Práctica psicoanalítica
Lacan extiende el campo del psicoanálisis al tratamiento, no solo de las distintas formas de neurosis, sino también al tratamiento de las distintas formas de psicosis. Aunque el mismo Lacan pone énfasis en que, para el psicoanálisis, psicosis, neurosis y perversión son estructuras subjetivas, y no enfermedades mentales que una terapéutica pueda «normalizar» ni «curar».

Lacan explica la génesis de las psicosis durante la infancia a partir del recurso a un mecanismo de defensa que llama forclusión del nombre del padre: en una determinada relación entre los padres y el infante por la cual se instaura una legalidad simbólica distinta a la que define la neurosis, quedando atrapado en el estadio del espejo, lo que se manifiesta en distintas formas de psicosis.

También Lacan ha sido uno de los primeros en estudiar la patología conocida como caso límite (borderline), entendiéndola como una forma de psicosis en la cual el afectado mantiene un anclaje con el principio de realidad mediante un proceso llamado synthome.

Lacan rechaza la denominación de «paciente» para quien sufre de problemas psíquicos, sosteniendo que el supuesto paciente es protagonista durante la terapia y debe adoptar un rol activo respecto a sí mismo, convirtiéndose en «analizante» de su propio pensamiento.

El método psicoanalítico lacaniano se aproxima a la mayéutica de Sócrates: el psicoanalista reflexiona con el analizante el discurso para que este llegue a replantearlo y logre acceder a la abreacción mediante un procesamiento, reconocimiento y verbalización de afectos traumáticos que durante la dolencia se han encontrado reprimidos en lo inconsciente, quedando así curado como resultado de su propia acción, aunque en presencia transferencial.[cita requerida]. Para Lacan el tiempo de duración de una sesión no está fijado de antemano, ya que la finalización de la misma es considerada una intervención del analista que es preciso evitar.

Duración de la sesión
La sesión puede durar 20 o 30 minutos o apenas algunos minutos, hasta que se hace presente el objeto a, esto es: cuando durante la sesión aparece un signo importante -por ejemplo una palabra importante, clave-, en tales oportunidades se interrumpe la sesión para que el analizante pueda considerar aquello que ha expresado.

Controversias
Jacques-Alain Miller es el único editor de los seminarios de Lacan, los cuales contienen la mayor parte de su trabajo. «Ha habido considerable controversia acerca de la precisión, la transcripción y la edición», además de «la negación de Miller a permitir la publicación cualquier edición crítica o comentada».12 A pesar del estatus de gran figura de Lacan en la historia del psicoanálisis, algunos de sus seminarios siguen sin publicar. Desde 1984, Miller ha llevado a cabo regularmente una serie de conferencias, «L’orientation lacanienne.» Las enseñanzas de Miller han sido publicadas en los Estados Unidos por la revista Lacanian Ink.

Lacan afirmó que sus Écrits no debían ser entendidos racionalmente, sino que debían producir un efecto en el lector similar a la sensación de ilustración que uno experimentaría al leer textos místicos.13 La escritura de Lacan es notoriamente difícil, en parte por las continuas alusiones hegelianas/kojèveanas, las grandes divergencias teóricas con otras teorías psicoanalíticas y filosóficas, y un oscuro estilo de prosa. Para algunos, «la impenetrabilidad de la prosa de Lacan… [es] demasiado a menudo considerada profunda porque no se puede entender».14 Se puede decir al menos que, «la imitación de su estilo por otros Lacanianos» ha resultado en «una tradición obscurantista y antisistemática en la literatura lacaniana».15

La literatura psicoterapéutica en amplitud tiene poco o nada que decir acerca de la efectividad del psicoanálisis lacaniano.16 Aunque tiene importante influencia en el psicoanálisis en Francia y partes de Latinoamérica, la influencia de Lacan en la psicología clínica en el mundo angloparlante es desdeñable, donde sus ideas son mejor conocidas en el mundo de las artes y las humanidades.17

Una excepción notable son los trabajos de la doctora Annie G. Rogers, A Shining Affliction y The Unsayable: The Hidden Language of Trauma, los cuales le dan crédito a la teoría lacaniana por insights terapéuticos en el tratamiento exitoso de mujeres jóvenes abusadas.18

Críticas
La ciencia cognitiva critica a Lacan por haber retomado ideas de Sigmund Freud previamente falsadas por la investigación experimental 19 y por reinterpretarlas a partir de las teorías de la lingüística de Saussure, que también habían sido falsadas con anterioridad por la lingüística moderna20 (ver Noam Chomsky).

Willy Apollon y Richard Feldstein señalan a este respecto el hecho de que cuando Lacan dio una plática en la universidad donde enseñaba Chomsky, contestó una pregunta que le hizo Chomsky acerca del pensamiento diciéndole:

Pensamos que pensamos con nuestros cerebros, pero personalmente yo pienso con mis pies. Esa es la única manera por la que puedo entrar en contacto con algo sólido. En ocasiones pienso con mi cabeza, como cuando choco con algo. Pero he visto suficientes encefalogramas para saber que no hay indicios de pensamiento en el cerebro.

El propio Noam Chomsky declaró: «En el caso de Lacan, por ejemplo –y aunque va a sonar mal- tengo la sincera impresión de que era un charlatán deliberado y de que solo trataba de jugar con la comunidad intelectual parisina para ver cuántos disparates podía decir sin que dejaran de tomarle en serio. Digo esto en un sentido bastante literal». Lo conocí personalmente

Psicología
Dentro del campo de la psicología, Lacan ha sido criticado desde distintas corrientes teóricas por haber formado una especie de culto a la personalidad entre sus discípulos. Así, el psicólogo Dylan Evans señala:

Los discípulos de Lacan simplemente asumen como verdad cualquier frase que “el maestro” diga, importa comprender ¿Qué quiso decir el maestro con esa frase? Pero jamás está en cuestión ¿Estaba él en lo correcto? Sus textos son como escritura santa. ¿Por qué parecía Lacan incriticable? ¿Era esto una mera proyección de sus discípulos? ¿Acaso ellos lo situaban en el lugar de sujeto supuesto saber, el lugar en que el paciente sitúa ilusoriamente al analista? Entonces ¿consistía la curación en poder ver que Lacan no poseía mayor saber que el de cualquier persona o que poseía, probablemente, menos?
Véase Críticas de Evans a Lacan25
Otra crítica que se le ha hecho es que su teoría sería un conjunto de abstracciones, que estarían situadas fuera de la historia y del mundo real. Así, el psicoanalista francés Michel Tort sostiene que: “Para mí de un lado está el psicoanálisis y del otro los lacanianos. Las ideas de Lacan están fuera de la historia, son ocurrencias, no tienen la rigurosidad necesaria, ni han sido corroboradas. Lacan es una secta.”26

Estructuralismo y post estructuralismo
Aunque Lacan es considerado con frecuencia parte del campo posmoderno, dentro del mismo ha encontrado también cuestionamiento: Michel Foucault, Félix Guattari, Gilles Deleuze y Jacques Derrida.

Este último (considerado una estrella posmoderna aunque él mismo no se asociaba con el término) elaboró una crítica concienzuda de los escritos analíticos de Lacan, desarmando su aproximación estructuralista al psicoanálisis. En particular, Derrida critica la teoría lacaniana por el falocentrismo heredado de Freud, ejemplificado primordialmente en su concepción del falo como el ‘significante primario’ que determina el orden social de los significantes. Derrida sostiene que, si todos los significantes se definen solo por su diferencia respecto de otros significantes, no es posible que exista un significante privilegiado, estatus que Lacan le otorga al falo. Para Derrida el falo, tal como Lacan lo conceptualiza, es un significante trascendental, pese a las afirmaciones de no trascendentalismo de Lacan. Se puede decir que gran parte de la crítica de Derrida a Lacan lo es en realidad de los elementos freudianos presentes en su obra; por ejemplo, Derrida deconstruye la concepción freudiana de la ‘envidia del pene’, de la que se desprende la subjetividad femenina, para mostrar que la primacía del falo masculino implica una jerarquía entre la presencia y la ausencia fálica que en última instancia se colapsa en sí misma.

En su libro Anti Edipo. Capitalismo Y Esquizofrenia, Gilles Deleuze y Félix Guattari, que se reconocen como herederos intelectuales del psicoanálisis, al mismo tiempo critican a Lacan y a Freud por su reducción del inconsciente y del deseo a la teoría Edípica que, para ellos, es familiarista y burguesa, y soslaya los determinantes socio-históricos y materiales del deseo. Para Deleuze, un proyecto político no puede estar basado en nociones derivadas del sujeto, pues en tal caso resultaría fútil. Basándose en la filosofía de Spinoza, Deleuze es partidario de un materialismo de la inmanencia que rechaza el recurso a la trascendencia, a las estructuras y al sujeto como vestigios de pensamiento teológico. Sostiene Deleuze:

Lo que nosotros llamamos idealismo en el psicoanálisis es todo un sistema de proyecciones y reducciones propias de la teoría y de la práctica del análisis (…) No establecemos diferencia alguna entre las variaciones imaginarias de Edipo y la constante estructural, puesto que se trata en ambos extremos del mismo atolladero, del mismo avasallamiento de las máquinas deseantes (…) Una psiquiatría materialista es aquella que introduce la producción en el deseo y viceversa, la que introduce al deseo en la producción (…) Atacamos al psicoanálisis en los siguientes puntos (que conciernen tanto a su teoría como a su práctica): su culto a Edipo, su reducción de la libido a catexis familiaristas, incluso bajo las formas encubiertas y generalizadas del estructuralismo o del simbolismo (…) La unidad de nuestro libro consiste en que entendemos que las insuficiencias del psicoanálisis, así como su ignorancia

Deleuze, G.; Guattari, F. (1972). «Entrevista con Catherine Backes-Clément». L’Arc (49).

En Historia de la Sexualidad. La voluntad de saber, Michel Foucault critica a Lacan y al psicoanálisis por formar parte del dispositivo normativo moderno de la subjetividad, que concibe a la sexualidad como la verdad última y establece una ética universal de la sublimación de las pulsiones y del conocimiento de sí, en desmedro del hacerse cargo de sí mismo. Foucault señala que el psicoanálisis es una versión moderna de la confesión pastoral, y opone a la ética psicoanalítica una concepción histórica y no esencialista del sujeto en la que no hay una construcción normativa de la sexualidad ni de la subjetivación.

Feminismo y post-feminismo
Sin embargo, se puede decir que Lacan mantenía una relación complicada con el feminismo y el post-feminismo en cuanto que, aun cuando es criticado por heredar de Freud una supuesta posición falocéntrica en sus teorías psicoanalíticas, también se considera que presentó un retrato cabal de los prejuicios de género en la sociedad.

Lacan utiliza una controvertida frase; «La mujer no existe» (tachando la palabra La). Esta formulación en Lacan apunta al derrumbe de la mítica concepción cultural de la mujer como entregadora de goce. Jacqueline Rose, feminista y lacaniana, nos dice que «La mujer» como categoría absoluta y garantizadora de fantasías es falsa.

Así como Rose, existen representantes cercanas al psicoanálisis lacaniano (Kristeva, Irigaray) que sostienen afirmaciones similares, no obstante, realizan gestos para derrocar los sistemas falocéntricos, en este sentido no se trata de negar lo lacaniano o acusarle de misógino, sino en pensar lo femenino desde otro lugar.

Referencias
Compilado por Andrea Ortiz Picasso
Roudinesco, Élisabeth; Plon, Michel (2008). Diccionario de psicoanálisis. Artículo:Estadio del espejo; traducción de Jorge Piatigorsky y Gabriela Villalba (2ª (revisada y actualizada) edición). Paidós. p. 285. ISBN 978-950-12-7399 |isbn= incorrecto (ayuda).
Dylan Evans. From Lacan to Darwin. University of the West of England, Bristol, UK.
David S. Holmes (1990), The evidence for repression: An examination of sixty years of research. Publicado en Repression and Dissociation.