Este síndrome es un grave desorden neurológico que provoca una incapacidad mental, asociada a una enfermedad motriz progresiva. Hasta ahora sólo se ha observado en las niñas y se presenta generalmente entre los seis meses y los dos años.

El hecho de que esta enfermedad sea progresiva y el bebé sea normal al nacer, significa que esta niña, por una razón desconocida, decide que no podrá hacerle frente a la vida. Sus manos y piernas se incapacitan de manera progresiva y, por lo tanto, se vuelve completamente dependiente. Es posible que, antes de nacer, esta alma esperara mucho de esta encarnación y ahora decida que no puede satisfacer sus expectativas. Esta niña duda de sí misma y se siente muy insegura, sobre todo en el plano material.

Al adulto que lee estas líneas, le sugiero que comparta este texto con la niña. Ella comprenderá por efecto vibratorio, aun cuando no pueda hacerlo intelectualmente. Dile que debe aceptar el hecho de que, si escogió regresar a este planeta, es porque tiene experiencias que vivir y tiene todo lo necesario para lograrlo. Sólo al vivir sus propias experiencias podrá tomar conciencia de todas sus capacidades. Si no lo hace en esta vida, deberá volver para hacerlo en otra. Los padres de esta niña no deben sentirse culpables. Esta enfermedad la eligió ella; forma parte de sus experiencias de vida. La función de los padres es querer a esta hija incondicionalmente, dándole el derecho de decidir si quiere irse o no. Por otro lado, los padres pueden expresarle lo que sienten con respecto a su elección y deben respetar sus propios límites. Las personas que rodean a esta niña incapacitada también tienen algo que aprender de esta experiencia.