Piromanía. Necesidad no sometible al control de la voluntad de provocar incendios y presenciarlos.

La piromanía (del griego πυρός pyrós, «fuego» y μανία manía «locura») es un trastorno psicológico del control de los impulsos, que produce un gran interés por el fuego, cómo producirlo y observarlo. La persona que padece piromanía recibe el nombre de pirómano.

La sintomatología esencial es producir incendios de forma deliberada y consciente en más de una ocasión conllevando una importante tensión y activación afectivas antes del incendio con una gran liberación e intenso placer o alivio al encender el fuego, presenciarlo o al participar en sus consecuencias.

Además el sujeto, denominado comúnmente piromaníaco o pirómano, suele sentir relajación, placer, interés, curiosidad y atracción por todo lo relacionado al fuego, como pueden ser las estaciones de bombero.

El pirómano no debe ser confundido con el incendiario que es aquella persona que intencionadamente decide quemar una parcela de terreno u objetos (específicos o no) con ánimo de lucro o simplemente por hacer daño.

No se debe olvidar que los incendiarios son criminales e idealmente deben ser encarcelados y ajusticiados pues representan una seria amenaza para la sociedad.

La ‘piromanía» forma parte de la tríada psicopática, juntamente con la enuresis y el maltrato animal.