La senilidad es un debilitamiento progresivo de la actividad física y psíquica que se observa en el transcurso de la vejez, pero también en caso de una actividad demasiado intensa o prolongada. Con la senilidad las funciones sensoriales, de relación e intelectuales se ven gravemente afectadas.

Este estado se presenta en la persona ya mayor, que quiere que la colmen de atenciones, que se ocupen de ella porque no acepta la falta de atención que sufrió en su infancia. Es una persona que careció, y todavía carece, de afecto.

Si tienes que cuidar a una persona senil, debes hacerlo con amor y aceptación. De otro modo, la situación puede volverse tan desagradable que todos saldréis perdiendo. Por otro lado, puedes explicarle que no tiene que enfermarse tanto para recibir atención. Podría encontrar otros medios menos dolorosos para lograrlo. Puedes ofrecerle ayuda para que encuentre esos medios. Si tiene la seguridad de seguir recibiendo mimos sin comportarse senilmente, la persona tiene muchas posibilidades de mejorar.

También le ayudaría perdonar a sus padres por la falta de cuidados o de afecto que sufrió durante su niñez, aceptando que ellos mismos recibieron muy poco y que nadie puede dar lo que no tiene. Después, perdonarse por haber sentido rencor hacia ellos y darse el derecho de buscar mimos en este momento. Véase las etapas del perdón. Cuando las facultades físicas y psíquicas están afectadas cuando soy una persona mayor, se habla de senilidad. La senilidad es una enfermedad que se puede relacionar con la huida.

Volviendo a la infancia, vuelvo a la seguridad que me trae. Elijo así dejar que los demás se cuiden de mí, quiero que se encarguen de mí. Si estoy afectado de senilidad, debo tomar consciencia de que no es necesario huir. Si quiero cosechar esta atención tan deseada, debo sembrarla yo mismo. Beneficio de la protección divina, vivo en paz y en total seguridad. En cada momento de mi vida, tomo consciencia de la fuerza del Universo.

Demencia senil es el nombre dado en español a un síndrome que se caracteriza porque el sujeto afectado va perdiendo muchas de sus capacidades psíquicas, especialmente las cognitivas. El nombre clínico proviene del latín: de, «lejos» + mens (cuyo genitivo es mentis): «mente»; por su parte, senil es un adjetivo que alude a la senectud o ancianidad, aunque los actuales estudios médicos evidencian una minoría de cuadros de demencia senil a edades cronológicas relativamente tempranas.

La demencia no es exclusiva para los adultos mayores, aunque se suele presentar más en esta etapa. No obstante, sigue siendo una minoría quien lo padece, pues lo que aumenta con la edad es la probabilidad de desarrollarla (de los 65 a los 90 años aproximadamente, la probabilidad se duplica cada cinco años). La demencia se refiere a un conjunto de síntomas adquiridos de tipo cognitivo (confusión mental, pérdida de memoria, deterioro intelectual, desorientación, disturbios en lenguaje, anormalidades visuoespaciales, etc.) y conductual, mas no a una enfermedad en específico, puesto que se puede deber a múltiples causas.

Asimismo se muestra una declinación a nivel funcional (interrupción en las actividades diarias de la persona) y se le considera independiente de alteraciones generadas por alguna condición médica como, por ejemplo, la infección urinaria, neumonía, deshidratación, tumor cerebral, hipoglucemia, así como por el consumo de medicamentos y drogas. Se realiza esta diferenciación, puesto que, en tales casos, los síntomas, que podrían coincidir, reciben el nombre de delirio, afección que se caracteriza por ser aguda y reversible, a diferencia de la demencia, cuya enfermedad más común es el alzheimer y multi-infarto. Por lo tanto, aunque la demencia es un problema grave a cualquier edad, este se agrava en el caso del adulto mayor por el debilitamiento de su salud general, así como de sus habilidades intelectuales. Actualmente, el número de personas mayores va en aumento, por lo que sucede lo mismo con los casos de demencia senil, produciendo cuadros de ansiedad y depresión en los cuidadores.

La demencia senil incluye el deterioro de funciones cognitivas. Una de las funciones más sensibles y, por tanto, una de las más afectadas es la memoria. La capacidad para almacenar nueva información se reduce en los pacientes que sufren de demencia senil (amnesia anterógrada) y, al mismo tiempo, puede haber pérdida de las memorias que previamente se habían formado (amnesia retrógrada). Asimismo, los pacientes pueden presentar dificultades en el reconocimiento de caras o reconocimiento de lugares destacados. Otra función cognitiva que afecta al paciente con demencia senil es la dificultad para producir y comprender el lenguaje. Este problema se puede manifestar cuando haya una incapacidad de nombrar a personas u objetos, lo que pueden impedir una buena interacción y relación con las personas de su entorno. En ciertos casos, se puede llegar a perder el contenido semántico al momento de hablar. Otras funciones cognitivas también pueden verse perturbadas por la enfermedad. Estas funciones incluyen la habilidad para abstraer, organizar, anticipar, iniciar y controlar conductas complejas. El declive en estos procesos cognitivos impide la inhibición de respuestas para el paso de una actividad a otra y para realizar diferentes actividades al mismo tiempo.

Síntomas
Los cambios en la conducta pueden darse en cualquier momento de la enfermedad. Su intensidad y frecuencia no es necesariamente progresiva y no aparecen en todos los casos de demencia senil. Los más recurrentes son la deambulación errática, agitación-agresividad, reacciones catastróficas, desinhibición, quejas, negativismo, intrusividad y trastornos del comportamiento alimentario y sexual.

Deambulación errática: el paciente camina sin un rumbo en particular, se puede presentar en cualquier momento y se relaciona con la desorientación. En este sentido, se recomienda mantener el entorno del paciente iluminado y sin obstáculos que pudieran provocar accidentes.

Desinhibición: consiste en la emisión de agresiones verbales, acciones impulsivas y pérdida de vergüenza. Por ejemplo, si el paciente siente excesivo calor, es capaz de desnudarse por completo. Ante estas situaciones, se recomienda al cuidador actuar con calma y paciencia, y no ponerse nerviosos ante ninguna circunstancia.

Fenómeno del Sundown: también conocido como empeoramiento al anochecer. Existen varias causas por las que el comportamiento del paciente puede alterarse negativamente al llegar la noche, ya sea el ruido, la disminución de la luz o la gente. La Asociación de familiares de enfermo de Alzheimer (AFATE) recomienda identificar la causa de la alteración, además de acompañar al paciente permanentemente y evitar los conflictos a dicha hora.

Los cambios conductuales pueden afectar la vida diaria del paciente, dichos cambios requieren de un ambiente apropiado para facilitar la adaptación del paciente.

Organización del Hogar
La literatura recomienda que cada familiar del paciente posea tareas específicas a realizar, para que, de ese modo, exista una organización y que se sepa quién y en qué momento se cuidará de la persona. Esta organización de las tareas también puede incluir al paciente, siempre y cuando este esté en la capacidad de realizarlas. Para ello, se necesita que las actividades se descompongan en una serie de pasos, lo que ayudará a que las tareas del hogar sean más sencillas y amenas para la persona en cuestión. Si el paciente puede realizar la actividad parcialmente, también es de gran importancia que haya alguien que realice los pasos que él no pueda para que, de esa manera, sienta que es ayuda para las actividades que se realizan. Además, los horarios estructurados con los hábitos diarios del paciente y la constante explicación de los mismos permiten que la persona no se desoriente y pueda llegar a adquirir la sensación de seguridad. En cuanto al ambiente, el centro Family Caregiver Alliance (FCA) menciona que el espacio debe estar libre de objetos que puedan dañar a la persona que padece de demencia senil. Además, el ambiente incluye a las personas que están a su alrededor, pues es de gran importancia que exista una interacción entre estos últimos y el paciente, para que este no se sienta solo. La actitud de cada miembro es importante, así como su lenguaje corporal, ya que- en muchos casos- serán estos los que comunicarán las ideas y sentimientos con mayor fuerza que las palabras. Por tanto, se debe crear un ambiente positivo, tanto en lo físico, como en la interacción con otros y de ese modo, ayudar a que la persona se ocupe de actividades que impidan el avance inmediato de la enfermedad.

Rol del Cuidador
Piédrola señala: “En relación con la dependencia, la demencia plantea nuevos retos a la sociedad y al sistema sanitario, como son el respeto a la autonomía del paciente, la información al paciente y a la familia, la posibilidad de complementar el documento de voluntades anticipadas, el consentimiento informado y, en especial, la elección de un tutor o representante”.

Prevención de la progresión de la enfermedad
Estimulación de la Memoria
Existen diversos ejercicios para estimular la memoria de los pacientes, pero primero debe tomarse en cuenta la etapa de la enfermedad en la cual estos se encuentran. Además las actividades propuestas deben ser del agrado del paciente, debido que de lo contrario, esto puede generarle ansiedad y frustración.De preferencia, es necesario aplicar ejercicios y actividades que concuerden con la historia bio-psico-social de la persona, puesto que así es más probable que la motivación incremente y surjan resultados positivos. La memoria del paciente puede ser estimulada a través de varias actividades, las cuales pueden ser mentales, físicas, sociales, laborales, creativas y memorísticas.

Actividades mentales: desde rompecabezas y crucigramas hasta cuentos y juegos de mesa, los cuales ejercitan el razonamiento y la comprensión.

Actividades físicas: el baile y los ejercicios de brazos y piernas ayudan a la coordinación motora.

Actividades sociales: los encuentros con amigos y familiares estimulan al paciente a evocar recuerdos y obtener experiencias.

Actividades laborales: doblar ropa, poner la mesa, alimentar a la mascota, etc.

Actividades creativas: la pintura y las artesanías ejercitan la motricidad y la coordinación del paciente.

Actividades de memoria: ver fotografías familiares, leer cartas antiguas y que se le narren historias, estimulan las funciones mentales y sociales del paciente a la vez.

⃞ Además actividades cotidianas como cepillarse los dientes y cambiarse la ropa también son útiles.

Estimulación de la Atención
Para que el paciente capte la atención de uno y de esa manera se estimule este proceso cognitivo, es importante que esté fuera de objetos como el televisor y la radio, en el momento que el cuidador le hable, pues de esa manera, se llega a concentrar más en la persona y no hay distractores que interrumpan esta función. Asimismo, es importante llamar a la persona siempre por su nombre, y recordarle quien es el que está con él, es decir su relación o parentesco que existe con el paciente, siempre haciendo contacto visual con este último y así otra vez centrando la atención. También, se puede implementar una técnica que consiste en traer recuerdos de la historia personal del sujeto a la conciencia, el cual estimula el proceso de la memoria con la reactivación del pasado personas. Sin embargo, no solo ayuda al proceso mencionado, sino que posibilita una activación de la atención en el paciente y el aumento del lapso de tiempo de concentración. Además, el cuidador o terapeuta puede apoyarse en instrumentos como diarios personales, lo que también ejercitará si atención al tener que leer para poder recordar. A nivel visual, la atención puede ser estimulada por ejercicios como laberintos, buscar diferencias, localizar elementos concretos dentro de una gran variedad de elementos similares y encontrar errores en fotografías. En el nivel auditivo, el cuidador puede leer ciertos párrafos sobre los que después de leerlos se preguntará sobre determinados detalles escuchados, trabajando paralelamente la memoria de corto y largo plazo. A nivel olfativo y táctil, se puede estimular al paciente con demencia senil, a través de la entrega de un conjunto de elementos diferentes, los cuales el paciente, con los ojos cerrados, describa las cualidades y elabore hipótesis sobre lo que se trata.

Estimulación del Lenguaje
Los problemas de la persona con demencia para expresarse pueden ser de diferentes tipos según la enfermedad. Puede confundir algunas palabras por otras, divagar sobre una misma idea, comunicar solo algunas palabras para indicar una idea, etc. En estos casos, es necesario que el cuidador trate de interpretar lo que se le quiere decir, evitando que el paciente se frustre ante dicha situación. De esta manera, se recomienda completar la idea de la persona cuando tiene dificultades en hacerlo, hacer suposiciones de lo que intenta comunicar y preguntarle si son correctas y dejar pasar pequeños errores que pudieran molestar al paciente si se los recuerda constantemente. En la primera fase de la demencia, no suele haber problemas de comprensión de lenguaje, los cuales se podrían presentar, posteriormente, al momento de identificar el significado de frases e ideas complejas. Por otro lado, la detección de problemas en la comprensión del lenguaje facilita el diagnóstico del paciente, puesto que se descartaría una demencia frontal o exclusivamente frontal, ya que sería necesario que el área afectada fuera la parte posterior del lóbulo temporal del hemisferio izquierdo, donde se encuentra el área de Wernicke. En este sentido, se conoce como Demencia Semántica a una de las variantes de la afasia primaria progresiva, el cual conlleva a que el paciente vaya perdiendo gradualmente la capacidad para comprender palabras, reconocer objetos y, en especial, el nombre de las personas.