Nació en Príbor, Austria el 6 de mayo de 1856 – Londres, 23 de septiembre de 1939, fue un médico neurólogo austriaco de origen judío, padre del psicoanálisis y una de las mayores figuras intelectuales del siglo XX.

Su interés científico inicial como investigador se centró en el campo de la neurología, derivando progresivamente hacia la vertiente psicológica de las afecciones mentales, investigaciones de las que daría cuenta en los casos que trabajaba en su consultorio. Estudió en París, con el neurólogo francés Jean-Martin Charcot, las aplicaciones de la hipnosis en el tratamiento de la histeria. De vuelta a la ciudad de Viena y en colaboración con Josef Breuer desarrolló el método catártico. Paulatinamente, reemplazó tanto la sugestión hipnótica como el método catártico por la asociación libre y la interpretación de los sueños. De igual modo, la búsqueda inicial centrada en la rememoración de los traumas, conflictos no resueltos o no expresados, como productores de síntomas fue abriendo paso al desarrollo de una teoría etiológica de las neurosis más diferenciada. Todo esto se convirtió en el punto de partida del psicoanálisis, al que se dedicó ininterrumpidamente el resto de su vida.

Freud postuló la existencia de una sexualidad infantil, tesis que causó una intensa polémica en la sociedad la Viena de principios del siglo XX . A pesar de la hostilidad que tuvo que afrontar con sus revolucionarias teorías e hipótesis, Freud acabaría por convertirse en una de las figuras más influyentes del siglo XX. Sus teorías, sin embargo, siguen siendo discutidas y criticadas, cuando no simplemente rechazadas. Muchos limitan su aporte al campo del pensamiento y de la cultura en general, existiendo un amplio debate acerca de si el psicoanálisis pertenece o no al ámbito de la ciencia.

La división de opiniones que la figura de Freud suscita podría resumirse del siguiente modo: por un lado, sus seguidores le consideran un gran científico en el campo de la medicina, que descubrió gran parte del funcionamiento psíquico humano; y por otro, sus críticos lo ven como un filósofo que replanteó la naturaleza humana y ayudó a derribar tabúes, pero cuyas teorías, como ciencia, fallan en un examen riguroso.

El 28 de agosto de 1930, Freud fue galardonado con el Premio Goethe de la ciudad de Fráncfort del Meno por su actividad creativa. También en honor de Freud, al que frecuentemente se le denomina el padre del psicoanálisis, se dio el nombre «Freud» a un pequeño cráter de impacto lunar que se encuentra en una meseta dentro de Oceanus Procellarum, en la parte noroccidental del lado visible de la Luna.

Sigismund Schlomo Freud nació el 6 de mayo de 1856 en Freiberg (en la actualidad, República Checa) en el seno de una familia judía. Su segundo nombre nunca lo uso. En 1877 en un ambiente de creciente antisemitismo abrevió su nombre de Sigismund a Sigmund Freud. Fue el mayor de seis hermanos (cinco mujeres y un varón). Tenía además dos hermanastros de un matrimonio anterior de su padre. En 1860, cuando contaba con tres años de edad, su familia se trasladó a Viena, esperando el padre recobrar la prosperidad perdida de su negocio de lanas. Según sus propias palabras, «fue educado sin religión y permaneció incrédulo», de modo que sus lazos con el judaísmo no fueron ni religiosos, ni nacionalistas, aunque se identificó siempre con su cultura. A pesar de que su familia atravesó grandes dificultades económicas, sus padres se esforzaron para que obtuviera una buena educación y en 1873, cuando contaba con 17 años, Freud ingresó en la Universidad de Viena como estudiante de medicina 1877. Estudiante poco convencional pero brillante, fue asistente del profesor E. Brücke en el Instituto de Fisiología de Viena entre 1876 y 1882. En 1880 conoció al que sería su mentor Joseph Breuer.

Según se desprende de numerosas cartas entre Freud y su amigo Eduard Silberstein, escritas entre 1871 y 1881, ambos aprendieron el español de manera autodidacta. La colección fue publicadas en 1965, y han sido traducidas al inglés, italiano, español y francés.

En 1881 se graduó como médico. Freud trabajó bajo la dirección de Theodor Meynert en el Hospital General de Viena entre los años 1883 y 1885. Como investigador médico, Freud fue un pionero al proponer el uso terapéutico de la cocaína como estimulante y analgésico. Entre 1884 y 1887 escribió muchos artículos sobre las propiedades de dicha droga. Sobre la base de las experimentaciones que él mismo realizaba en el laboratorio de neuroanatomía del notable patólogo austríaco y especialista en histología Salomon Stricker, logró demostrar las propiedades de la cocaína como anestésico local, y posteriormente médicos reconocidos utilizaron la misma en cirugía e intervenciones oftalmológicas. Tras la publicación de las cartas a su esposa, Freud hizo un intento frustrado de curar con cocaína a un amigo quien era adicto a la morfina, pero el tratamiento solo le agregó una nueva adicción, hasta que finalmente falleció. Es también conocido que el propio Freud consumió cocaína por algún período de su vida.

En 1886, Freud se casó con Martha Bernays y abrió una clínica privada especializada en desórdenes nerviosos. Comenzó su práctica para tratar la histeria y la neurosis utilizando la hipnosis y el método catártico que su mentor Josef Breuer había aplicado en el reconocido caso de Anna O. obteniendo resultados que en aquel momento parecían sorprendentes, para posteriormente abandonar ambas técnicas en favor de la asociación libre, desarrollada por él entre los años 1895 y 1900, impulsado por las experiencias con sus pacientes histéricas. Freud notó que podía aliviar sus síntomas animándolas a que verbalizaran sin censura cualquier ocurrencia que pasara por su mente, y comienza el desarrollo del concepto de Transferencia, por el enamoramiento que procesan las pacientes por los médicos tratantes.

En 1899 se publicó la que es considerada como su obra más importante e influyente, La interpretación de los sueños, inaugurando una nueva disciplina y modo de entender al hombre, el psicoanálisis. Tras algunos años de aislamiento personal y profesional debido a la incomprensión e indignación que en general sus teorías e ideas provocaron, comenzó a formarse un grupo de adeptos en torno a él, el germen del futuro movimiento psicoanalítico. Sus ideas empezaron a interesar cada vez más al gran público y se fueron divulgando pese a la gran resistencia que suscitaban.

El primer reconocimiento oficial como creador del psicoanálisis fue en 1902 al recibir el nombramiento imperial como Profesor extraordinario, hecho que Freud señalo sarcásticamente «…como si de pronto el papel de la sexualidad fuera reconocido oficialmente por su Majestad…». Internacionalmente, obtuvo su primer reconocimiento oficial en 1909, cuando la Universidad de Clark, Massachusetts, le concedió el título honorífico doctor honoris causa y fue invitado con la intención de divulgar el psicoanálisis en los Estados Unidos.

Freud experimentó la primera disensión interna a su doctrina en octubre de 1911 cuando Alfred Adler y seis de sus partidarios se dieron de baja de la Asociación Psicoanalítica Vienesa.17 Por esta época ya se gestaba la que Carl Gustav Jung protagonizaría en 1914, con más graves consecuencias y que amenazaría con desestabilizar todo el edificio psicoanalítico.

En 1923 se le diagnosticó un cáncer de paladar, probablemente a consecuencia de su intensa adicción a los puros, por el que fue operado hasta 33 veces. Su enfermedad, aparte de provocarle un gran sufrimiento, una gran incapacidad del habla. Nunca dejó de fumar, con las consecuencias que esto le acarreó. A pesar de su enfermedad, Freud continuó trabajando como psicoanalista y, hasta el fin de su vida, no cesó de escribir y publicar un gran número de artículos, ensayos y libros.

Toda la vida de Freud, con la excepción de sus tres primeros años, transcurrió en la ciudad de Viena. Sin embargo, en 1938, tras la anexión de Austria por parte de la Alemania nazi, Freud, en su condición de judío y fundador de la escuela psicoanalítica, fue considerado enemigo del Tercer Reich. Sus libros fueron quemados públicamente y tanto él como su familia sufrieron un intenso acoso. Reacio a abandonar Viena, hechos ocasionados contra su familia, lo obligaron a convencerse de la necesidad de partir y refugiarse en Londres, Inglaterra. El 23 de septiembre de 1939, muy deteriorado físicamente e incapaz de soportar el dolor que le producía la propagación del cáncer de paladar, le recordó a su médico personal, Max Schur, su promesa de sedación terminal para ahorrarle el sufrimiento agónico. Freud murió después de serle suministradas tres inyecciones de morfina. A pesar de los implacables y a menudo apremiantes desafíos a los que sus ideas tuvieron que enfrentarse, tanto en vida como una vez desaparecido, Freud se convirtió y sigue siendo una de las figuras más influyentes del pensamiento contemporáneo.

Freud innovó en dos campos. Desarrolló simultáneamente, por un lado, una teoría de la mente y de la conducta humana; y por otro, una técnica terapéutica para ayudar a personas con afecciones psíquicas. Probablemente, la contribución más significativa que ha hecho al pensamiento moderno es la de intentar darle un estatus científico al concepto de lo inconsciente (que tomó de Eduard von Hartmann,Schopenhauer y Nietzsche). Sus conceptos de «inconsciente», «deseo inconsciente» y «represión» fueron revolucionarios. Proponen una mente dividida en capas o niveles, dominada en cierta medida por una voluntad primitiva, más allá de la esfera consciente y que se manifiesta en «producciones» tales como chistes, lapsus, actos fallidos, sueños y síntomas.
En su obra más conocida, La interpretación de los sueños (1900), explica el argumento para postular el nuevo modelo del inconsciente y desarrolla un método para conseguir acceder al mismo, tomando elementos de sus experiencias previas. De acuerdo con Freud, las personas experimentan a menudo pensamientos y sentimientos tan dolorosos que no pueden soportarlos. Los cuales no pueden ser expulsados de la mente, pero sí del consciente para formar parte del inconsciente, manteniendo lo reprimido su efectividad psíquica y retornando en forma de alguna de sus producciones. ( Ver primera Tópica Freudiana)

Freud buscó una explicación a la forma de operar de la mente. Propuso una estructura de la misma dividida en tres partes: el ello, el yo y el superyó (Ver Segunda Tópica Freudiana)
• El ello representa las pulsiones o impulsos primigenios. Constituye el motor del pensamiento y el comportamiento humano. Contiene nuestros deseos de gratificación más primitivos.
• El superyó, la parte que contrarresta al ello, representa los pensamientos morales y éticos.
• El yo permanece entre ambos y actúa mediando entre nuestras necesidades primitivas y nuestras creencias éticas y morales. Un yo saludable proporciona la habilidad para adaptarse a la realidad e interactuar con el mundo exterior de una manera que represente el mejor compromiso entre los deseos y mociones pulsionales del ello y las demandas restrictivas o punitivas provenientes del superyó.

Freud estaba especialmente interesado en la dinámica de estas tres partes de la mente. Argumentó que esa relación está influenciada por factores o energías innatos, que llamó pulsiones. Describió dos pulsiones antagónicas: Eros o pulsión de vida, una pulsión sexual tendente a preservar la vida. Tánatos o pulsión de muerte. Representa una moción agresiva, aunque a veces se resuelve en una pulsión que nos induce a volver a un estado de calma, principio de nirvana (Ver Más allá del principio de placer).

Freud también sostuvo que la libido madura en los individuos por medio del cambio de su objeto. Argumentó que la sexualidad infantil es «polimórficamente perversa», en el sentido de que una gran variedad de objetos pueden ser una fuente de placer. Conforme las personas se desarrollan, se fijan sobre diferentes objetos específicos en distintas fases:
1. Fase oral, ejemplificada por el placer de los bebés en la lactancia.
2. Fase anal, ejemplificada por el placer de los niños al controlar sus esfínteres.
3. Fase fálica. Propuso que llega un momento en que los niños pasan a una fase donde se fijan en el progenitor de sexo opuesto (complejo de Edipo). Desarrolló un modelo que explica la forma en que este patrón encaja en el desarrollo de la dinámica de la mente. Cada fase es una progresión hacia la madurez sexual, caracterizada por un fuerte yo, y la habilidad para retardar la necesidad de gratificaciones.
4. Período de latencia, en que se desarrollan fuerzas psíquicas que inhiben el impulso sexual y reducen su dirección.
5. Fase genital, surge en la adolescencia, cuando maduran los órganos genitales. Surgen los deseos sexuales y agresivos.
El modelo psicosexual que desarrolló Freud se ha criticado desde diferentes frentes. Algunos han atacado su afirmación sobre la existencia de una sexualidad infantil (e implícitamente la expansión que hizo en la noción de sexualidad). Otros autores, en cambio, consideran que no amplió los conocimientos sobre sexualidad (que tenían antecedentes en la psiquiatría y la filosofía de autores como Schopenhauer), sino que «neurotizó» la sexualidad al relacionarla con conceptos como incesto, perversión y trastornos mentales.
Freud esperaba probar que su modelo, basado en observaciones de la clase media austríaca, era válido universalmente. Utilizó la mitología griega y la etnografía contemporánea como modelos comparativos. Acudió al Edipo Rey de Sófocles para indicar que el ser humano desea el incesto de forma natural y cómo se reprime ese deseo.

El complejo de Edipo fue descrito como una fase del desarrollo psicosexual y de madurez. También se fijó en los estudios antropológicos sobre totemismo, argumentando que reflejan una costumbre ritualizada del complejo de Edipo (Tótem y tabú). Incorporó en su teoría conceptos de la religión católica y judía, así como principios de la sociedad victoriana sobre represión, sexualidad y moral; y otros de la biología y la hidráulica.

Esperaba que su investigación proporcionara una sólida base científica para su método terapéutico. El objetivo de la terapia freudiana o psicoanálisis es mover los pensamientos y sentimientos reprimidos (explicados como una forma de energía) hacia el consciente. Al inicio de sus trabajos con Breuer, Freud pensaba que esto podía realizarse a través de la catarsis, que conllevaría automáticamente la cura. Sin embargo, al poco tiempo Freud abandona ambas ideas en beneficio del método de la asociación libre y de lainterpretación de los sueños. Con ello, también deja atrás la hipnosis y toda forma de técnica sugestiva.

Así inaugura la técnica psicoanalítica propiamente dicha, a la que agrega otro elemento central, a través de la relativamente poca intervención del psicoanalista, que adopta una postura neutral y abstinente, el paciente puede proyectar sus pensamientos y sentimientos sobre él. A través de este proceso, llamado transferencia, el paciente puede reconstruir y resolver conflictos reprimidos (causantes de su enfermedad), especialmente conflictos de la infancia con sus padres.

Legado
Psicoterapia: Las hipótesis y métodos introducidos por Freud fueron polémicos durante su vida y lo siguen siendo en la actualidad, pero pocos discuten su enorme impacto en la psicología y la psiquiatría.

Freud desarrolló la llamada «cura del habla» que posibilitaría la mitigación y desaparición de los síntomas histéricos y neuróticos a través de un monólogo sin censura con el analista. Este, ubicado fuera de la vista del analizado, atendería con atención flotante y respetaría la reglas de la neutralidad y abstinencia, es decir, evitando juicios morales o de valor y no entregando satisfacciones sustitutas al analizado.

En momentos clave del trabajo asociativo, el analista haría intervenciones para interpretar el material expuesto. En la descripción inicial de la técnica, este proceso no tendría más finalidad que rememorar (hacer conscientes) ideas o recuerdos de eventos que, por ser dolorosos, humillantes o simplemente intolerables para el sujeto, fueron reprimidos en el inconsciente. Trayendo todo este material reprimido a la conciencia se le haría perder su poder patógeno y los síntomas desaparecerían. Estas fuerzas que se oponen al avance de la terapia y a la mejora del analizado se denominan resistencias.

En una época posterior de su trabajo, incluye los conceptos de Recordar, repetir y reelaborar, introduce el concepto de reelaboración, como otra pieza central del trabajo analítico. Los desarrollos teóricos tras la publicación de Más allá del principio del placer en 1920 tendrán nuevas implicaciones para la técnica terapéutica analítica. En esta obra, Freud realiza una redefinición de su primera teoría de las pulsiones e introduce la pulsión de muerte. La inercia del síntoma en la cura analítica queda explicada a partir de entonces a través de la compulsión de repetición movilizada por la pulsión de muerte.

Finalmente, Freud retoma el tema de la técnica en 1937 en los textos Análisis terminable e interminable (1937) y Construcciones en el análisis (1937) en los que describe de manera más realista los alcances y limitaciones de su técnica.

Las teorías de Freud, así como la de otros psicoanalistas posteriores, especialmente Jacques Lacan), se suelen utilizar como marco teórico para analizar obras de arte, literatura y cine. Las distintas interpretaciones freudianas se basan en la visión de Freud del arte como un método efectivo para la sublimación de deseos reprimidos. Freud mismo analizó varias obras literarias desde esta perspectiva, incluyendo a Edipo Rey de Sófocles y Los hermanos Karamázov de Fiódor Dostoyevski. Un análisis freudiano de una obra de arte puede enfocarse a la psicología de los personajes, del autor o del público.

Desde principios del siglo XX las ideas de Freud se han representado con frecuencia de forma explícita o implícita en corrientes del arte, la literatura y el cine. Entre las figuras más notorias con influencias freudianas están André Bretón, Luis Buñuel, Salvador Dalí y Alfred Hitchcock.
En 1924 Freud declinó la oferta de 100.000 dólares que le hizo Samuel Goldwyn para colaborar en una historia de amor acerca de Marco Antonio y Cleopatra

Entre las personas que no fueron pacientes pero cuyas observaciones psicoanalíticas fueron publicadas, están:
• Giordano Bruno
• Miguel Ángel, que analizó en su ensayo El Moisés de Miguel Ángel
Leonardo da Vinci, analizado en la obra de Freud Un recuerdo infantil de Leonardo da Vinci
• Moisés, en su obra Moisés y la religión monoteísta
• Fiódor Dostoyevski, en su artículo Dostoievski y el parricidio, publicado en 1928

Bibliografia: Obras completas de Sigmund Freud

Referencias:

Compilado por Andrea Ortiz Picasso

Wikipedia,

Obras completas de Freud.

Diccionario de Psicoanalisis, Laplanche.