El melanoma maligno también se llama cáncer del lunar. Se trata de un tumor, muy frecuentemente maligno, al nivel de la piel y que procede de las células que están encargadas de pigmentar ésta (melanocitos). El melanoma aparece en el lugar de mi cuerpo que puedo relacionar con un suceso en que me sentí ensuciado, manchado.

Vuelvo a plantear mi integridad física. También puedo haber vivido un suceso en que me sentí arrancado de alguien o de algo que apreciaba mucho (las enfermedades de la piel frecuentemente están relacionadas con una separación). Aprendo a volver a poner amor en la situación que es la fuente de este melanoma. Aunque pudo ser muy difícil en el momento en que viví esto, acepto ver cuál elemento positivo o cuál sabiduría resultó de ello.

Cerca de 160.000 casos nuevos de melanoma se diagnostican cada año mundialmente, y resulta más frecuente en hombres y personas de raza blanca que habitan regiones con climas soleados. Según un informe de la Organización Mundial de la Salud, ocurren cada año cerca de 48.000 muertes relacionadas con el melanoma. Se estima que el melanoma maligno produce un 75% de las muertes asociadas al cáncer de piel.

Por lo general, el riesgo de un individuo de contraer un melanoma depende de dos tipos de factores: intrínsecos y ambientales. Los factores intrínsecos incluyen la historia familiar y el genotipo heredado; mientras que el factor ambiental o extrínseco más relevante es la exposición a la luz solar.

Los estudios epidemiológicos sugieren que la exposición a la radiación proveniente de la luz ultravioleta (UVA y UVB) es una de las causas principales en la aparición del melanoma.

El melanoma es más frecuente en la espalda de los hombres y en las piernas de las mujeres. El riesgo parece estar fuertemente influido por las condiciones socioeconómicas de la persona, no tanto por el hecho de que su ocupación se desarrolle en el interior o en el exterior de un edificio. De modo que es más común ver melanomas en profesionales y personal administrativo que en trabajadores o graduados. El uso de camas de bronceado con rayos ultravioleta penetrantes se ha asociado con la aparición del cáncer de piel, incluyendo el melanoma.

La radiación causa daño en el ADN de las células, típicamente una dimerización de la timina que, al no ser reparado por la maquinaria intracelular, crea mutación en los genes celulares. La secuenciación masiva del genoma de muestras de melanomas metastásicos de pacientes ha permitido detectar distintas mutaciones, no solo mutaciones puntuales (transiciones C->T principalmente), sino también reordenamientos cromosómicos (deleciones, amplificaciones, translocaciones), incluyendo el fenómeno de la cromotripsis, que provocan una alta inestabilidad genómica. Cuando la célula se divide, estas mutaciones se propagan a nuevas generaciones de células.

Si la mutación ocurre justo sobre un protooncogén (dará lugar a un oncogén) o si se produce en genes supresores tumorales, la velocidad de la mitosis o división celular en las células se vuelve descontrolada con las mutaciones, conllevando a la formación de un tumor. La mayoría de los estudios sobre quemaduras sugieren una relación positiva o directa entre las quemaduras a edades tempranas y el consiguiente riesgo de padecer melanoma. Los pacientes que presentan un historial de alta exposición a la luz ultravioleta, suelen tener un porcentaje de mutaciones en genes como NRAS o BRAF (oncogenes) superior al que poseen los pacientes con una exposición normal o baja.