La mandíbula está formada por dos huesos (superior e inferior) en los que están incrustados los dientes. Los problemas más comunes son: DOLORES, FRACTURA y LUXACIÓN MANDIBULAR.

Como la mandíbula es absolutamente necesaria para que los dientes hagan su trabajo, los problemas en ella representan un enojo reprimido que impide que la persona que lo sufre se exprese adecuadamente. Si se reprime hasta el punto de luxarse la mandíbula, es decir, que se le bloquee por completo hasta el punto de no poder moverla, indica que se ha controlado demasiado y que no puede más. Perdió el control de sí misma del mismo modo en que perdió el control de su mandíbula. Tiene una necesidad urgente de expresarse, y el hecho de reprimirse es muy nefasto para ella.

Como las mandíbulas y los dientes nos ayudan a morder y a masticar para después digerir bien, un problema en este lugar indica que la persona se impide morder bien a la vida o darle un buen mordisco a lo que desea. El mensaje que tu cuerpo te envía con este problema es que es urgente que compruebes si los miedos que te hacen controlarte y reprimirte hasta ese extremo están fundados. Tu cuerpo te dice que ahora es el momento de hacerles frente porque tienes todo lo necesario para ello.

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Para más detalles sobre la mandíbula inferior y la superior, te sugiero que veas problemas en los dientes. Sí se trata de una fractura, ver también esta palabra. Las mandíbulas son huesos esenciales para comer, para empezar el proceso de digestión y asimilación de lo que tomo, bien sea el alimento o la realidad que me rodea. Los problemas de mandíbula pueden producirse cuando aprieto los dientes porque reprimo cosas e inhibo toda la energía relacionada con la ira, obstinación, la testarudez y quizás entonces una gana inconsciente de vengarme de alguien o de algo. Cuando chirrían mis dientes, vivo inseguridad.

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También pueden estar descalcificándose o ablandándose mis mandíbulas. Me revelan cómo yo también puedo ser “blando” en algunas situaciones, en particular cuando tengo la sensación de que se ríen de mí y que no se prestaba atención a lo que decía. Sigue una gran desvalorización de mí – mismo. También puedo sentirme dominado, siendo impotente en expresarme, bien a causa de mi timidez o de mis miedos. También puede que me esté prohibido hablar, lo cual interpreto como “¡¡¡lo que he de decir debe ser muy poco interesante!!!”.

Cuando se bloquean mis mandíbulas, estoy en la incapacidad de expresarme, de controlar lo que me rodea, reprimo mis emociones. Debo relajarme, dejar la energía fluir libremente.