Yo googleo, tú googleas, él googlea…  la costumbre de “googlear” se ha popularizado en los últimos años, al punto que el término fue elegido como “la palabra de la década” a principios de 2010 por la American Dialect Society (ADS), asociación académica fundada en 1889 y dedicada al estudio del inglés en Estados Unidos. Google, sin embargo, no incentiva el uso de su nombre, una marca registrada que, temen sus representantes, pueda sufrir –aunque parezca increíble- cierto grado de desgaste.

Googlear o guglear es un neologismo que significa «buscar en la web utilizando el motor de búsqueda Google». La Sociedad Americana de Dialectos eligió el verbo to google como el verbo más útil de 2008. Por extensión, en sentido general: buscar información en internet.

Aunque el director de la Real Academia Española ya manifestó la “posibilidad” de incluir la palabra en su diccionario,​ Google no incentiva el uso de cualquier palabra relacionada con su marca registrada ya que teme un posible desgaste de la misma tal y como ocurrió en otros casos como: Yo-yo, Xerox o Gillete.

Google incluso escribió una carta a WordSpy, una web que recopila neologismos, para que no usara la palabra, en respuesta a la cual los lexicógrafos del Merriam-Webster College Dictionary ahora escriben google con minúscula en su entrada, si bien mantienen la mayúscula en la definición (to use the Google search engine to seek online information, ‘usar el buscador de Google para buscar información’).

Googling

Es habitual, cuando alguien tiene que conocer referencias pasadas de una persona –un empleado, alguien con quien se espera hacer un negocio, un empleador, una posible pareja, etc- oír que se le aconseje “googlearlo”. A esa acción –la búsqueda, el rastreo de información sobre determinada persona- se la llama actualmente googling. Se calcula que alrededor de tres millones de consultas mensuales en google responden a esta generalizada costumbre, que apunta a obtener datos sobre el pasado profesional o personal de otras personas.

Eso despierta en muchos la precaución de controlar lo que se publica en la red sobre ellos, aunque hay muchos otros millones que desconocen que en la red, y a través de google, en la actualidad es sencillo encontrar todo tipo de datos personales, desde las aficiones hasta el número de cuenta bancaria o la fortuna personal del «googleado». Claro que también cuenta el hecho de que no todo lo que circula en la red de redes es cierto o verdadero, y en ese sentido habrá que considerar que quien busca dé con datos falsos.

La regulación jurídica de la información circulante es algo aún no resuelto, en la mayoría de los países del globo: si bien en Europa existe una legislación que apunta a la protección de los datos que se publican, en Estados Unidos, por ejemplo, esa regulación todavía no se ha implementado.