En el nivel 2 al mundo lo contemplamos  como un socio más íntimo y gratificante que en el nivel anterior o en el campo de batalla de los niveles previos. Las personas manifiestan una especie de relación erótica con el mundo, donde el deseo (tal como fue descripto por Freud) obra un papel clave. Declara el Dr Fabián Sorrentino.

Por su parte, poetas románticos del siglo XIX como Blake, Wordsworth, y Shelley sintieron esta afinidad erótica con el mundo, como lo hizo Walt Whitman.

El movimiento trascendentalista americano, con Emerson y Thoreau, también comulgó profundamente con este concepto para descubrirlo y a la luz de él se convirtieron en seres humanos más completos.

Vivir la vida como una búsqueda de reconocimiento y validación personal nos llevará sin duda a depender del otro. Si la otra persona me dice palabras que no me construyen, mi estima decae y corro el riesgo de convertirme en un postergador que espera y busca en y de otras personas  complacencia y dichos que agraden.

Desde este modelo mental quedamos limitados a que la valoración venga de afuera convirtiéndonos en tomadores de la energía del otro.

Antonio Blay dice: «De pequeños, todos necesitamos afecto, y es natural; pero en la medida que crecemos tendríamos que pasar a la fase del amor adulto, en la que amar consiste en dar, no en recibir. Amar consiste en querer hacia el otro lo bueno; y este  querer  no  se  apoya  en  el  otro  sino  en  mi  propia  naturaleza,  en  esa capacidad  mía de expresar lo que realmente soy.

Es mi propio dar, mi propio hacer, lo que me satisface y me llena, y es lo único que puede llenarme. Ésta es una de las grandes paradojas de la vida interior: sólo lo que damos es lo que realmente nos llena; lo que recibimos, de momento nos  satisface,  pero   no  nos  llena  profundamente.  Sólo  cuando  existe  la capacidad  de  dar  más  y  más,  de  vivir  más  y  más  profundamente  nuestra capacidad de amar, de comprender, de hacer, de servir. Sólo en esa medida uno encuentra la plenitud».

Ahora te invitamos a realizar una reflexión sobre la imagen que encabeza este capítulo… ¿Hasta dónde es capaz de llegar la humanidad cuando sus líderes y gobernantes carecen de cohesión personal?

Al atravesar esta instancia del modelo MƐT®, los seres humanos, esperamos del otro un reconocimiento por las acciones que llevamos a cabo, ya sea un comentario, una actitud, o cualquier muestra que contenga algo de tono personal. Más allá de que este reconocimiento sea luego tomado en cuenta o no para las elecciones / decisiones que hagamos en nuestra vida, nos es placentero saber que hay alguien ajeno a nosotros que nos está acompañando activamente en las «dinámicas» que realizamos.

Para aprender más sobre las «dinámicas» que como seres atravesamos en nuestra vida te sugerimos visitar el Glosario del Mentor-Coach.

Por el contrario, cuando alguien emite una crítica, o comentario con el cual no acordamos, diferentes emociones surgen en nosotros: rechazo, vulnerabilidad y falta de aceptación, entre otras.

Un claro ejemplo de esto se muestra en algunos programas de televisión actuales, en los cuales observamos a diferentes artistas actuar frente a un jurado. Finalizada cada presentación, el jurado emite su opinión… y así es como rápidamente identificamos en los artistas diferentes emociones. Tanto cuando una persona es felicitada, como cuando el jurado le comparte una crítica, es común observar a los artistas manifestando alegría acompañado de palabras de agradecimiento, como enojo o tristeza, acompañado de palabras de desacuerdo o disconformidad.

Desde este observador, en donde encontramos el mundo como un lugar en el cual ser validados, salimos a mostrarnos para que nos reconozcan, y de ese reconocimiento obtenemos la energía necesaria para seguir adelante con nuestros proyectos, en nuestra vida personal y en cada uno de las dinámicas en las cuales nos desenvolvemos.

En casos extremos, algunas personas se convierten en vampiros energéticos que buscan constantemente obtener el néctar de energía de quienes conviven con ellos; buscando consuelo y aprobación constante del entorno, con frases del tipo: “estoy gorda”, “yo no sé…”, “no me dieron la oportunidad…”, «¿te gusta?» , «¿me acompañás? estoy angustiado, etc.

Cuando el otro valida su accionar, creen estar en el rumbo y cuando no lo hacen, todas sus expectativas se tumban al suelo como si hubieran sido construidas en el aire.
Para estas personas, la opinión de los otros es el cimiento de su andar, de su vida, de sus sueños. Solo se permiten reconocer la  cohesión, cuando hay reconocimiento.

Esto no significa que el reconocimiento externo no sea de valor en nuestras vidas. Durante los primeros años y hasta la pubertad, la valoración es el aliento necesario para explorar la personalidad, promover el desarrollo de las habilidades y talentos, y crecer en nuestro Ser, siendo ejemplo y bendición para quienes nos rodean.

La genuina percepción de nuestras propias competencias, es un instrumento básico forjador del reconocimiento personal.  Cuando un adulto, no logra percibirse validado, tendrá que reconstruir dicha validación, con todo lo que esto implica.(en este momento te invito a volver a ver la película: “De la calle a Harvard”.

Al construir dicha valoración, aumenta nuestra capacidad para superar las situaciones límite tales como: la muerte de un hijo, una mudanza, un divorcio, un viaje al exterior lejos de mi tierra natal, mis amigos o mi familia.

Reflexione con este video como cambia nuestra vida al pasar del modelo de la crítica al del reconocimiento

Ahora responde:
1 – Recuerda alguna situación importante como cuando elegiste un camino para tus estudios, o descubriste tu vocación… o atravesaste una situación dolorosa en la cuál no sabías cómo seguir adelante… Transcríbela aquí detalladamente:

2 – ¿Quién estuvo a tu lado dándote aliento?

3 – ¿Cuán importante fue esta persona en tu vida en ese momento?

4 – ¿De qué manera te sentiste validado?

5 – ¿Cuál fue tu resultado? ¿Lograste superar la situación en base a la valoración recibida o tuviste que construirla solito?

Al interactuar con el otro, tanto sea para recibir validación, como para validarlo; construyo mi identidad, mientras colaboro con la construcción de la identidad del otro. Aquí es donde aparece la coherencia validadora.

En esta construcción de valoración, los protagonistas principales serán los padres, familiares, maestros, compañeros y amigos. La comunicación de aprobación podemos realizarla de diferentes maneras: de manera verbal, con gestos, actitudes que expresan admiración, respeto o afecto.

6 – Si tuvieras la oportunidad de reconocer a alguien por un logro alcanzado… ¿a quién reconocerías y por qué?

7 – Ahora crea 5 alternativas diferentes para reconocerlo:

En primer lugar, validarnos a nosotros mismos con nuestras virtudes y defectos, aceptándonos como estamos siendo, reconociendo y transformando aquello que nos limita, nos llevará a nuevos resultados.

Interpretamos la estima como “el sistema de construcción individual que da estabilidad, consistencia y continuidad a la noción de persona”.

Debido a que la estima, la construye cada persona en base al contexto en el cual se desarrolla: es única, irrepetible y no intercambiable.
La estima cobra significado cuando la persona se reconoce y aprecia como valiosa, se concientiza de sus atributos generando una imagen positiva de sí misma (sin caer en la glorificación personal o el narcisismo).

En síntesis la estima presupone:
A – un proceso de autodescubrimiento y reconocimiento personal,
B – observar nuestras cualidades y virtudes generando confianza en nosotros mismos;
C – establecer una diferenciación de mi persona, para reconocernos del otro.

Respecto de la validación personal. Cómo dice el dicho: “primero se empieza por casa”, y en este caso no existe la excusa “en casa de herrero, cuchillo de palo”

8 – ¿Cuáles son las virtudes y cualidades personales que te hacen un ser único e irrepetible?

9 – ¿En qué dinámicas se manifiestan naturalmente?

10 – En base a los resultados obtenidos hasta hoy, ¿en qué dinámicas te consideras exitoso?

11 – ¿En qué dinámicas eliges trabajar,  validándote a partir de hoy? ¿Para qué?

En segundo lugar, cuando logro validar al otro como legítimo, es cuando encuentro mi espacio natural y de cooperación en el mundo.

Así como hubieron personas que aportaron a nuestra vida, nosotros podemos marcar la diferencia en la vida de otras personas. Lograr compartir, entender al otro y validarlo en el momento apropiado, puede ser el mejor regalo que esa persona reciba. Por el contrario, si alguien se acostumbra a recibir aprobación constante, cuando se encuentre con un NO, le costará comprenderlo.
Imagínate la vida como un entrenamiento en el que validar es diferente a consentir o complacer.

12 – En esta última semana, ¿has reconocido a alguien por algo que haya realizado? ¿A quién y qué realizo de importante para vos?

13 – ¿Tuviste la oportunidad de reconocer a alguien y no lo hiciste? ¿Qué crees que te detuvo?

14 – Luego de reconocerlo, ¿cómo le has hecho saber, que la validación legítima solo puede venir de él, de un auto-descubrimiento por el camino del amor..?

15 – ¿Cómo valoras y agradeces cuando eres reconocido por otro?

Va a haber ocasiones en las cuales un mentor nos va a reconocer genuinamente desafiando nuestras propias creencias… en ese momento es en el cual ofreciéndole  autoridad aceptamos su apoyo y permitirnos que nos guíe dada su predisposición y experiencia. (más adelante veremos acerca de las declaraciones, las opiniones y los juicios).

16 – Cuando alguien te felicita o señala algo que has hecho bien, ¿Cuál es tu reacción?

17 – ¿Qué haces con ese reconocimiento si quien te felicita o señala no es una persona que tu aprecias?

18 – ¿Consideras que podrías accionar de una manera diferente que sea más productiva para la relación? ¿Cómo sería esa forma?

En último lugar de la lista, y en primero para los que tenemos la creencia en un Ser Superior; debemos recordar que, para estar aquí, hemos sido validados desde siempre por el Creador, que lo hizo a su imagen y semejanza, nos regalo nuestros dones y nos otorgo el primer aliento de vida para que pudiéramos llegar al mundo a disfrutar del propósito con que fuimos encomendados.

19 – ¿Puedes decirme quién eres/eliges ser, a diferencia de quién has estado siendo y para qué crees que estás en esta vida?

20 – ¿Cómo consideras que tus habilidades aportan valor a esta/s acción/es?

Esta nota desarrollada por el Dr Fabián Sorrentino forma parte de una serie de artículos ofrecidos en la Carrera de Coaching & Mentoring