La teoría de las Inteligencias Múltiples (Gardner, 1988, 1997, 2001) reestructura la manera en como los profesores evalúan los progresos en el aprendizaje de los alumnos. Sugiere un sistema que depende en menor medida de tests estandarizados formales y de las pruebas objetivas de papel y lápiz y mucho más de mediciones más contextualizadas referidas a criterios, a puntos de referencia que sirven para evaluar el aprendizaje y comparar el rendimiento del alumno con sus propios logros anteriores.

Estas evaluaciones dinámicas suponen algunas innovaciones respecto de las psicométricas aunque nunca pueden sustituir por completo a éstas porque proporcionan una visión complementaria que indica las capacidades en las que el niño destaca.

La evaluación desde la teoría de las IM cumple dos objetivos: valorar el potencial intelectual de los niños y ampliar el repertorio de técnicas prácticas para evaluar tantas áreas de aprendizaje como sea posible de manera contextualizada.

Gardner (1999) define la evaluación como la obtención de información acerca de las habilidades y potencialidades de los individuos, con el doble objetivo de proporcionar una respuesta útil a los individuos evaluados y unos datos también útiles a la comunidad que les rodea. Considera que se deberían de diseñar métodos y medidas que ayudaran a la evaluación regular, sistemática y útil.

Analicemos más detenidamente las características de la evaluación desde la teoría.

Rasgos característicos de la evaluación desde la teoría de las IM

Los rasgos característicos principales del enfoque que adopta la evaluación desde la teoría se concretan en (Gardner, 1999):

1. La evaluación se contempla como un proceso continuo, regular y sistemático que se lleva a cabo a través de distintos procedimientos, utilizando una variedad de técnicas y en el mismo contexto de aprendizaje.

2. Se realiza de forma simple, natural y en distintos momentos adecuados a los objetivos que se pretenden evaluar formando parte de la dinámica de aprendizaje del aula.

3. La evaluación posee mayor validez ecológica ya que se lleva a cabo de una manera más contextualizada, continua, utilizando distintas técnicas y obteniendo muchos datos sobre el proceso de aprendizaje de los alumnos. Esto hace posible que se puedan realizar predicciones mucho mejores sobre los puntos fuertes y lagunas de los alumnos y su rendimiento.

4. Utiliza instrumentos neutros respecto a la inteligencia. Desde la teoría de las IM la evaluación se realiza a través de la observación directa de la inteligencia que está operando; por ejemplo, la inteligencia interpersonal se evalúa mediante la observación de lasinteracciones que realizan los niños en determinadas actividades, la inteligencia musical mediante la realización y desempeño del niño en actividades musicales, etc. Ello supone el diseño y desarrollo de instrumentos neutros respecto a la inteligencia y adaptados a los objetivos que se pretende medir.

5. Uso de múltiples medidas. La evaluación se lleva a cabo a través de múltiples procedimientos, utilizando distintas técnicas y en distintos momentos del proceso de enseñanza-aprendizaje.
Además, el uso de instrumentos neutros adaptados a cada tipo de inteligencia supone la obtención de múltiples medidas que favorecen una toma de decisiones más real y adecuada.

6. Una evaluación para la diversidad, siendo especialmente sensible con las diferencias individuales, respetando los distintos niveles evolutivos y las diferentes formas de habilidad. Así, al igual que desde la teoría se acepta la diversidad del los alumnos, la evaluación de las distintas inteligencias supone la consideración de esas diferencias individuales y la adecuación de los procedimientos, métodos y técnicas de evaluación para la obtención de datos más fiables y ajustados a las características individuales, niveles evolutivos y habilidades de cada alumno.

7. Una evaluación que utiliza materiales interesantes y motivadores ya que, como hemos señalado, ésta se contempla dentro del proceso de enseñanza-aprendizaje de manera continua y contextual y se lleva a cabo a través de una gran variedad de
problemas, proyectos y actividades que responden a los intereses y necesidades de los alumnos.

8. Una evaluación para ayudar al alumno en tanto que le proporciona una retroalimentación útil de forma inmediata a través de sugerencias concretas identificando áreas fuertes además de débiles, dando orientaciones acerca de qué estudiar o en qué trabajar, señalando qué hábitos resultan productivos y cuáles no, indicando qué puede esperarse en futuras evaluaciones, etc.

Es, por tanto, una evaluación donde se consideran habilidades y estrategias referidas a múltiples inteligencias; donde se valoran conceptos, habilidades, actitudes, hábitos de trabajo, estrategias y conocimientos procedimentales implícitos en el proceso de enseñanza-aprendizaje; compara a los alumnos con sus ejecuciones pasadas siendo, por tanto, comparaciones intrapersonales; se valoran destrezas y los puntos fuertes utilizando múltiples fuentes de evaluación para dar una visión más precisa de progreso del alumno tratándolo como un ser único y diferente. Este tipo de evaluación se lleva a cabo a través de dos componentes fundamentales:

La observación y la documentación exhaustiva de los productos de los alumnos y sus procesos de resolución de problemas. Gardner (1999) considera que la observación es la mejor manera de evaluar las IM de los alumnos, es decir, observarles mientras manipulan los sistemas de símbolos de cada inteligencia.

Así, la observación de los alumnos mientras resuelven problemas o producen algo en contextos naturales ofrece una imagen más real de las competencias de éstos en las distintas materias que se enseñan en la escuela.

Para su documentación es conveniente utilizar diversos recursos como: registros anecdóticos, muestras del trabajo del aula, casettes, vídeo, fotografías, diarios del alumno, tablas y gráficos, sociogramas, pruebas informales, uso informal de test estandarizados, entrevistas, listas de control, etc.

Pasemos ahora a desarrollar el procedimiento de evaluación más adecuado para el desarrollo de programas o proyectos basados en las IM.

El procedimiento de evaluación: El Portafolios.

Tal y como señalan Gardner (1999) y sus colaboradores dentro del campo de la educación (Krechevsky y Seidel, 1998; Seidel, 1991, 1993), el procedimiento más adecuado para llevar a cabo este tipo de evaluación es el denominado portafolios.

El concepto de portafolios se refiere al conjunto de evaluaciones y actividades cuyo objetivo es valorar las competencias de los alumnos dentro del contexto de aprendizaje. Incluye todos los trabajos y proyectos realizados a lo largo del curso escolar y que son valorados mediante unos criterios previamente establecidos.

Incluye los estilos de trabajo que utiliza el alumno al iniciar las actividades y las distintas observaciones de padres y profesores a lo largo del proceso sobre los conocimientos previos, habilidades y actitudes en una o más áreas. Todo ello se recoge en unas carpetas (portafolios) siendo, por tanto, un retrato evolutivo del proceso de aprendizaje de un alumno. Estas carpetas pueden utilizarse también para que éstos seleccionen sus trabajos y enjuicien la calidad de los mismos. Es, por tanto, una evaluación cualitativa que sirve para explicar lo que ha sucedido a lo largo de un curso escolar.

Dada la importancia concedida desde el modelo a este tipo de evaluación vamos a analizar pormenorizadamente los principios en los que se sustenta y las pautas para llevar a cabo un portafolios en el aula.

En primer lugar analizaremos los objetivos y principios en los que los centros y los docentes se basan para incorporar dentro de su quehacer diario este enfoque de la evaluación, posteriormente detallaré los aspectos a tener en cuenta para la creación de un portafolios, los distintos tipos que podemos crear así como los contenidos y elementos que los integran; para finalizar desarrollaré las fases para la creación de un portafolios que proponen Shores y Grace (2000) por considerar que se ajusta plenamente al enfoque y por presentar una organización, detalle y estudio amplio y claro.

Los objetivos del portafolios.

El portafolios favorece la creación de un entorno en el que el alumno y profesor piensan, debaten, escriben y aprenden al mismo tiempo. Supone, por tanto, un enfoque de la evaluación más personalizado (Klenowski, 2004).

Como veremos más adelante, el proceso de creación se estructura en fases que permiten a los maestros introducirlo de forma gradual pudiendo comenzar con la aplicación de las fases más sencillas y completar su creación a los largo de dos o tres cursos escolares.

Este procedimiento de evaluación va a permitir:
• la individualización y personalización de la enseñanza, la evaluación más exhaustiva de los alumnos y la adaptación a cada niño en un contexto de objetivos educativos más amplio,
• la actualización e innovación educativa de los docentes a partir de la reflexión sobre la acción, y
• una mayor participación de las familias en el proceso de aprendizaje y evaluación de los niños.

Por tanto, la evaluación basada en el portafolios centra la atención de todos los miembros de la comunidad educativa (alumnos, profesores y familia) en la educación estimulando el debate, la discusión, las sugerencias, propuestas, el análisis y la reflexión conjunta. Este enfoque de la evaluación permite llevar a cabo una aproximación al currículo y a la enseñanza basada en el alumnado propuesta ya desde el trabajo por proyectos analizado anteriormente.

Como analizaremos más adelante, el proceso de creación y aplicación de un portafolios puede realizarse en diez fases (Shores y Grace, 2000):

1. establecer un plan para la utilización del portafolios,
2. recopilar muestras de trabajo de distintas áreas,
3. tomar fotografías,
4. utilizar los diarios de aprendizaje de aula,
5. mantener entrevistas con los alumnos,
6. hacer anotaciones sistemáticas,
7. realizar anotaciones anecdóticas,
8. escribir informes,
9. mantener conversaciones sobre los portafolios, y
10.preparación de portafolios acumulativos para el paso de un curso a otro.

Este proceso en diez fases se puede combinar haciendo hincapié en una u otra fase dependiendo de las características de los alumnos, la actividad y de la evaluación que esté llevando a cabo. Las técnicas del portafolios son flexibles permitiendo a los docentes adaptar las estrategias de evaluación a las necesidades individuales de cada niño. Este proceso ayuda a los docentes a comprender mejor el desarrollo y evolución de sus alumnos y a planificar sus actividades educativas de forma más eficaz.

Por otro lado, este proceso implica la colaboración y participación de las familias en el proceso de aprendizaje y evaluación permitiendo que se involucren en la vida del centro. En este sentido los portafolios se convierten en una herramienta para el desarrollo de un currículo basado en la familia favoreciendo la comunicación entre el hogar y el centro educativo y aprovechando tanto las potencialidades del niño como las de su familia para fomentar un completo crecimiento y desarrollo.

Analicemos ahora cómo ayudan los portafolios al desarrollo de una educación centrada en el alumno.

La contribución del portafolios al desarrollo de una educación centrada en el alumno.

El objetivo principal de la evaluación a través del portafolio es apoyar la educación basada en el alumno ya que en ella se refleja el desarrollo físico, intelectual, afectivo, social y emocional del niño y ayuda a programar la educación de manera individualizada.

El proceso organizado en fases ayuda a crear una estructura de reflexión y comunicación más amplia para todos los integrantes de la comunidad educativa (profesores, padres y alumnos).

Además, este tipo de evaluación favorece la reflexión de los alumnos sobre su propio trabajo y la conexión entre la vida escolar y familiar.

Por otro lado, los docentes deben recoger información sobre el propio conocimiento del alumno, sobre su desarrollo y sobre la diversidad que integra su aula para poder planificar las actividades escolares y proponer las estrategias educativas que se ajusten a su realidad.

La evaluación portafolio recoge información en estos aspectos:

1. Información sobre el conocimiento individual de los niños. A lo largo del proceso de evaluación se producen numerosos momentos para conocer y profundizar en la forma de aprender delos alumnos, su capacidades individuales, intereses, necesidades, habilidades y potencialidades. Pero, además, al implicar a las familias en la evaluación dicho conocimiento se amplía con la información que, desde el seno familiar, nos aportan los padres.

Ello va a permitir una mayor adaptación de los objetivos y contenidos a las características de los alumnos.

2. Conocimientos acerca del desarrollo infantil. Como profesionales de la educación, los docentes deben tener una base teórica sobre los aspectos fundamentales del desarrollo psicoevolutivo de sus  alumnos a los que se dirigen.

Los portafolios ayudan al docente a organizar y sistematizar este conocimiento de cara a orientar la observación de las conductas de los alumnos y programar actividades y experiencias más ajustadas a sus características (Knapper y Wilcox, 2002).

3. Conocimiento de la diversidad. Este conocimiento de lascaracterísticas individuales de los alumnos, de sus intereses y necesidades particulares en base a la información que se aporta desde las distintas actividades y la que aportan las familias va a permitir al docente tener una perspectiva más amplia sobre la diversidad de su grupo e integrar y considerar en el proceso de enseñanza no sólo la diversidad individual sino la diversidadfamiliar, cultural, religiosa, etc.

Así, por ejemplo, la recopilación de muestras y fotografías, los trabajos y las creaciones plásticas, las grabaciones de audio y vídeo, y otras actividades permiten a los alumnos, a los maestros y a los padres conservar pruebas de las distintas inteligencias.

En los niveles de infantil y primaria la comunicación entre la familia y la escuela se reduce básicamente a contactos informales en las entradas y salidas al centro, a las escasas reuniones grupales y algunas entrevistas individuales en horario de atención al alumno. Con el uso del portafolios se favorece que los padres se involucren en el proceso de aprendizaje y la evaluación de sus hijos haciéndoles partícipes del programa educativo. Y ello, por dos razones fundamentales:

1. En primer lugar los portafolios fomentan, además de las estrategias de comunicación desarrolladas hasta ahora basadas en mensajes escritos y orales y en entrevistas formales, el uso de estrategias y recursos para mantener conversaciones entre padres, profesores y alumnos, a través de diversas actividades que posibilitan la discusión, la reflexión y el aporte de puntos de  vista implicando más activamente a las familias.

2. En segundo lugar, los portafolios ayudan al desarrollo de un currículo basado en la familia, ofreciendo a ésta la posibilidad de participar en el crecimiento y desarrollo de sus hijos y la  oportunidad de intervenir en la creación y configuración de los currículos.

En todas las fases del proceso de creación de portafolios que veremos más adelante existe una implicación de las familias y contemplan un amplio abanico de estrategias para poder adaptarlas a las necesidades de cada familia.

Por tanto, los portafolios no son sólo un medio para evaluar las diversas inteligencias de los alumnos sino un método para el desarrollo y la enseñanza de las mismas.

Tesis Doctoral de Nieves Gomis Selva. Universidad de Alicante. Republicada a efectos puramente académicos.