Neologismo creado a partir de los lexemas griegos a αλλος—«otro o distinto»—, y εργíα—«trabajo» que podría traducirse aquí por «cambio de reactividad») es una reacción inmunitaria del organismo frente a una sustancia generalmente inocua para el anfitrión, que se manifiesta por unos signos y síntomas característicos cuando éste se expone a ella (por inhalación, ingestión o contacto cutáneo).

Durante mucho tiempo la alergia se ha considerado equivalente a la hipersensibilidad (un término más antiguo) y por ello se ha considerado erróneamente como una reacción inmunitaria exagerada ante una sustancia.

Este catarro periódico, cuya causa irritante exterior es el polen de las plantas, se manifiesta a mediados del mes de mayo y cesa al cabo de siete u ocho semanas.

Este catarro, que se presenta en la misma época cada año, indica generalmente el avivamiento de una vieja herida sufrida en el año en el que se manifestó la primera vez.

En ese momento ocurrió un incidente difícil que la persona no quiso asumir. Aunque lo haya reprimido en lo más profundo de sí, cada año, cuando las plantas sueltan su polen, se vuelve a reavivar esta vieja herida.

Tu cuerpo te dice que es momento de que realices un procedimiento de perdón. El hecho de que presentes los mismos síntomas físicos año tras año indica que continúas alimentando un rencor hacia la persona que crees responsable de tu sufrimiento.

Date cuenta de que tu reacción a lo que sucedió es la responsable de tu dolor, y no esa otra persona. Sólo el perdón puede lograr transformar lo que sientes. (Véase las etapas del perdón verdadero al final de este libro.) Esta alergia está fundamentalmente en la base de una reacción al polen, grano vegetal formando el elemento masculino de la flor. Este elemento masculino transporta el símbolo de la reproducción y de la fertilización. Esta alergia afecta habitualmente los ojos, la nariz, y los senos.

La alergia está en la base de una resistencia a una situación en mi vida, de un recuerdo pasado. Es posible, pues, que resista frecuentemente inconscientemente a una forma de la sexualidad o a ciertos aspectos de ésta, sobre todo si lo que siento con relación a la sexualidad no “huele bien”.

Es cierto que puedo atraerme una alergia por varias razones pero una cosa es segura: me ahogo o me siento ahogado por una situación. Me rebelo, algo no me conviene en absoluto pero lo hago a pesar mío para complacer, y me ahogo. Cambio de idea bajo la influencia de alguien, estoy listo para cualquier cosa, y me ahogo. Pudo sentirme ahogado en las cosas por decir o por hacer, sobre todo si tengo dificultad en tomar mi lugar y a decir no.

Tengo tendencia a vivir también mucha culpabilidad. Manipulo para tener lo que quiero… ¿Ve Vd. la programación? Puede ser tanto mental (manera de llorar) como “de las estaciones” porque el período estival es ideal para la manifestación de esta alergia, sobre todo si tengo necesidad de una excusa para trabajar cada vez menos durante este bello período del año! Ciertas personas tienen la fiebre del heno (resfriado – rinitis alérgica) durante períodos alcanzando hasta siete años! Es tiempo de cambiar esto inmediatamente o por lo menos que tome consciencia de ello.

Tomo consciencia de que el resfriado del heno (rinitis alérgica) puede volverse un medio que me permite evitar ciertas situaciones, porque sería incapaz de todos modos de rehusar hacer una tarea o ir a un lugar en particular. Por lo tanto, ahora, tengo una buena razón! Tomando mi espacio vital, mi “burbuja” de luz (puedo imaginarme y visualizarme en una burbuja de luz, lo cual aumenta mi protección frente a mi entorno y me da más confianza), estoy en medida de abrirme a los demás bajo mi verdadero aspecto, sin artífices.

La primera manifestación del resfriado del heno puede haber sido inconscientemente conectada con un suceso señalado y en el cual viví probablemente fuertes emociones. Cuando vuelve el mismo período del año, me acuerdo o más bien, mi cuerpo se acuerda, y aparece el resfriado del heno.

Es pues importante que tome consciencia de este suceso para que pueda romper el “patrón” de la enfermedad (esquema de pensamiento que hace que se repitan acontecimientos en mi vida): en el futuro, ya no la necesitaré porque he hecho la toma de consciencia que debía hacer.

El resfriado del heno sólo era una señal para ayudarme a parar y a hallar la profunda causa de mi malestar. Voy a sentirme más libre, más dueño de mi vida. Acepto lo que es bueno para mí, aunque esto implique cierta forma de sexualidad nueva y desconocida. Sé que todo es posible, en el amor y la armonía.