen como legítimos otros en co-existencia con nosotros.

MATRIZ BIOLOGICA DE LA EXISTENCIA HUMANA

La MBEH es al mismo tiempo un dominio conceptual y un dominio operacional.

Como dominio conceptual la MBEH constituye el dominio de las reflexiones que surgen desde el entendimiento de la matriz relacional en la que los seres humanos surgen, existen y son conservados.

Como dominio operacional la noción de la MBEH connota la red actual de procesos biológicos que hacen posible el origen y conservación de nuestra humanidad.

NOSOTROS LOS SERES HUMANOS: ¿DONDE EXISTIMOS? ¿DONDE ESTÁ NUESTRO HOGAR?
Nuestro hogar es el cosmos y en el cosmos estamos y existimos en la matriz biológica que realiza nuestra existencia como seres humanos.

Sostenemos que lo humano se origina cuando, algunos de nuestros ancestros primates bípedos, comienzan a conservar de una generación a la siguiente a través del aprendizaje de los niños, el hábito de permanecer juntos como un pequeño grupo familiar en el espacio de la cercanía y la colaboración, que es creado por vivir en el amar, la ternura y la sensualidad, a través de la intimidad sexual como la fuente de placer y unión en su convivencia adulta.

Sostenemos que la expansión de la sexualidad de la hembra fue la posibilidad histórica para el establecimiento y la conservación de esa manera de vivir en un espacio espontáneo de colaboración, en el cual el vivir en lenguajear podía surgir y conservarse de una generación a la siguiente a través del aprendizaje de los niños.